Morena supera las pillerías del PRI
¬ Francisco Reynoso martes 2, Ago 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
Las elecciones internas en Morena para definir consejeros estatales, de los que saldrán los consejeros nacionales, fueron un asco. Vergonzosas.
Y ese es el partido en el gobierno de México. Y el partido que gobierna en 19 de los 31 estados del país. Y en la Ciudad de México.
Aquel PRI de tramposos que ganaba elecciones a como diera lugar, robando, embarazando o quemando urnas; comprando voluntades con dinero público o amenazando o matando gente, frente a la delincuencia organizada de Morena parece una pandilla de villanos tarados, tan estúpidamente malvados como los Chicos malos que quieren robarle su dinero a Rico McPato.
En palabras de López Obrador podría concluirse que frente a Mario Delgado y su hatajo, el PRI de Alito Moreno, con todo y las hazañas que le ha desvelado Layda Sansores, sería un niño de pecho.
Morena, en la misma ruta del PRD
En un artículo que escribió para un periódico español, el senador Ricardo Monreal pronostica que Morena tendrá un final similar al del PRD, ya en proceso de extinción.
Los partidos que tienen líderes carismáticos —dice eufemísticamente el aspirante sin rienda a la candidatura presidencial de Morena— y no se institucionalizan terminan por devorarse a sí mismos.
En sus mejores tiempos -en 1997 gana la capital de la República con Cuauhtémoc Cárdenas; en 1998, Zacatecas y Tlaxcala; y en 1999, Baja California Sur, luego gobernaría en Guerrero, Morelos y Tabasco- el PRD pudo llegar a Los Pinos, pero la rebatiña por el poder, los pleitos entre Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo por la candidatura presidencial, pusieron al partido de las tribus en el camino del declive.
Morena es, como lo fue el PRD, una horda que obedece a un sólo jefe: Andrés Manuel López Obrador. Y aunque él diga que no se mete en la vida de su partido porque “ya no me pertenezco”, ahora pertenece a todos los mexicanos, en Morena -advierte Monreal- todo gira alrededor de su gran líder moral.
Y cuando ese gran tlatoani ya no esté o ya no tenga fuerza para manejar el bastón de mando, las tribus se harán pedazos unas a otras, ávidas del poder absoluto.
El proceso electoral interno de Morena, este fin de semana, perfiló el futuro que tendrá el partido en el poder.
Lo veremos.
A cada capillita le llega su fiestecita.
La tentación de la reelección
La tentación de la reelección que evidentemente distrae la atención del caudillo López Obrador, no fue ajena a otros presidentes del México post revolucionario.
Pocos saben que un Presidente priista, de mucha prosapia, considerado el promotor del desarrollo industrial, turístico y económico del México moderno, Miguel Alemán Valdés, tuvo esa tentación y llegó a buscar operadores que, sin reparar en dinero, la ejecutaran.
En sus memorias, El alazán tostado, Gonzalo N. Santos, cuenta parte de esa intentona de Miguel Alemán.
Dijo que un día lo buscó en San Luis Potosí, Rogelio de la Selva, secretario particular del presidente Alemán.
Sin darle muchas vueltas al asunto le transmitió la petición del presidente Alemán de que encabezara un movimiento que extendiera el periodo presidencial o bien, reformara la Constitución para dar paso a la reelección.
El caudillo potosino tenía resentimientos con Alemán porque éste incumplió su palabra de llevarlo al gabinete. Y de plano respondió que no, que no contaran con él para lo uno ni para lo otro.
De la Selva lo encargó: “¿Por qué no?, si tú -le recordó- lideraste el movimiento la operación que llevó a la reelección del general Obregón”.
El alazán tostado buscó a los ex presidentes Manuel Ávila Camacho y Lázaro Cárdenas para alertarlos de la intención del Presidente de la República. Y, sobre todo, para conocer cuál sería la postura del Ejército sobre ese asunto.
Ávila Camacho y Cárdenas condenaron las ambiciones políticas de Alemán. Y afirmaron que el Ejército no apoyaría ni se inmiscuiría en una traición de esa naturaleza.
Gonzalo N. Santos consigna en sus memorias una frase con la que Lázaro Cárdenas concluyó: “Pobre licenciado Alemán, no va a saber qué hacer con tanto dinero”.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos