Las elecciones internas en Morena
¬ Augusto Corro martes 2, Ago 2022Punto por punto
Augusto Corro
Las elecciones del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el fin de semana, estuvieron manchadas por agresiones, acarreo, destrucción de urnas y condicionamientos de apoyos; es decir, lo que se ha practicado en la democracia mexicana desde hace varios sexenios.
Esas innumerables irregularidades para designar a consejeros del partido en el poder fueron la misma manera como cuando el PRI era el partido todo poderoso y se valían toda clase de triquiñuelas.
El entonces partido en el poder se las ingeniaba para arreglar, como se pudiera, sus conflictos internos y le sobraba energía para enfrentar a los adversarios políticos, que al final terminaron como ganadores.
En Morena se dio una lucha interna, que de no encontrar una solución adecuada, los conflictos podrían marcar el inicio de una guerra con el divisionismo, como meta, en esa organización política.
Sobran los ejemplos de partidos que no pudieron soportar el desgaste de la política interna y terminaron con la desaparición del instituto político o en vías de extinción.
En uno de esos casos se encuentra el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que mientras mantuvo la unidad, sus triunfos políticos fueron importantes.
Se inició el desgaste de la organización debido a los conflictos internos y sus principales dirigentes abandonaron el perredismo. El partido del sol azteca quedó en mano de líderes ambiciosos.
Las tribus políticas se multiplicaron, con sus luchas debilitaron al PRD que ahora se encuentra en vías de extinción; aliados en Va por México, sin esperanza de cambio alguno.
Los líderes Jesús Ortega y Jesús Zambrano, “Los Chuchos”, lograron mantenerse en el poder, pero se quedaron con una parte insignificante del partido. Militancias y dirigencias emigraron en busca de nuevos horizontes.
Esos ex perredistas, incluido su líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas, no pudo o no quiso limpiar al PRD de gente conflictiva. El propio López Obrador, abandonó el perredismo.
En la misma situación estuvo Alejandro Encinas y el propio Porfirio Muñoz Ledo, ahora despreciado por los morenistas. El divisionismo, pues, llevó a dirigentes experimentados a renunciar al PRD.
Cabe preguntar dónde quedaron las llamadas tribus.
Los pleitos anunciados
Días antes las mencionadas elecciones ya se comentaban las probables diferencias que surgirían el fin de semana. Sin embargo, Mario Delgado desatendió o no le dio importancia a las informaciones de descontento de los militantes guindas. Y ocurrió lo anunciado, surgieron las inconformidades en varios lugares de la República.
Los morenistas descontentos tuvieron el fin de semana para mostrarse de diferentes maneras; y afloró la falta de manejo político.
En las filas de electores estaban formados acarreados, gente que no sabía a que la habían llevado.
Otros recibieron dinero a cambio del voto. No faltaron los hechos violentos, propios de la falta de orientación política y de ambiciones de poder. En términos generales, como señalamos líneas arriba, las elecciones internas morenistas fueron una copia fiel de las peores prácticas priistas.
Trascendió que algunos ya fueron o van a denunciarlos ante las autoridades electorales con el propósito de que los anulen.
No faltaron las pugnas entre los morenistas distinguidos: John Ackerman y Epigmenio Ibarra.
Ackerman acusó a los guindas de acarreo, fraude, embarazo de urnas, boletas apócrifas y hasta de haber sido detenido por militantes de su partido.
Epigmenio, en tono de quejumbre, le dijo a Ackerman que estaba muy cerca de Ricardo Monreal y lejos de AMLO. La otra historia es que el senador Monreal se convirtió en “ave de tempestades” al no ser tomado en cuenta por el presidente López Obrador, como una de las “corcholatas”, es decir de presuntos aspirantes a la contienda federal presidencial de 2024.
Dijo el legislador zacatecano que no participaría en las elecciones de los morenistas.
Textualmente declaró: “Por respeto y solidaridad a los fundadores y a los militantes que fueron excluidos del proceso interno de Morena o aquellos que dejaron de participar; pero que está ya muy preconfigurada la resolución y el resultado de este proceso: no decidí participar”.
Al buen entendedor…
¿Usted qué opina amable lector?