Reforma de la Guardia Nacional evidencia diferencias de criterio dentro de Morena
Miguel Ángel Rivera lunes 29, Ago 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Uno de los pendientes de la llamada Cuarta Transformación para el inminente periodo extraordinario de sesiones es el traspaso legal del mando de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que ese cambio es necesario para evitar que la Guardia Nacional entre en un proceso de corrupción como anteriores corporaciones, en particular la Policía Federal y su antecesor la Policía Federal Preventiva, a las que el actual gobierno federal responsabiliza prácticamente de todos los males en materia de seguridad pública, en particular el crecimiento y consolidación de los grupos criminales que actualmente predominan en grandes extensiones del territorio nacional.
Esa suposición se refuerza por el encarcelamiento en los Estados Unidos de Genaro García Luna, el que fuera secretario de Seguridad del gobierno panista presidido por Felipe Calderón Hinojosa, convertido por el actual primer mandatario en su blanco favorito.
De hecho, las críticas contra la desaparecida Policía Federal, en parte sus elementos transferidos a la ahora Guardia Nacional, se ha justificado no sólo por la captura de García Luna, sino otros dos altos mandos, Luis Cárdenas Palomino e Iván Reyes Arzate, quienes, según señalan las autoridades de Estados Unidos, estaban coludidos con organizaciones criminales.
A pesar de esas denuncias, hasta ahora no hay una sentencia contra García Luna, pero para efectos nacionales, en México está convertido en ejemplo vivo de la corrupción policíaca.
Desde su nacimiento, la Guardia Nacional se nutrió de las fuerzas armadas, que trasladaron principalmente a los elementos de las policías militares, mientras que muchos miembros de la desaparecida Policía Federal optaron por darse de baja, para no someterse a la disciplina militar y, sobre todo, porque perdían parte de sus prestaciones.
Ese proceso de integración del “nuevo” cuerpo policiaco generó desde el inicio grandes protestas porque se le consideraba parte de un indeseado proceso de militarización del país.
Cuando eran oposición, los militantes de la llamada Cuarta Transformación se opusieron radicalmente a todo lo que pareciera militarización, pero al llegar al poder modificaron su pensamiento y defendieron esa fusión, policiaco-militar.
Pero eso no fue suficiente, pues el proceso de cambio continuó, hasta el grado que el presidente López Obrador —que en su campaña no sólo protestó contra la militarización, sino que llegó a anticipar la desaparición del Ejército— anunció una iniciativa de ley para entregar el mando de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.
Con este viraje se violentaba el acuerdo al que llegaron la llamada Cuarta Transformación y los partidos de oposición para darle forma a la Guardia Nacional. Las condiciones de los inconformes eran que la participación de las fuerzas armadas en ese cuerpo policíaco fuera reglamentada y por tiempo limitado, además de que el mando superior estuviera a cargo de un civil.
Como en muchos otros aspectos de la vida nacional, hubo simulación, pues en los hechos la Guardia quedó desde un inicio bajo el control de la Secretaría de la Defensa y no de la Secretaría de Seguridad, pero de cualquier forma no hubo mayores manifestaciones de inconformidad y la situación quedó en paz.
La tregua la rompió el presidente López Obrador al anunciar su iniciativa de reforma constitucional para entregar plenamente el mando de la Guardia Nacional a la Sedena.
Para empeorar la situación, gobierno y oposición se habían distanciado más porque fue echada abajo la iniciativa de reforma energética y, en represalia, los oficialistas acusaron a los inconformes de “traidores a la patria”, quienes a su vez endurecieron su posición y anunciaron un bloqueo legislativo, encaminado a detener en especial las reformas constitucionales.
En este apartado quedó la reforma de la Guardia Nacional que ahora pretende imponer el gobierno federal, que no tiene los votos suficientes para imponerla.
La 4T pretende que la reforma de la Guardia
Nacional sea tratada como iniciativa preferente
Como los legisladores del oficialismo están acostumbrados a cumplir las instrucciones presidenciales “al pie de la letra”, no solamente se alistan para aprobar la iniciativa presidencial, sino que pretenden darle trato preferente, para que sea de los primeros temas a tratar en el periodo de sesiones que se inicia en el ya muy cercano 1 de septiembre.
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, anticipó el voto mayoritario de los legisladores de su partido y de los grupos parlamentarios aliados a la iniciativa preferente que el presidente Andrés Manuel López Obrador enviará el próximo 1 de septiembre en materia de Guardia Nacional y Seguridad Pública.
Al rendir su informe de labores en Cholula, Puebla, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados se comprometió a aprobar la iniciativa de reforma sobre la Guardia Nacional (GN), luego de que el dirigente de este partido, Mario Delgado, pidió a los legisladores no dudar ni un minuto en apoyar la propuesta del Ejecutivo de trasladar este organismo al ámbito de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para que lo coordine administrativa y organizativamente.
Delgado solicitó el respaldo de los diputados “morenos” para que la GN tenga un gran futuro y sea un cuerpo incorruptible, que siga llevando la paz y la tranquilidad a todo el territorio nacional.
Ante invitados como los gobernadores de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla; Morelos, Cuauhtémoc Blanco; Sinaloa, Rubén Rocha, y San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, el dirigente nacional de Morena pidió a sus legisladores no dejarse engañar por la derecha con el falso discurso de la militarización. Delgado olvidó que hace menos de 15 días en la Comisión Permanente, la bancada de PAN revivió videos en los cuales el entonces opositor protestaba con intensidad contra la ahora “bienvenida” militarización.
Mier ofreció que los legisladores de Morena y sus rémoras garantizarán que la GN sea un instrumento que permita a López Obrador cumplir el mandato constitucional de proteger la integridad física y el patrimonio de los mexicanos.
Los legisladores oficialistas pretenden “saltarse” el obstáculo de la votación calificada (dos terceras partes de los presentes) con una simple modificación a las leyes reglamentarias. Presuponen que habrá demandas de inconstitucionalidad que tendrá que revisar la Suprema Corte de Justicia, en donde la mayoría de ministros alineados con la 4T aprobarán los aspectos esenciales de la reforma —como ocurrió en el tema energético— y así el régimen no podrá ser acusado de violar las leyes, pero pondrá en práctica los cambios que desea el mandatario tabasqueño.
Pero no todos en las filas de Morena están
convencidos de que ese debe ser el camino
El coordinador de los senadores de Morena y precandidato presidencial Ricardo Monreal afirmó que la iniciativa preferente que enviará el presidente López Obrador no podrá ser aplicable, porque “ningún ordenamiento jurídico, decreto o acuerdo puede estar por encima de la Constitución”.
“Mi punto de vista es que se requiere reforma constitucional, no puede ni por la vía del decreto, ni por vía acuerdo ni tampoco ningún otro ordenamiento jurídico menor al de la Constitución, estar situado jerárquicamente por encima de ella”.
De hecho, Monreal puso en evidencia la maniobra con la que pretenden los senadores y diputados de Morena y sus aliados imponer los cambios sin tener que modificar la Constitución.
“El Presidente ha definido que enviará una iniciativa. Había dicho que iba a hacer una iniciativa de reforma constitucional. Ahora se plantean reformas a la legislación secundaria, ¿Por qué razón? porque no tiene la seguridad de la mayoría constitucional y creen ellos, cree el gobierno que les otorgarán la mayoría simple porque Morena por sí y sus aliados puede tener mayoría para estas cuatro leyes. Será un debate interesante”, remató.
Monreal, doctor en Derecho que ha dado testimonio de su independencia de criterio y de la disposición a negociar con la oposición, aseguró que el Senado está listo para recibir la iniciativa relativa a la Guardia Nacional para revisarla con participación de todos los grupos parlamentarios.