Benito Juárez y La Carambada
Alberto Vieyra G. miércoles 20, Jul 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
AMN-. ¿Es verdad que el padre del Estado mexicano moderno, Benito Pablo Juárez García, fue envenenado y que la angina de pecho no fue la causante de su muerte? Póngase cómodo porque no repito.
Los doctores Ignacio Alvarado, Gabino Barreda y Rafael Lucio Díez coinciden en que la muerte del Presidente de la República que medía 1.58 m de estatura y vestía siempre de color negro, fue provocada por “neurosis del gran simpático”, es decir un infarto al miocardio y así se hizo constar en el acta de defunción número mil doscientos dieciocho, levantada en el registro civil a las 11 de la mañana del 19 de julio de 1872 por Benito Juárez Maza de 17 años, el hijo del Presidente. No hubo necropsia.
Sin embargo, desde la misma noche anterior en Palacio Nacional y fuera de él corría una inquietante versión: El presidente Benito Juárez fue envenenado. Se asegura que el indio predilecto de Guelatao acudió a Querétaro aproximadamente el día 28 de junio donde le fue ofrecida una comida y los historiadores coinciden en que en la mesa de honor estuvo sentada Leonarda Emilia, quien también se hacía pasar por Oliveira del Pozo apodada La Carambada, una mujer que sirvió como ama de compañía en el Castillo de Chapultepec a la emperatriz Carlota. La Carambada era novia de uno de los oficiales de la escolta del emperador Maximiliano de Habsburgo que fue llevado a prisión por algunos pecadillos. Leornada Emilia intercedió a todos los niveles e incluso acudió al presidente Benito Juárez pidiéndole ayuda para liberar a su amado, pero no lo consiguió y La Carambada montaría en cólera contra Benito Juárez, quien juró vengarse.
Desde entonces, Oliveira del Pozo se convertiría en salteadora de caminos. Oliveira montaba a caballo perfectamente y se cuenta que una vez entró con su corcel a la Catedral de Querétaro. La Carambada vestía como hombre y después de perpetrar sus fechorías, solía descubrirse el pecho para que sus víctimas supieran que era una mujer quien los había asaltado.
El caso es que, La Carambada sería invitada por Guillermo Prieto a una cena que se serviría en la casa de don Sebastián Lerdo de Tejada en donde la mujer fue sentada a la izquierda del presidente Benito Juárez. Historiadores, novelistas y estudiosos de la época juarista sostienen que La Carambada llevaba entre sus ropas un líquido cristalino, es decir un té preparado a base de “veintiunilla”, una yerbita venenosa que por aquella época se producía en grandes cantidades en los llanos del Bajío. En un descuido de los comensales, la Carambada vertió la “veintiunilla” en la copa de vino del Presidente de la República.
La particularidad de la “veintiunilla” es que sus efectos son muy similares a los que produce o producía en aquél entonces una angina de pecho y sus efectos mortales se sienten a los 21 días, es decir que de haber sido envenenado el Presidente los efectos mortales coinciden con aquel histórico 18 de julio a las 11:30 de la noche cuando el Presidente más grande que ha tenido la República dejó de existir, pero como no se le practicó la necropsia, científicamente no se puede probar un envenenamiento.
En el 2005, este átomo de la comunicación realizó un programa radiofónico sobre este macabro e inquietante suceso. Me impresionó recibir dos llamadas de productores cinematográficos e historiadores alemanes. Estaban fascinados por la historia de La Carambada. Me entrevisté con ellos y grande fue mi sorpresa cuando supe que hay historiadores extranjeros que saben mucho más de nuestra historia que nosotros los mexicanos.
¿Por qué no se realizó esta producción cinematográfica? Al parecer, la historia no recibió la luz verde en el gobierno de aquel entonces, pero ante el presunto envenenamiento del presidente Juárez podríamos estar ante un crimen de Estado.