De LEA a Peña Nieto
Ramón Zurita Sahagún lunes 11, Jul 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El momento es difícil, los ex presidentes de México son cuestionados, principalmente por el tema corrupción y se avista, si es que en verdad se actúa, una terrible guerra de papel.
En ese acontecer actual falleció el ex presidente Luis Echeverría Álvarez, el mandatario mexicano más longevo (100 años) y cuyo precedente es haber sido el primero de los ex presidentes en haber sido sometido a la ley.
Luis Echeverría fue un político sumamente polémico, al que se acusó de crímenes de lesa humanidad, motivo por el que lo requirió la justicia mexicana e incluso fue procesado. Por su avanzada edad se le permitió sufrir prisión domiciliaria y aunque era un político de reconocida fortuna económica, jamás se le cuestionó esa riqueza.
Contrario a la actualidad en la que se revisan los ingresos y egresos de los anteriores mandatarios mexicanos y se habla de la corrupción de varios de ellos y de sus familiares o círculo cercano.
La mira del actual gobierno parece situarse en los posibles actos de corrupción de las administraciones de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y, principalmente, Enrique Peña Nieto.
Son muchos los que cuestionan ese repentino ajuste de cuentas y precisan que se trata solamente de prender alarmas, sin llegar al fondo del tema y que solamente se trata de dejar constancia de que los comicios del Estado de México y los presidenciales darán mucha que cortar.
Curioso resulta que, en México, los temas políticos y de corrupción se usen solamente como medio de presión y no para conocer la verdad sobre las tantas versiones que circulan sobre la voracidad política en los primeros niveles por el acaparamiento de fortunas.
Del gobierno de Enrique Peña Nieto se han contado historias sobre la forma arbitraria y abusiva de algunos de los integrantes de su gabinete, de la familia cercana al mandatario y hasta de sus muchos amigos. Ese tema, precisamente, fue uno de los detonantes para la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador, ya que el hartazgo de los ciudadanos llegó a su límite.
Fue un sexenio en el que las evidencias fueron tan grandes que varios de los gobernadores terminaron en la cárcel y algunos de ellos continúan detenidos y en procesos judiciales.
Luis Echeverría fue el primero de los ex Presidentes de México en ser sujeto de proceso y Enrique Peña Nieto puede convertirse en el primero en pisar prisión, si es que el gobierno actúa de manera firme y no utiliza su caso como método de presión y chantaje.
Echeverría se mantuvo siempre en México, incluso cuando era sometido a presión por la investigación en su contra, Peña Nieto emprendió la retirada hacia Europa en cuanto entregó la banda presidencial, tal vez, como parte de un acuerdo entre el Presidente entrante y el saliente.
De ese acuerdo se habló mucho y parecía ser verdadero, hasta la reciente reacción del gobierno, donde se aseguró que existe una carpeta de investigación en torno a delitos varios que pueden llevar al mexiquense a ser detenido, incluido varios de sus familiares y de su ex familia política.
Los tiempos cambiaron mucho desde el triunfo presidencial de Luis Echeverría hasta el de Enrique Peña Nieto y la forma en que arribaron al poder fue distinta. Echeverría escaló todos los puestos burocráticos, pasando por ser secretario particular, oficial mayor, subsecretario, secretario y, finalmente, Presidente de México, en una escalada burocrática. Peña Nieto lo hizo en forma vertiginosa y siempre al lado de hados protectores. En diez construyó su arribo a la Presidencia de la República, cuyo mayor mérito para alcanzarla es que “es guapo” decían miles de seguidoras.
Hoy Luis Echeverría el que basó su lema de campaña en Arriba y Adelante y creó el Infonavit, la secretaría de Turismo y abrió al desarrollo los polos turísticos de Cancún y Los Cabos, entre otras cosas y soñó con el futuro de ser secretario general de la ONU falleció y sobre Enrique Peña Nieto se cierne un, aparente futuro demasiado oscuro.
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Terrible el acoso que sufre el dirigente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas, al que simplemente le producen calambres, para desarmarlo y que desde el gobierno federal se intervenga dentro del partido tricolor. Se trata de desatar la pretendida alianza de priistas, panistas perredistas en torno a una candidatura común en el Estado de México.