Recuerdos del viejo priismo
¬ Augusto Corro miércoles 3, Ago 2022Punto por punto
Augusto Corro
Las elecciones internas de Morena no fueron un ejemplo de democracia como argumentan sus dirigentes partidistas.
Más bien, pareció un intento por imitar las viejas prácticas que enturbiaban la vida política en nuestro país.
Sin embargo, los líderes morenistas dijeron sentirse satisfechos. Para no darle vueltas al asunto, los guindas, en algunos sitios, se comportaron como auténticos priistas.
En los hechos que marcaron el sábado y domingo esas prácticas fallidas de democracia se registraron violencia, coacción del voto, votos inducidos y acarreos.
Lo ocurrido en la elección de consejeros, los militantes guindas, en un sinnúmero de casos, votaron sin saber por qué lo hacían.
Y por supuesto, tampoco conocían a quién favorecería su voto, como sucedía cuando los priistas eran dueños del poder.
Los propios militantes distinguidos de Morena, como es el caso de Gibrán Ramírez, manifestaron su inconformidad por las formas en que se llevó a cabo la jornada electoral.
Por ejemplo, el militante y fundador de la organización política se mostró decepcionado por las elecciones internas de su partido, (El Financiero).
La política de Morena, ¿cuál?
Para nadie es un secreto que la actividad política se sumió en un letargo desde el 2018.
El movimiento encabezado por López Obrador ganó las elecciones presidenciales. A partir de esa fecha, al morenismo ya nada le preocupó.
El partido y su dirigencia dueños de la situación optaron por la pasividad política. Es decir, por no hacer nada y solo aparecer en eventos partidistas. Por eso, el periodista y militante, Gibrán Ramírez, declaró que el partido carece de una vida orgánica y de una dinámica constante de sucesión de sus órganos internos.
Agregó que Morena está formado por un público que sigue al presidente y se aprovecharon de eso los dirigentes, la cúpula del partido (…) para cerrar el paso a los dirigentes que podían parecerles incómodos rumbo a las elecciones del 2023 y 2024 y para colocar a sus alfiles.
“No hay democracia, hay simulación”, expresó Gibrán Ramírez al preguntarle su opinión sobre las multicitadas elecciones. Finalmente se pronunció por la anulación del proceso electoral.
Lo que sigue
Los hechos del fin de semana son una muestra de lo que podría repetirse, pero con más intensidad, en la lucha rumbo a las elecciones presidenciales federales.
En Morena, son tres “corcholatas” las que oficialmente están autorizadas para competir por la nominación a la candidatura.
Y un cuarto precandidato, también morenista, con interés por participar en la contienda.
Los oficializados por el propio presidente López Obrador son las “corcholatas” Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno capitalino; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE); y Adán Augusto López, secretario de Gobernación (SG).
El cuarto aspirante es el senador zacatecano Ricardo Monreal, quien alzó la mano para decir que el quiere ser Presidente de México. Sin duda, los cuatro morenistas tendrán que trabajar en el interior de su partido para ganar adeptos. Ese trabajo traerá disputas y las corrientes de simpatizantes podrían crear una serie de conflictos.
Uno de estos problemas surgirá con las “encuestas patito”, como calificaron los inconformes el sistema para designar al candidato que buscará la silla presidencial.
Las elecciones internas en Morena servirán para que sus dirigentes analicen los resultados con el propósito de evitar el divisionismo. Como quien dice, ahora sí que tendrán que ponerse a trabajar. No será fácil, pues en el partido guinda empezarán las pugnas por el poder con miras a 2024.
Así, la meta principal en Morena será la de mantener la unidad a toda costa. Tarea nada fácil.
¿Usted qué opina amable lector?