Las buenas obras del ex presidente Echeverría no lo libran de la infamia
Miguel Ángel Rivera lunes 11, Jul 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Uno de tantos aniversarios de haber salido de Excélsior —perseguidos casi como delincuentes o convertidos en mártires de la libertad de expresión, como se le quiera ver— mi extrañado amigo Marco Aurelio Carballo asumió la pose de hombre serio que tanto le gustaba y me sentenció:
—“Oye, Rivera, creo que hicimos bien en salir de la “Lechuza” (así le decíamos en confianza al influyente diario en el que trabajamos hasta el 8 de julio de 1976).
—¿Por qué dices eso?, le respondí, con el recuerdo fresco de haber sido reporteros del entonces diario más influyente de nuestro país. Ni siquiera teníamos la competencia del radio y la televisión que entonces eran considerados de segundo nivel.
– Es que si siguiéramos en Excélsior todavía seríamos suplentes, explicó el que entonces era director del diario Centenario, un proyecto de diario financiero que finalmente resultó fallido, pero que consolidó amistades que se empezaron a forjar en muchos y diferentes medios de comunicación.
Lo de ser suplentes se debe explicar para los no involucrados en el periodismo y, en particular, quienes no conocieron los antiguos procedimientos que nada tienen que ver con el mundo actual dominado por las “benditas redes sociales”. Los reporteros pertenecíamos a dos categorías: una, los que tenían una asignación fija (fuentes) y otros, los suplentes, que cambiábamos de rumbo cada día para cubrir las ausencias de los titulares, pues entonces eran muy pocos los que descansaban sábado o domingo (un solo día a la semana) y tenían su asueto cualquier otro día de la semana.
Cuando Marco Aurelio, al que entre nosotros llamábamos “El Príncipe Lancandón”, por su buena presencia, se refería a ser ayudantes es porque, en ese momento, muchos de los que nos antecedían profesionalmente estaban en activo. En consecuencia, nosotros, los “jóvenes”, todavía tendríamos que esperar turno para ascender al primer nivel.
Espero no ser cursi, pero en la vida nada es definitivo y mucho menos en el periodismo, donde nada se puede dar por concluido ni definitivo.
Centenario tampoco lo fue, pero a muchos de sus integrantes nos fortaleció como profesionales del periodismo y, como nuestros antecesores, a los que se refería Carballo, todavía nos mantenemos en activo. Otros se adelantaron en caminos no conocidos y los extrañamos.
Todo lo anterior y muchas otras ideas me sacudieron durante el fin de semana, a partir de conocer la noticia de que murió el ex presidente Luis Echeverría Álvarez, poco después de haber cumplido los cien años de edad.
Echeverría, la bestia aborrecida
Como Presidente, Echeverría logró realizaciones materiales muy importantes, como crear el Instituto Nacional del Fondo para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y luchar internacionalmente por la igualdad de las naciones (fortalecimiento del llamado Tercer Mundo), así como evitar la proliferación de las armas nucleares, su tarea como gobernante de México quedó manchada por su involucramiento en los peores actos de represión en el México moderno, las masacres del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y del 10 de junio de 1971 en el cruce de las avenidas San Cosme y Melchor Ocampo, ahora conocido como Circuito Interior.
Sucesos dolorosos, de trascendencia para el país. El propio Echeverría intentó dar muestras de distensión al “acercarse” a los jóvenes y decretar amnistías para los detenidos a consecuencia de los sucesos del 68, pero no le fue suficiente para librarse del estigma de los violentos sucesos ya referidos, como lo prueba el hecho de que finalmente fue acusado de delitos relacionados, con el castigo de prisión domiciliaria. Tarde, pero pagó en parte por sus supuestos delitos.
Sin embargo, para mí, Echeverría no dejará de ser el represor de la libertad de expresión. En julio de 1976, Excélsior era considerado uno de los diarios más importantes de América Latina y, sin exagerar, del mundo.
Mucho de ese prestigio se le debe al que, entonces, era su director, Julio Scherer García, pero no estaba solo, encabezó a un grupo de sobresalientes periodistas, como su compañero al frente de la cooperativa Excélsior, Hero Rodríguez Toro, quien dejó las labores propiamente periodísticas para atender cuestiones administrativas, al grado de hacer de esa institución una de las principales empresas de México.
En labores directivas estaban, también, Manuel Becerra Acosta, Miguel Ángel Granados Chapa, Miguel López Azuara, Jorge Villa Alcalá, Arnulfo Uzeta y Vicente Leñero, además de una cauda de intelectuales encabezados por el que fuera premio nobel Octavio Paz, así como el profesor emérito Daniel Cosío Villegas, quien falleció meses antes del “atentado”, una supuesta revuelta populista que involucró a los “explotados” trabajadores de talleres y administración contra los “privilegiados” de la redacción.
Lo cierto es que todos fuimos favorecidos de ser parte de una institución que nos garantizaba ingresos superiores a cualquiera de nuestros iguales en otras empresas. Pero eso no contuvo ambiciones desmedidas, al grado que los “ganadores” destruyeron a la cooperativa hasta llevarla a la quiebra y obligar a venderla a un consorcio privado que actualmente la maneja, encabezada por el empresario Olegario Vázquez Raña.
De la simiente de Excélsior surgieron prestigiosos medios como (el ahora alicaído) unomásuno y la todavía influyente revista Proceso, además de que otras muchas redacciones recibieron el refuerzo de numerosos destacados profesionales del periodismo que optaron por seguir un camino propio.
Como cristiano que soy, y no soy juez, lo único que puedo decir de Luis Echeverría Álvarez es: “descanse en paz, Dios lo perdone”.
Continúa la persecución contra “Alito”
El que seguramente no puede decir lo mismo de la llamada Cuarta Transformación es el presidente del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, sobre el cual parece confirmarse la amenaza que le transmitió su amigo, el ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello: “se van a ir con todo”.
La embestida contra el dirigente nacional del otrora poderoso partido tricolor lo encabeza su sucesora al frente del gobierno de Campeche, la “morena” ex priista Layda Sansores, quien cada semana difunde videos comprometedores del dirigente nacional del PRI.
Las grabaciones, aunque ilegales, exhiben a un “Alito” procaz y aparentemente comprometido en operaciones financieras ilegales, pero hasta ahora no hay una denuncia formal en su contra. No se sabe si es porque hasta ahora la Fiscalía General de Campeche, encabezada por el también ex priista Renato Sales no ha conseguido pruebas contundentes de las irregularidades o porque se trata sólo de una intimidación.
Luego del cateo por parte de la Fiscalía campechana en una de sus propiedades, con el derribo por la fuerza de la puerta de entrada porque supuestamente no se les franqueó el paso, al regreso adelantado de Europa, a donde fue a denunciar las presiones en su contra, durante una reunión de la Internacional Socialista, en la que fue confirmado como vicepresidente en su calidad de dirigente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPPAL), Moreno Cárdenas se encontró con una desagradable sorpresa al ser retenido más tiempo que el resto de los pasajeros del mismo vuelo, procedente de París, por una presunta “alerta migratoria”.
Debido a esa alerta, “Alito” Moreno, quien es investigado por el presunto delito de enriquecimiento ilícito, denunció que haber sido retenido por más de una hora, misma en la que, dijo, llenó “documentos no oficiales”.
El líder reiteró su declaración en el sentido de que no se dejará amedrentar, respecto a un mensaje en redes sociales de Fiscalía General de la República, luego retirado, en la que confirmaba que investiga el dirigente y diputado federal priista por su probable responsabilidad en los delitos de desvío de recursos federales, lavado de dinero, fraude fiscal, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias.
“Estoy aquí en la Ciudad de México, a ver qué otra violación a la ley quieren hacer en esta persecución política a todos los opositores. Estoy con mi esposa, está preocupada, estamos aquí juntos. Hacemos un llamado a todos a no dejarnos amedrentar, a levantar la voz y luchar por México, no a la dictadura”, expresó “Alito” Moreno.