Que siempre no
¬ Augusto Corro viernes 3, Jun 2011Punto por Punto
Augusto Corro
- Cordero rectifica su dicho
- La pobreza, problema serio
- Fracaso, la guerra antidrogas
Por favor, no echar las campanas a vuelo: México sí es un país pobre. Como informamos, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, siempre con excelente sentido del humor, declaró que hace mucho tiempo que México dejó de ser pobre, es ya un país de renta media “que empieza a consolidar clases medias como hacía mucho tiempo que no lo lográbamos”.
Las declaraciones desatinadas levantaron una polémica encendida, puesto que se conoce que en México hay 54.8 millones de mexicanos en condiciones miserables. La cifra de pobres crece diariamente. Además, es nula la creación de empleos y la guerra contra el narco provocó fuga de capitales.
Sólo unos cuantos mexicanos pueden festejar las ocurrencias de Cordero, porque son dueños de fortunas inmensas. Todo México lo sabe. La pobreza es innegable. Y como dijera el senador Fernando Castro Trenti, “tenemos problemas enormes y debemos resolverlos a partir de evitar caer en la autocomplacencia”.
Por eso, les reitero no echar las campanas a vuelo. Posiblemente, el secretario Cordero entendió que sus dichos fueron interpretados como verdaderos insultos a esa masa inmensa de gente de escasos recursos económicos, que ronda en la pobreza extrema.
No faltó algún valiente que se atrevió decirle al funcionario citado que lo más conveniente era enmendar la plana. Así, con la misma facilidad que nos sacó de la miseria, nos volvió a dejar en la pobreza, con el agregado de que esta última es un problema “muy serio”.
Recalcó que el problema “se está atendiendo y con buena política pública esperemos que poco a poco esta recuperación económica permita que muchas de esas familias que están en condiciones de pobreza puedan pasar a clase media”.
La semana pasada, Cordero fue destapado como candidato presidencial panista por un grupo de notables azules, al más puro estilo priísta de épocas pasadas.
A partir del destape, muy deslucido por cierto, se trató de que el funcionario aprovechara el impulso de la cargada para posicionarse como puntero del grupo de seis que también tienen aspiraciones de llegar a Los Pinos.
Pero a Cordero no se le ven ganas de ponerse la camiseta panista y aventarse al ruedo. Tal vez su carácter tranquilo no le permite reflejar otra figura política que no sea la del tecnócrata frío, que se apoya en las estadísticas, sin tomar en cuenta las necesidades de los menos favorecidos económicamente.
Los errores de apreciación de Cordero, son aprovechados, obviamente, por sus adversarios políticos. No en balde el senador Santiago Creel encabeza la lista de los aspirantes presidenciales panistas. Y claro, el flamante secretario de Hacienda podrá tener todas las virtudes, pero le falta una: la prudencia.
¿PERCEPCIÓN?
En una encuesta, el 58 por ciento de entrevistados reconoció que el crimen organizado le va ganando la lucha al gobierno. Lo anterior se desprende de un sondeo sobre percepción de seguridad ciudadana en México, realizada por Consulta Mitofsky. Además, un 85 por ciento de mil encuestados consideró que la seguridad está peor que hace dos años.
Según la consulta, la inseguridad es el centro de las preocupaciones de los mexicanos. Otros datos importantes de la encuesta reflejaron que el 71 por ciento de entrevistados aprueba el incremento de la presencia de soldados en las ciudades; mientras que un 74 por ciento rechaza que haya agentes de Estados Unidos en territorio mexicano.
Respecto a la legalización de las drogas, un 70 por ciento pronunció en contra y un 74 por ciento se negó a acuerdos que permitan una negociación con las bandas de criminales.
De lo anterior se desprende que la violencia se recrudece y que la estrategia de seguridad del gobierno federal no está dando los resultados esperados, según declaraciones de Josefina Ricaño, presidenta de la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) que junto con (CM) hicieron la encuesta.
Una vez más, se manifiesta la necesidad de analizar las tácticas para enfrentar con mayor efectividad a la narcodelincuencia, porque si para algunos mexicanos se trata, simplemente, de una apreciación, para otros significa vivir en el infierno.
Es difícil comprender cómo se puede vivir en medio de balaceras, asesinatos y secuestros que ocurren a cado rato y en todos lados. Las tragedias se registran en un sinnúmero de ciudades norteñas y a pesar de que constantemente se habla de delincuentes detenidos, continúan los crímenes y las inhumaciones clandestinas. Las cifra de más de 40 mil muertos y más de 10 mil desaparecidos son suficientes para que las autoridades federales reflexionen sobre la necesidad de revisar su estrategia.
Últimamente se puso en entredicho la participación de los gobiernos estatales en esa cruzada contra la delincuencia organizada; pues se conoció que no todas las autoridades están comprometidas en esa lucha, ya sea por incompetencia, omisión o simplemente porque no les interesa. Sus altos mandos no proporcionan la confianza que se necesita para enfrentar a los cárteles de la droga. Los errores saltan por todos lados.
Por otra parte, en Nueva York, políticos e intelectuales manifestaron que la lucha contra el narcotráfico ha fracasado con consecuencias devastadoras en todo el mundo. La Comisión Global de Políticas Sobre Drogas dijo que tratar a los productores, distribuidores y consumidores de drogas ilícitas como criminales no ha funcionado y no ha reducido el suministro o consumo de drogas ilegales.
En la mencionada comisión participan los escritores Mario Vargas Llosa, del Perú, y Carlos Fuentes de México, además el ex presidente Ernesto Zedillo, el ex mandatario colombiano César Gaviria y el ex presidente brasileño Fernando Enrique Cardoso.
Son muchos los puntos de vista que deben tomarse en cuenta para avanzar en una guerra que se antoja interminable, cuyos daños ya resiente la sociedad mexicana que desea, ansiosamente, el retorno a la tranquilidad.
Como señalamos arriba, los miembros de la mencionada comisión señalaron que la lucha contra las drogas “ha fracasado” a escala global y se requieren reformas “urgentes” para cambiar la situación, entre ellas, poner fin a la criminalización de consumidores y despenalizar la mariguana.