Promos de AMLO. ¿Verdad o mentira?
Eleazar Flores miércoles 31, Ago 2022Espacio Electoral
Eleazar Flores
CREE QUE LE CREEN-. Si bien es responsabilidad de los creativos, quien da voz e imagen a los promocionales previos al Cuarto Informe es el presidente Andrés Manuel López Obrador, de ahí lo delicado de afirmar cosas de difícil comprobación.
Verdades a medias o medias mentiras, para el caso viene resultando lo mismo, en muchos de los promocionales televisivos que para variar, el único interventor es el padre de la Cuarta Transformación. Con excepción de los militares, ningún miembro más de su gobierno aparece.
Eso de presumir que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles es el mejor de América Latina es la evidencia más falaz de muchas que seguramente ha escuchado y lo seguirá oyendo, ahora que estamos en plena etapa pre-informe, pues sabemos las actuales condiciones del inmueble, cuya mayor novedad el día de su inauguración fue la instalación del puesto de las “tlayudas” sureñas, empezando ahí la falsedad pues se trataba de los huaraches toluqueños.
Para quienes llevamos más de medio siglo en este oficio, recordamos que el hoy famoso Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, AIFA, se llamaba y conocía desde 1952 como Aeropuerto Militar de Santa Lucía, ubicado en la jurisdicción municipal de Zumpango, al noreste de la capital de la República, zona de carga y descarga del quehacer militar de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Como su uso era esporádico, la laguna de Zumpango, adyacente al entonces casi inactivo aeropuerto, como ahora por más que diga ya saben quién, que hay mucho movimiento, era un lugar de pesca y territorio propicio para el vuelo de aves. Los domingos era un día de recreo familiar obligatorio, donde los hijos hacían de las suyas.
Incluso los militares de ese entonces no sólo daban acceso fácil sino hasta invitaban con cordialidad a los padres de familia y a sus chiquitines visitar el “aeropuerto militar”, daban explicaciones a los “turistas” y no faltaba el soldado raso generoso que hasta obsequiaba a los menores de edad su vistosa gorra verde olivo y/o alguna prenda más.
Lo anterior nadie me lo contó, lo viví allá por los lejanos setenta, con entrada fácil a dichas instalaciones, a diferencia de hoy que ya siendo comercial e internacional, su acceso es difícil y no sólo por las pocas vialidades que lo dificultan, sino por la rigurosa y en ocasiones hasta molestia vigilancia militar, tan obsesiva como constante.
Ahora que entrando a los costos de la obra, ni meterse, nunca se sabrá la verdad, pues con eso de que es de INTERÉS NACIONAL, el precio real sólo los mílites y su jefe conocen.
Atrévase a preguntarles, claro que responderán, pero, ¿la verdad de la duplicación del costo?