A la caza de inconformes
Ramón Zurita Sahagún viernes 22, Jul 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Dos elementos de la 4T asoman como sobras tentadoras para encabezar la alianza opositora que disputará con Morena la presidencia de la república.
Son personajes que militan, todavía, en las filas de Movimiento de Regeneración Nacional, pero que algunos ven como posibles opciones para una oposición que carece de figuras para contender en junio de 2024.
Y es que muchos advierten la posibilidad de una ruptura dentro de las filas morenistas por parte de dos de los cuatro principales prospectos para la candidatura presidencial.
La alianza opositora compuesta por panistas, priistas y perredistas parece ser una realidad, con todo y los ataques al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, que hacen pensar en la posibilidad de una fractura, según aconsejan algunas figuras panistas.
Aunque falta mucho para la elección presidencial y la presentación de los abanderados de cada partido o alianza participante, se ventilan cantidad de nombres para competir dentro de sus organismos, sin que dentro de los nombres manejados en la alianza opositora sobresalga alguno de ellos.
Ninguno de ellos ha sido mencionado por alguna organización seria, sino por ellos mismos, sin que su autopostulación penetre en algunos sectores de la sociedad,
Esos nombres no resuenan, aunque cada uno, en su estilo construye castillos en su mente y alberga la posibilidad de ser considerado dentro de los personajes que serán evaluados, en su momento, para sacar al candidato de la alianza, si es que esta se consolida.
Por eso no se descartan los nombres de dos personajes que han transitado en cuando menos dos partidos de esa alianza que se quiere construir con miras a 2024.
Ante la ola de rumores que surgen por todos los rincones donde uno de los cuatro fantásticos de la 4T no es considerado por el gran elector de ese partido y el mejor posicionado es relegado, en descargo de las otras dos fichas, los componentes de la alianza no ven con malos ojos esa creciente posibilidad de que una fractura advertida para Morena podría traerles un candidato competitivo.
La situación es que, de los tres partidos componentes de la alianza, uno de ellos no adoptaría tan fácilmente a ninguno de los dos prospectos.
Los panistas no ven fácil que encajen Ricardo Monreal Ávila o Marcelo Ebrard Casaubon, si es que alguno de los dos decide romper con su actual partido.
Si ocurre eso, la alianza podría romperse y quedarse el Revolucionario Institucional y el de la Revolución Democrática con candidato, pero sin alianza, aunque surge la posibilidad de que entre Movimiento Ciudadano, si para entonces su aparente candidato, Luis Donaldo Colosio no creció lo suficiente para competir.
Y es que tanto Monreal Ávila como Ebrard Casaubon ya militaron en los tres partidos mencionados en el PRI, PRD y MC.
Claro que todo son suposiciones y versiones que se tejen en los mentideros políticos, porque, hasta el momento, ninguno de los dos amenaza con dejar a Morena, aunque cuando se perfile la decisión final podría ocurrir la adelantada fragmentación del Movimiento de Regeneración Nacional.
Por lo pronto, las mismas especulaciones establecen que si Marcelo es el candidato, Monreal lo apoyaría, aunque si el candidato es otro y mediante el método que a nadie satisface, el de las encuestas, sería otro escenario.
Los dos, Monreal y Marcelo ya sufrieron las consecuencias de esas encuestas que son guardadas tan sigilosamente. En 2012 todos apostaban a que Marcelo saldría victorioso sobre López Obrador, la encuesta que no fue mostrada tenía otra versión. Seis años después Monreal padeció lo mismo, la encuesta para encontrar al candidato de Morena en la CDMX envió al zacatecano al tercer lugar, lo que no lo dejó conforme.
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Sin importar que no se le considere “corcholata” como a otros de sus compañeros, Ricardo Monreal Ávila sigue adelante en su propósito de ser candidato presidencial y adelantó una propuesta de lo que sería una reforma fiscal como parte de lo que sería su proyecto de Nación. Dicha reforma propone la reducción del IVA y el ISR y la simplificación de los procesos del SAT, fortaleciendo la hacienda pública local.