El mito de las remesas y el empleo
¬ Luis Ángel García viernes 9, Sep 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
A pesar del fracaso de la política económica de la 4T, el esfuerzo de los mexicanos en el extranjero y el compromiso de los emprendedores nacionales y extranjeros, evitó que los efectos de la crisis que atravesamos -la más grave desde 1932-, no fueran tan graves. Un sexenio con recesión, pérdida de empleos, cierre de negocios y confinamiento por la pandemia amenazaban a una población cada vez más sumida en la pobreza y con hiperinflación.
Pero el gobierno nunca va a reconocer sus yerros, su falta de experiencia en la administración pública y la carencia de un programa o plan de gobierno que fijara metas de crecimiento. Con la recesión, se argumentó que era consecuencia de la pandemia; sin embargo, en 2019, sin esta, la economía retrocedió. Al año siguiente, efectivamente, la Covid-19 no sólo obligó al confinamiento social, sino a la parálisis del aparato productivo mundial, lo que implicó el cierre de empresas y el despido de millones de trabajadores en el orbe; México no fue la excepción, pero a diferencia de otros gobiernos que apoyaron a sus empleadores con créditos y apoyos fiscales, la 4T negó todo tipo de ayuda a la iniciativa privada y endureció las acciones del SAT, el cual no permitió el diferendo de impuestos y por el contrario inició una cacería de evasores entre las grandes industrias. Ese año se perdieron más de un millón de empleos y decrecimos un -8 por ciento. La mala administración de la 4T ha creado cuatro millones de nuevos pobres y al término del sexenio, sólo estaremos como antes de la pandemia. No les preocupa el desarrollo sino que la gente sea feliz, aunque no sé cómo puede serlo con una hiperinflación que se acerca a la cifra de dos dígitos. Pero siempre tienen otros datos, de tal suerte que sus parámetros de crecimiento los fincan en la recuperación del empleo y las famosas remesas, acciones en las que no interviene, afortunadamente, el gobierno. Si, se recupera la fuerza laboral, pero no por una estrategia oficial, sino por la confianza que tienen los empresarios nacionales y extranjeros en México, a pesar de los esfuerzos de la 4T por ahuyentar la inversión. Si, hay más trabajo, pero no necesariamente en la producción formal, mucha gente se emplea en la informalidad, pero siempre es importante la recuperación de las fuentes de trabajo; sin embargo, únicamente alcanzamos los niveles pre pandémicos. Así que no se puede ufanar la autoridad de esta recuperación, se le debe a los tesoneros inversionistas locales, los menospreciados microempresarios y consorcios gringos o japoneses que le apuestan al país.
Por otra parte, siempre anuncian, con bombo y platillo, la cifra récord de remesas que ingresan a la nación, divisas que debieran afrentar al gobierno, ya que es la evidencia del fracaso económico del régimen que no ha sido capaz de retener la mano de obra de sus connacionales. Los migrantes han sacado la casta para hacer más llevadera la crisis que viven sus familiares. Doble deuda del gobierno, por expulsar a millones de migrantes que buscan una oportunidad de trabajo y estudio, prosperar para mantener a sus familias y no esperar las dádivas de los programas sociales. Si, son miles de millones de dólares los que envían a su gente, pero es dinero que se genera en otro país con mejor economía y da empleo a los desempleados de aquí. Además, ese recurso monetario no lo pueden tocar las autoridades hacendarias, por lo que no se desvían a la obra pública o para los programas sociales. Pero presumen las remesas como un logro económico del régimen, cuando es una vergüenza la incapacidad gubernamental para generar empleo, oportunidades educativas y un mejor nivel de vida para todos los mexicanos.