Nuevo revés jurídico contra Palacio
Alberto Vieyra G. viernes 5, Ago 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“Mal comienza la semana para el que ahorcan en lunes”. Y en lunes, día en que ni las gallinas ponen, AMLO recibió otro revés jurídico cuando el juez Primero de Distrito en el Estado de Yucatán, Adrián Fernando Novelo Pérez, otorgó a defensores ambientalistas una segunda suspensión definitiva contra las obras del Tren Maya en el Tramo 5, que va de Cancún a Tulum.
El segundo amparo ni mella le provocó a López Obrador que ya había declarado hace una semana que esa obra era de interés nacional y va ‘porque digo yo’ y que “no me salgan con que la ley es la ley”. ¡Qué desprecio para socavar con tanta impunidad a las leyes y al Estado de Derecho, qué desprecio a la división de poderes en en este caso al Poder Judicial!
Ya sólo falta de que un día de estos AMLO nos salga con que la Cámara de Diputados o el Congreso de la Unión le otorguen poderes supremos para disolver instituciones y hacer lo que se le pegue la gana declarando que tal o cual cosa es de seguridad nacional, práctica común en los dictadores.
Sobre este escandaloso asunto recupero el artículo de este lunes 1 de agosto de Diego Fernández de Cevallos en Milenio titulado “¡Hay intervención extranjera!”. Dice:
“Está en curso el juicio de amparo promovido por mexicanos ambientalistas en defensa de la flora, la fauna y los valiosos vestigios arqueológicos (de los pueblos originarios) en una maravillosa zona del sureste del país, hoy en proceso de criminal destrucción por el desquiciado residente de Palacio Nacional.
“El juez responsable del referido procedimiento otorgó la suspensión definitiva de esa devastación, en el tramo cinco de la construcción del Tren Maya, en tanto se resuelve por sentencia firme el fondo del asunto. El gobierno federal ha violado (y sigue violando) la mencionada suspensión de las obras, tratando de justificar su desacato con el ardid de haber declarado esa obra como de “seguridad nacional”.
¿Y cuáles son los argumentos para tal declaración? Según el gobierno, tres:
1) “La suspensión de la obra sube sus costos”.
2) “La justicia es lenta”.
3) “El gobierno de Estados Unidos se opone a la construcción del Tren Maya, y cuenta con el apoyo de mexicanos traidores a la patria”.
Así, vocifera, se da “la intervención extranjera”; y, encarnado en pueblo, se envuelve patrióticamente en la bandera nacional en defensa de nuestra soberanía. Con esa pirueta o machincuepa, propia de un vulgar tracalero con trastorno de personalidad narcisista, de hoy en adelante cualquier capricho surgido de su ruin y perverso cerebro será declarado de “seguridad nacional”, pasando por encima de las leyes y de los demás poderes.
Podrá repetir su atraco cuantas veces le dé la gana, porque ya lo ha dicho: “a mí no me salgan conque la ley es la ley”. Es de esperarse de los quejosos amparistas (si no lo han hecho) la ampliación de su demanda, o una nueva, donde reclamen específicamente la inconstitucionalidad del decreto en el cual se hizo la infundada y chapucera declaración de “seguridad nacional”. Su alteza pequeñísima se sabe absolutamente impune, por eso su constante comportamiento atrabiliario, como si la rueda de la fortuna no estuviera girando sin reposo y muchos poderosos no hubieran pasado a la historia como simples bazofias.
El artículo 3 de la Ley de Seguridad Nacional establece: “Por seguridad nacional se entienden las acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano”.
El artículo 42 especifica de manera inequívoca: “La defensa del territorio y la población será frente a la amenaza a la nación”: Ahora el ínclito, integérrimo y bien amado Tartufo saca de su chistera “la oposición de EU” a la construcción de ese trenecito (para hacernos creer la existencia de una “intervención extranjera, apoyada por mexicanos traidores a la patria), y pretende justificar así su desacato a lo ordenado por un juez federal. Pronto sabremos si el Poder Judicial es poder o criado.