Sociedades sin memoria
Luis Muñoz viernes 3, Jun 2011Segunda vuelta
Luis Muñoz
La Comisión Bicamaral del Sistema de Bibliotecas clausuró el Primer Encuentro de Archivistas de los Poderes de la Unión, con el propósito de compartir experiencias y tener un marco jurídico para estandarizar el acervo documental y archivístico a nivel nacional.
Empero, es importante destacar que dentro de las conclusiones se afirma que los participantes coincidieron en que “las sociedades que no disponen de archivos son sociedades sin memoria. Sin ellos (los archivos) en la práctica no existiría organización del Estado, ni un buen gobierno, ni transparencia, ni rendición de cuentas, ni impulso a la democracia”. Sin embargo, tampoco hay que perder de vista que las bibliotecas que prestan el mayor número de servicios y que al mismo tiempo tienen las colecciones más grandes, son precisamente las que tienen el más alto presupuesto, y México no cuenta con una partida presupuestal para este tipo de adquisiciones.
En la clausura del evento, Francisco Luna Kan, director general de Servicios de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados, dijo que se debe impulsar la aprobación de la Ley Federal de Archivos.
En su opinión, permitiría facilitar la interconectividad e intercambio de archivos entre municipios, estados y federación.
Por su parte, la directora general de Clasificación y Datos Personales del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), Lina Gabriela Ornelas Núñez, destacó que los poderes de la Unión tienen que manejar archivos actualizados, por lo que es necesaria su regulación.
Mencionó que hay estudios de impacto económico por no contar con archivos ordenados. Por ejemplo, el Estado puede llegar a perder juicios por no poseer documentos que demuestren la propiedad de un inmueble, ganando así los particulares.
La ley que se espera aprobar, prevé que el Archivo General de la Nación (AGN) sea un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación con autonomía de patrimonio y de gestión.
Puntualizó que se crearía el Consejo Nacional de Archivos, representado por los tres poderes de la Unión, un Sistema Nacional de Archivos y un Consejo Asesor Académico del AGN.
Ornelas Núñez agregó que los países con economías desarrolladas cuentan con una Ley de Archivos e instituciones sólidas que permiten la rendición de cuentas, abatir costos, eficacia informativa, toma de decisiones, responsabilidad administrativa y transparencia.
Durante su participación, la directora de Investigación y Normatividad Archivística del AGN, María del Pilar Pacheco Zamudio, destacó que contar con una legislación permitiría la rectoría a esta institución en el manejo documental y crear mecanismos de estandarización en el manejo de acervos.
Expresó que deben establecerse las bases para una política nacional archivística con documentos actualizados, mediante la creación de manuales tipo.
De hecho, añadió, existen más de cien formatos a nivel federal que contribuyen a agilizar los procedimientos de la administración pública para dar respuesta a las necesidades de la sociedad.
Dentro de las conclusiones, se afirma que los participantes coincidieron en que “las sociedades que no disponen de archivos son sociedades sin memoria”.
BIBLIOTECAS DEL MUNDO
En un comparativo de las principales características de un grupo seleccionado de bibliotecas parlamentarias del mundo se observa que casi todas las bibliotecas parlamentarias cuentan con un ordenamiento de depósito legal, aunque éste puede ser diferenciado en su cobertura.
El tamaño promedio de los acervos de las bibliotecas consideradas es de 693,421 volúmenes, entre los cuales las publicaciones periódicas hacen una media de 3,940 títulos y los diarios de 145 unidades. México se ubica muy por debajo de estos promedios con 250,000 volúmenes, 1,205 títulos de publicaciones periódicas y 20 diarios.
Desde el punto de vista de los promedios totales, se advierte que a una colección de cerca de 700,000 volúmenes se asocia una plantilla de personal de 231 empleados, incluyendo una media de 66 bibliotecólogos profesionales y 51 investigadores
especializados.
La obra Parliamentary Library, Research and Information Services of Western Europe, editado por Jennifer Tanfield del Centro Europeo para la Investigación y Documentación Parlamentaria, se refiere a la selección de 21 bibliotecas parlamentarias de diferentes regiones del mundo (incluida la de la Cámara de Diputados de México) que cuentan por lo menos con 100,000 volúmenes de libros. Aunque Egipto no cumple esta condición, se incluyó en la muestra, debido a que cuenta con servicios especiales de investigación y referencia.
En todos los casos se trata de bibliotecas de congresos nacionales. En los parlamentos bicamarales donde cada cámara tiene su propia biblioteca se eligió a la de la Cámara baja.
En promedio, las plantillas de personal de las bibliotecas parlamentarias consideradas en la muestra constan de 231 empleados, de los cuales el 30% son bibliotecólogos profesionales, el 19% son investigadores especializados, el 32% es personal secretarial y de apoyo y el 18% corresponde a otro tipo de personal. México está por debajo de la media con 178 empleados en total.
La proporción promedio que guarda el personal de las bibliotecas parlamentarias con respecto al número de legisladores a los que sirven es de 62%. Es decir, por cada 100 legisladores existen 62 empleados bibliotecarios. De éstos, 20 son bibliotecólogos
profesionales y 11 son investigadores especializados. En México, el total de personal de la Biblioteca representa el 36% respecto del número de legisladores a los que sirve.
En general, en las bibliotecas parlamentarias donde no se atiende al público, los servicios se orientan hacia los de referencia (57% contra 43% en promedio). Por el contrario, en las que el público tiene libre acceso, el mayor volumen lo ocupa el préstamo de obras. México se encuentra entre las cinco bibliotecas con la mayor eficiencia en cuanto a número de préstamos.
Las bibliotecas más eficientes en los servicios de referencia tienen plantillas de personal mas grandes: 336 empleados en promedio; asimismo, tienen un promedio más alto de profesionales: 49% del total de su personal.
En la mayoría de los órganos parlamentarios considerados se proporciona el servicio de investigación y análisis, sea que forme parte de la biblioteca o separado de ella. En 12 de los casos, la biblioteca como tal tiene directamente a su cargo los servicios de
investigación. En otros, tanto la biblioteca como los servicios de investigación forman parte de un sistema de información más amplio.
La mayoría de las bibliotecas parlamentarias cuentan con una partida presupuestal para adquisiciones bibliográficas, no obstante que cuenten con depósito legal. México no tiene partida presupuestal para este tipo de adquisiciones.
Descontando los casos excepcionales de Estados Unidos y Japón, el monto presupuestal promedio de las bibliotecas que disponen de esta partida asciende a casi 625,000 dólares anuales, esto es, alrededor de 6 millones de pesos.
Las bibliotecas que prestan el mayor número de servicios y que al mismo tiempo tienen las colecciones más grandes, son precisamente las que tienen el más alto presupuesto.
De los 16 parlamentos bicamarales considerados, los de la India, Japón, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Australia, Chile y Uruguay cuentan con una sola biblioteca que sirve a las dos cámaras, en los otros ocho cada cámara tiene la suya propia, entre ellos el Congreso mexicano.