PRI se distancia de PAN y PRD por militarización de la Guardia Nacional
Miguel Ángel Rivera jueves 8, Sep 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
“Imagínense si devolvemos 80 mil militares a los cuarteles y dejáramos a 23 mil guardias civiles en servicio. Necesitamos la coadyuvancia de las Fuerzas Armadas; es una institución respetable, es una institución que garantiza mayor tranquilidad, paz y armonía con la sociedad”, manifestó el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, en respaldo de la iniciativa para extender por cuatro años el plazo durante el cual el Ejército y la Marina pueden cumplir funciones de policía.
El presidente del tricolor sostuvo, asimismo, que la alianza opositora Va Por México -de la que forma parte, al lado del PAN y del PRD- no está en riesgo. Tiene razón el político campechano, la coalición no está en riesgo, porque simplemente está suspendida.
En efecto, los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés Mendoza, y del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, respectivamente, anunciaron la suspensión temporal de su coalición legislativa y electoral, hasta en tanto el PRI no defina con claridad su postura en torno a la Guardia Nacional y la continuidad de las fuerzas armadas en las calles para realizar funciones de seguridad pública.
Las posiciones divergentes se expresaron en sendas conferencias de prensa que se realizaron casi al mismo tiempo y, como se deduce de las declaraciones de una y otra parte, los únicos contentos son los seguidores de la llamada Cuarta Transformación, encabezados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien hace dos días confesó que había cambiado de parecer respecto de la presencia de las fuerzas armadas en las calles, pues antes llegó a decir que no sólo debían regresar a sus cuarteles, sino que inclusive consideró conveniente que desaparecieran.
En consonancia con ese parecer, el primer mandatario intentó una reforma constitucional para conceder de forma permanente a las fuerzas armadas la tarea adicional de proteger la seguridad pública, pero como el partido oficial, Morena, y sus rémoras no tienen los votos suficientes para un cambio de esa magnitud, buscó saltarse lo dispuesto en la Carta Magna, mediante reformas a las leyes secundarias.
A pesar de las protestas de la oposición y de muchos especialistas en Derecho Constitucional, por considerar inconstitucionales las reformas propuestas por López Obrador, los diputados oficialistas aprobaron a súper velocidad y, por supuesto, sin ningún cambio, la iniciativa que les remitió el jefe del Ejecutivo.
Ahora toca el turno al Senado ratificar o rectificar lo aprobado por los diputados. El bloque oficialista, encabezado por Ricardo Monreal Ávila, ha ofrecido cumplir todos los procedimientos legislativos y, sobre todo, someter la iniciativa presidencial a consulta de todas las corrientes políticas, así como a los especialistas.
Dicen que en política no hay coincidencias;
repentinamente cesó el acoso sobre “Alito”
Aunque Monreal ofreció abrir el proceso, el llamado bloque de contención ha mantenido su posición de no aprobar ninguna reforma constitucional propuesta por el Ejecutivo, aunque se disfrace de cambios a las leyes reglamentarias, como es el caso de lo relativo a la Guardia Nacional.
Sin embargo, aparecieron cuarteaduras en ese aparente monolítico bloque de oposición, pues la diputada priista Yolanda de la Torre presentó una iniciativa alterna, con la aparente intención de quedar bien con Dios y con el diablo. Lo que sugiere es una reforma constitucional, pero sólo a un artículo transitorio, el quinto del decreto que reformó la Constitución en materia de Guardia Nacional.
Al contrario de la propuesta presidencial de darle carácter permanente a la transferencia del mando de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa (Sedena), la iniciativa de la legisladora priista propone ampliar, de 5 a 9 años, el periodo en que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pueda realizar tareas de seguridad pública.
Este proyecto tuvo el respaldo inmediato de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, de la cual forma parte “Alito” y es coordinada por el ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira.
Ese intento de conciliar posiciones encontradas recibió el repudio en las filas de la oposición, inclusive dentro del grupo parlamentario del PRI en el Senado, donde los legisladores encabezados por el ex secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong expresaron su desacuerdo y reafirmaron que votarán en contra de extender el plazo de la militarización de la Guardia Nacional.
Esta toma de posiciones se dio en un marco de recelos y confrontación.
Para muchos, resulta sospechoso que apenas se conoció la iniciativa priista, se suspendieron los actos de persecución sobre el dirigente nacional del tricolor. Por una parte, la gobernadora de Campeche, la “morena” ex priista Layda Sansores, anunció que suspendía sus programas radiofónicos y televisivos en los que semanalmente daba a conocer supuestos delitos cometidos por su antecesor “Alito” y, por otra, ha quedado en suspenso el proceso de juicio de procedencia promovida por el oficialismo contra el político campechano para retirarle el fuero y permitir que se le consigne penalmente por los supuestos delitos en que incurrió.
Las sospechas de un acuerdo “en lo oscuro” se intensificaron cuando el presidente López Obrador, en una de sus mañaneras, expresó estar de acuerdo con la iniciativa priista e inclusive sugirió que se someta a una consulta popular el plazo por el cual la Guardia Nacional quede bajo el mando de la Sedena.
Todos estos antecedentes provocaron que en los medios legislativos se recordará el viejo dicho de que “en política no hay coincidencias”.
A pesar de todo, “Alito” insiste en que
no hay ruptura en la alianza opositora
A pesar de estas sospechas, el presidente nacional del PRI reafirmó el respaldo a la iniciativa de su compañera diputada
Yolanda de la Torre y, al mismo tiempo, aseguró que no hay ruptura con el PAN y el PRD.
Agregó que sólo se trata de abrir una pausa para convocar al diálogo, construir, acercar posiciones y trabajar por México e insistió en que no se trata de un “cheque en blanco” para hacerle el trabajo al gobierno federal.
“Que quede claro…esta es una decisión que tomamos por México porque ya va siendo hora de que las decisiones en este país se tomen pensando en los mexicanos y no por intereses personales, ni de grupo ni de partido político”, aseguró.
Además, reafirmó que su partido sostiene la moratoria constitucional que suscribieron con la alianza Va Por México. Reveló que mantiene una comunicación permanente con sus pares del PAN y PRD, aunque no coincidan en todo, así como la profunda convicción de que la alianza continúe como un bloque de contención, pues es la única fórmula para ganar en las elecciones de 2024.
Al anunciar que está suspendida la coalición Va por México, los dirigentes nacionales del PAN y del PRD dieron a conocer un documento en el cual recordaron que se han opuesto a la militarización del país, por lo cual han presentado controversias constitucionales contra las leyes que la propician.
En particular, recordaron que “al inicio de este sexenio, los partidos opositores aprobamos la reforma constitucional que creaba la Guardia Nacional con un mando civil y acompañamiento militar hasta por cinco años. Esto con el fin de fortalecer una policía civil con suficiente estructura, capacidad y cobertura territorial.
“A tres años y medio de creada, la Guardia Nacional tiene un mando militar y también la gran mayoría de sus integrantes son militares, en una clara violación al mandato constitucional. En este tiempo se desmanteló a la anterior Policía Federal, en lugar de crear y fortalecer una policía nacional civil bien pagada, equipada y organizada, como era el espíritu original”, dice también el documento, en el que también se destaca:
“Hoy, México vive los más altos niveles de violencia, inseguridad y terror de los que se tenga memoria. Las elecciones federales y estatales de 2021 fueron enormemente violentas y en ellas hubo una clara participación del crimen organizado. Esto se ha debido, entre otras cosas, a la desaparición de la Policía Federal y el debilitamiento de las policías estatales y municipales, así como a la fallida estrategia de los “abrazos”, promovida por este gobierno. La militarización de la Guardia Nacional no ha podido evitar la violencia desbordada que padece México.