La polarización que corroe a Morena
¬ Luis Ángel García miércoles 29, Jun 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El pasado domingo, Morena mostró músculo en tierras coahuilenses, sumó al senador zacatecano Ricardo Monreal, y más felices que en sus quince años, los precandidatos de la 4T -junto a su gerente, el poco carismático y sin dotes de líder, Mario Delgado-, posaron para la foto, querían demostrar algo de lo que carecen, unidad. De tal suerte que, en las intervenciones se enviaron mensajes cifrados, se reclamaron los golpes bajos.
Monreal reiteró la necesidad de que se elija un aspirante de unidad, con el suelo parejo, sin recurrir a las encuestas cuchareadas que tanto gustan en Palacio Nacional, esos sondeos opacos, con empresas que nadie conoce y cuya metodología es de dudosa certificación profesional. Al final, como le hizo el propio Presidente con Ebrard en 2018, se ocultan los números y sólo se da en nombre del ganador. Eso lleva a la creencia de que se negocia en lo oscurito la aprobación, “por consenso”, del candidato preferido del líder supremo.
Monreal lo sabe muy bien y está consciente de que va cuesta arriba en el ánimo presidencial, que no es el ungido y por eso rechaza las encuestas. Por otra parte, aunque tiene muchos atributos para ser candidato, el más fuerte ser paisano y amigo del inquilino de Palacio Nacional, Adán Augusto López es quien garantizaría la continuidad del proyecto político y un manto de protección para el círculo cercano al Presidente, pero simplemente no despega en las encuestas y sondeos, es el menos conocido entre los ciudadanos, pero eso poco importa si tiene la bendición presidencial.
El canciller y el legislador son quienes mejores cartas credenciales tienen: Cuentan con carrera política, han incursionado largamente en la administración pública, hay un alto porcentaje de recordancia entre los electores, no solo con los simpatizantes o militantes de Morena. Serían buenas opciones en 2024, pero no están en el ánimo del tabasqueño. ¿Otro partido es la opción? Sin duda, el haber adelantado tanto tiempo el juego sucesorio, favoreció el divisionismo en la 4T, más aún con el veto presidencial sobre el zacatecano, al que no le perdonan el no haber sacado adelante la reforma eléctrica y otras iniciativas que se pospusieron; además se le culpa por el derrumbe de la 4T en la CDMX, sobre todo en la alcaldía Cuauhtémoc. Pero fue el propio presidente quien alentó la polarización de los suspirantes o ”corcholatas”, además de restarse -aunque sea mínimamente-, el poder con el que tendría que llegar al quinto año de gobierno. La popularidad es engañosa y solo ellos se creen las encuestas donde es el segundo mejor presidente o que no ha disminuido su aceptación; como él decía, ni una pluma le han quitado a su gallo, eso habría que verlo.
De tal suerte que no es descabellado que el secretario de Relaciones Exteriores y el senador de la República tomen la decisión de emigrar a organizaciones donde se valore su capital político.
Así que en Coahuila mostraron músculo, pero estuvo ausente la unidad. Cada quien llevó agua a su molino, se placearon como lo hicieron en Toluca, pero dista mucho la 4T de tener aseguradas las victorias en el norte y en el Edomex, y mucho menos en el 2024. El efecto Ebrard o Monreal restará muchos votos al partido en el poder, sobre todo porque su guía moral no aparecerá en las boletas y su popularidad no le alcanzará para trascender y apuntalar a su candidato. Morena debe operar muy bien su estrategia y evitar el cisma de la polarización. Tampoco les bastará con las becas y pensiones de “ninis” y viejitos, ya que el humor social, sobre todo de la clase media urbana y los nuevos pobres, no les favorece, están muy resentidos.