Trabuco militar
Alberto Vieyra G. martes 13, Sep 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Durante el sitio de Querétaro, que duró del 8 de marzo al 15 de mayo de 1867, el Ejército liberal de Benito Juárez estaba compuesto por 60 mil soldados. Después del triunfo de la República con el fusilamiento del segundo emperador, Fernando Maximiliano de Habsburgo, y la expulsión del ejército francés de la nación azteca, Benito Juárez cometería un grave error de cálculo obligado por las desastrosas finanzas públicas que se vivían en el país: reduciendo al Ejército a la mitad y a los militares despedidos ni las gracias les dio.
¿Cuál fue el resultado de semejante error político? El licenciamiento de las tropas juaristas hizo que un gran número de soldados engrosaran las filas del bandidaje, incluyendo a mandos militares superiores y de ello dejaría constancia el escritor Manuel Paino en Los bandidos de río Frío que incluía a militares, la primera novela de gacetilla escrita en América Latina.
Por aquellos años del juarismo, la nación azteca contaba con una población de 9 millones 400 mil habitantes.
Siglo y medio después, Andrés Manuel López Obrador, que cobra bajo una supuesta austeridad república con un salario mensual de 108 mil pesos y quien se dice imitador de Benito Juárez García, acaba de cometer un gran error militarizando a México al hacer un histórico trabuco de juntar el agua con el aceite, es decir la Guardia Nacional de extracción civil con el Ejército, adiestrado para matar y defender la soberanía nacional, pero carece de ciencia para investigar y detener a los ejércitos de criminales que pululan y tienen como rehén al país, con una población de casi 127 millones de mexicanos.
La madrugada del viernes 9 de septiembre se concretó la militarización definitiva de México. La Guardia Nacional que nació con el rango de una corporación civil pasó a la Sedena, después de que la mayoría morenista en el Senado de la República se hincó de rodillas y le dijo sí, al ponzoñoso presidencialismo sexenal
¿Los militares que están en las calles violando derechos humanos garantizarán ahora la tan anhelada paz social que se perdió con el surgimiento de las mafias criminales?
Y es que el ciudadano presidente, Andrés Manuel López Obrador reconocería la semana pasada que “sí, sí cambié de opinión” de que el Ejército debería de regresar a sus cuarteles en 2024, por el cúmulo de violaciones a los derechos humanos que hasta este momento siguen cometiendo algunos de nuestros juanes como es el caso de la niña Heidi Mariana, de 4 de años tiroteada, por militares en Tamaulipas.
En este momento, el número de efectivos que conforman la Sedena es de 352 mil 372 elementos, incluyendo los 92 mil que conforman la Guardia Nacional. ¿Por qué 92 mil, si de acuerdo con AMLO son 115 mil? Bueno, pues es que sospechosamente 23 mil elementos que habían sido recibidos en la Guardia Nacional pertenecían a la Policía Federal que dirigía García Luna, pero como de él nada quiere saber AMLO, decidió que permanezcan al mando de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
El trabuco militar hecho por AMLO desataría una encendida polémica dentro y fuera de México. Para la ONU y la Organización Interamericana de los Derechos Humanos, no hay duda de que AMLO militarizó a México, lo cual resulta sumamente peligroso para los derechos humanos, cuyos tratados internacionales han sido firmados por México y es que los militares no están formados con un enfoque de seguridad ciudadana adecuado para tratar con civiles, sin olvidar los numerosos casos de torturas o desapariciones forzadas que han salpicado históricamente al Ejército mexicano. “Militarizar la seguridad pública generará más violaciones de derechos humanos”, diría Amnistía Internacional.
¿La militarización del país, concretada por AMLO es el primer paso para una dictadura militar o un co-gobierno civil y militar?