Del “culiacanazo” al “topilejazo”
Alberto Vieyra G. viernes 15, Jul 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Catorce detenidos, cuatro policías heridos y cuatro secuestrados, que fueron liberados sanos y salvos, sería el saldo de un operativo matemáticamente planeado en Topilejo, a la salida de la carretera México-Cuernavaca en la alcaldía de Tlalpan en la capital mexicana, este martes 12 de julio.
En el topilejazo intervinieron policías de élite que enfrentaron a integrantes del cártel de Sinaloa, esto es a los chapitos de El Chapito, aquella celebridad del culiacanazo.
En el operativo en cuestión habla muy bien de la policía chilanga y del titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch un policía profesional por los cuatro costados que merecería estar en donde están otros ineptos encargados de la seguridad pública nacional que hacen operativos a lo wey.
En 2019, en Culiacán, Sinaloa, se llevaría a cabo el histórico culiacanazo, que exhibió a efectivos del Ejército, la Armada de México y la Guardia Nacional como dos instituciones inservibles que hicieron el ridículo por órdenes presidenciales, pues según AMLO el operativo fue mal planeado y amenazaba con desatar una carnicería por el gran número de mafiosos que intervendrían en el rescate del hijo de El Chapo, el Chapito Ovidio Guzmán, que hasta hoy goza de impunidad, pese a que según se supo, había una orden de aprehensión por parte de Estados Unidos.
La absurda justificación presidencial sobre el fallido culiacanazo ofende a la inteligencia y al sentido común de todos los mexicanos bien nacidos porque, según los estudiosos del carácter, estamos ante una justificación que lo único que refleja es ineptitud del gobierno en la aplicación de la ley o bien, que como dice don Porfirio Muñoz Ledo existe una “alianza” entre el crimen organizado y los gobernantes emanados de Morena.
Entre el culiacanazo y el topilejazo de esta semana hay un abismo que refleja dos cosas: ineptitud y profesionalismo en la aplicación del Estado de Derecho. Allí está el meollo del asunto que nos dice que no son necesarios los balazos ni los abrazos, sino única y exclusivamente la aplicación de la ley usando toda la fuerza del Estado. No estamos hablando de que maten en caliente a los criminales, no, sino que se aplique llanamente la ley y otro gallo nos cantaría en la Patria mexicana.
Hace un par de semanas, el Inegi reveló en una encuesta que el 71% de los mexicanos se sienten inseguros en México y el 70% cree que el gobierno ha entregado la plaza a los delincuentes que en lo que va del régimen de AMLO los criminales han sembrado el terror con 122 mil asesinatos dolosos, como si estuviésemos en una nación en guerra.
Los números son duros y nos dicen que los mexicanos son infelices en una nación en la que no impera la paz social, sino la ley del monte.
¿Merece una clase política inepta que se le refrende el voto de los mexicanos en las próximas elecciones presidenciales? ¿Verdad que es tiempo de reflexionar sobre a quién daremos nuestra suprema voluntad en las urnas? ¿Merece un gobierno reprobado en materia de seguridad pública nacional seguir simulando con los “abrazos, no balazos” y de que “a los criminales se les tiene que proteger porque también son seres humanos? ¿No le parece a usted que esa dizque estrategia es otra ofensa a la inteligencia y al sentido común de los mexicanos?