Herencia panista
Ramón Zurita Sahagún viernes 3, Jun 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Dos estados recuperados por el PRI de las manos panistas en la elección de julio pasado, enfrentan serios problemas financieros por los adeudos heredados. Se trata de Aguascalientes y Tlaxcala, ambos estados gobernados por administraciones panistas. El primero por 12 años y el segundo por 6, tiempo suficiente para dejarlos hundidos en un desastre financiero.
Los problemas se acrecentan al conocerse el boquete económico dejado en términos de 2 mil 500 millones de pesos por la administración de Luis Armando Reynoso Femat y más de mil millones por la de Héctor Ortiz Ortiz.
El adeudo no parece tan grande, comparativamente con los de otras entidades, aunque en el caso de esas dos entidades representa una sangría enorme, especialmente por lo enredado del asunto.
Aguascalientes tiene un presupuesto anual de 14 mil millones de pesos, por lo que los adeudos son muy significativos, casi el 20 por ciento, pero el problema ya grande en sí, crece, cuando un banco como Interacciones le cierra las puertas y lo boletina como mala paga por los adeudos contraídos, los que ni siquiera superaban los 90 millones de pesos.
El gobierno del priísta Carlos Lozano de la Torre asumió el 1 de diciembre pasado, después de 12 años de gobiernos panistas y encontró que el cero adeudo dejado por la última administración priísta, la de Otto Granados Roldán, se inició la cadena con el gobierno de Felipe González, con una deuda manejable de menos de cien millones de pesos, misma que creció en forma severa en la pasada administración que encabezó Luis Armando Reynoso Femat.
Y lo peor de todo es que no se encuentran los rubros en los que se invirtieron esos recursos.
Luchando contra esas contrariedades, el gobierno de Lozano de la Torre consiguió que Interacciones les levantara el veto y renegociaron la deuda, misma situación que busca con la parte sustanciosa de la herencia panista.
En Tlaxcala, la situación es más complicada, ya que el gobierno saliente de Ortiz Ortiz dejó el adeudo de los mil millones sumamente escondido y apenas se están haciendo las cuentas para saber la magnitud del hoyo financiero.
Mariano González Zarur tomó posesión el pasado 15 de enero y encontró la entidad sumida casi en la bancarrota, por los pendientes heredados.
La transición en Tlaxcala no fue lo tersa que en otras entidades, ya que González Zarur y Ortiz Ortiz no coinciden en casi nada.
Tal vez, las únicas coincidencias es que los dos fueron militantes priístas (González Zarur sigue siéndolo) y compitieron por la candidatura del tricolor en 2004, logrando la victoria Ortiz con los blasones del PAN.
Tanto Aguascalientes como Tlaxcala están considerados como de los estados menos poblados del país, aunque los contrastes entre ambos son notorios.
En el estado gobernador por Carlos Lozano hay buenos ingresos por tratarse de una entidad industrializada, en la que el turismo deja una buena derrama, por celebrarse en ella la feria más importante del país y aunque decepcionó la producción vitivinícola, sigue siendo una de las cuatro regiones dedicadas a la siembre de uva y producción de vino.
Tlaxcala requiere de más industrias, ya que los textiles no son lo redituable que antes y aunque cuenta con atractivos turísticos la derrama en ese sentido no es tan grande.
Es por eso que en ambas entidades, la herencia panista de los adeudos impacta fuertemente en el desarrollo de las entidades.
González Zarur ha tenido que lidiar en los pocos más de cuatro meses de su gobierno con una serie de promesas incumplidas por su antecesor, por lo que plantones y exigencias no se han hecho esperar.
Y es que en las dos entidades, escasean los recursos financieros y se han tenido que tapar los boquetes heredados de las nefastas administraciones panistas de Luis Armando Reynoso, en Aguascalientes y Héctor Ortiz Ortiz, en Tlaxcala.
RENTA DE AERONAVES
El poco tiempo de campaña (45 días para recorrer cerca de 130 municipios), lo vasto del territorio mexiquense y la necesidad de hacerse presente ante el mayor número de electores posibles, llevó a dos de los tres candidatos al gobierno mexiquense a la renta de helicópteros.
Simplificando los viajes, acortando las distancias y ahorrando tiempo, Eruviel Ávila Villegas y Luis Felipe Bravo Mena, candidatos del PRI y PAN, respectivamente, hacen uso de esas aeronaves, lo que le generó críticas fuertes del otro contrincante, Alejandro Encinas Rodríguez.
El perredista se rasga las vestiduras, al pedir a sus adversarios sean más medidos en sus gastos, olvidando que existe un tope de los mismos y que será la autoridad, la que determine si hubo excesos en alguno de ellos.
Pero con todo y ello, las campañas mexiquenses son de flojera, con un candidato que rebasa en proporción de dos y hasta tres a uno a sus antagonistas.
De ahí que será importante la fecha del 8 de junio, en que los tres candidatos sostendrán el primero de los debates que celebrarán antes del 3 de julio, fecha de la elección.
EL IMPACTO DE CHUCHO ORTEGA
Sorprendido e impactado quedó Jesús Ortega Martínez al presenciar uno de tantos sucesos que ocurren a diario en diversas entidades del país, un tiroteo y levantón de una persona.
Ocurrió en Tepic, Nayarit, donde Ortega Martínez trabaja como coordinador de campaña de uno de sus pupilos, Guadalupe Acosta Naranjo.
Un grupo armado penetró al hotel donde se hospedan los estrategas perredistas y sostuvo un enfrentamiento, del que el saldo probable fue una persona muerta y otro levantado.
Tratando de jalar agua a su molino, el propio Ortega y su candidato a gobernador se aposentaron en palacio de gobierno para exigir garantías por parte del inepto gobernador Ney M. González y que establezca una mesa de diálogo entre los diversos sectores para enfrentar a la delincuencia organizada.