En Morena, empieza “la cargada”, que precede a las divisiones
Miguel Ángel Rivera martes 28, Jun 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Aunque les provoca pena, disgusto y pesadumbre a sus dirigentes y militantes, lo cierto es que Morena lleva en su herencia los genes del PRI, el partido en que militaron gran parte de sus principales cuadros, incluido su líder y guía, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esto ha quedado más que evidente con el proceso de selección de quien será el candidato de ese movimiento para suceder al actual primer mandatario.
El presidente López Obrador ha presumido que ya no hay “tapados” y que ya desapareció el “dedazo”, dos de los procedimientos que caracterizaron al poderoso partido tricolor que gobernó al país durante más de 70 años y que, entre otras leyendas, se construyó la de la infalibilidad, representada por la sentencia de que, siempre, llevaba al poder a la persona indicada en el momento en que lo requería el país.
Pero contra lo que asegura en público, el Presidente conserva el poder del “dedazo”, que apenas oculta detrás de unas encuestas que nadie conoce, más que él. Esto, además de que se ha reservado el derecho a decidir quiénes son los aspirantes oficiales, aunque en este apartado ha perdido parte del control por la tozudez del coordinador de los senadores de Morena, el ex gobernador de Zacatecas Ricardo Monreal, quien se inscribió en la carrera presidencial sin tener previamente el beneplácito del líder y guía de la llamada Cuarta Transformación.
En consecuencia, este cambio lo impulsó Monreal, quien se ha caracterizado, desde su antigua militancia en el PRI, por oponerse a los “dedazos”. Como el PRI no le dio la candidatura al gobierno de su natal Zacatecas, abandonó sus filas y fue de los primeros en derrotar a su ex partido.
Lo que sí heredó y presume Morena es el sistema de la “cargada”, que se ha puesto en práctica en sus dos últimas concentraciones masivas, una en Toluca, Edomex, y la otra en Francisco I. Madero, Coahuila, para empezar a promover a los que el propio AMLO bautizó como “corcholatas”.
Con el “acarreo” —que no fue invención del PRI, aunque lo mejoró— y el consiguiente reparto de “lonches” la dirigencia de Morena, encabezada por Mario Delgado, logró reunir grandes multitudes llevadas desde sitios muy lejanos para que conozcan y vitoreen a los precandidatos oficiales —Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, pues Marcelo Ebrard no acudió por estar contagiado de Covid— a los que en esta ocasión se sumó el auto-postulado Monreal.
Hasta esos eventos masivos, todo fue unidad, felicitaciones y abrazos (sin balazos), pero lo que no estaba previsto es que, como parte de la herencia priista, empieza “la cargada”, que a final de cuentas hace evidentes las divisiones internas.
Ya sea por afinidad en las ideas o simplemente por interés personal, es un hecho que se forman corrientes en torno a los precandidatos que provocan divisiones internas en el Movimiento, cuando no abiertas pugnas.
Un ejemplo de esas separaciones, cuando no francas divisiones, lo empezó a mostrar una figura sobresaliente de Morena, el senador y ex candidato a gobernador de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, quien ya se declaró en favor de la aparente favorita, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
En esto, como en casi todos los temas, la gobernante capitalina evidenció que sigue al pie de la letra los designios de López Obrador, quien por su parte calificó que “atentado contra la democracia” la decisión del INE de cancelar los registros de Salgado y del aspirante a gobernador de Michoacán, Raúl Morón.
Esta decisión de Salgado implica tomar distancia respecto de Monreal, a pesar de que el zacatecano siempre le ha dispensado buen trato, en particular cuando el mundo se le fue encima al legislador guerrerense cuando buscaba la candidatura a gobernador de su estado natal y le surgieron denuncias de abuso sexual contra varias mujeres, lo cual se condensó en una frase: “un violador no será gobernador”.
En esa etapa, Sheinbaum se sumó a las críticas al Instituto Nacional Electoral (INE), que le canceló el registro a Salgado como candidato, por no declarar gastos de precampaña, sin que se tocara el tema de los abusos sexuales.
Se puede decir que, al inclinarse por Sheinbaum, puede decirse que Salgado paga una deuda.
Pero cuidado, allí viene la alarma para Morena. No todo será pacífico, muchos querrán sacrificar a los que no se sumaron a su causa.
El partido oficial debe recordar que el declive de su ancestro tricolor derivó de divisiones internas, al no encontrar una forma democrática de asignar candidaturas y dirigencias.
Por lo pronto, para Morena es momento de fiesta y celebración
Más allá de los riesgos que conlleva al poder, Morena estará de fiesta en los próximos días, principalmente el ya muy cercano miércoles 1 de julio, cuando se cumpla el cuarto aniversario de su arrollador triunfo en las elecciones federales.
Como acostumbra, el presidente López Obrador festejará su triunfo con un mensaje o informe al pueblo y el hecho sobresaliente será la inauguración de la refinería Olmeca, que se construye en Dos Bocas, Tabasco.
Desafortunadamente por el primer mandatario, la felicidad no será plena, pues no podrá cumplir cabalmente su promesa de entregar una planta en pleno funcionamiento y con el agravante de que tendrá un costo de casi el doble de lo originalmente planeado.
Hace cuatro días, en una de sus mañaneras, el Presidente calificó de exageradas las estimaciones en el sentido de que la nueva refinería costará el doble de lo calculado inicialmente.
“Si hubo un aumento, pero no 18 mil millones, sino como un 20 o 30 por ciento, van a ser como 11 o 12 mil millones de dólares incluyendo el IVA, se ajusta a lo que autorizó el Consejo de Pemex”, aseguró.
Aunque el primer mandatario admitió un aumento considerable en los costos y admitió que la planta no estará en plena producción, para la llamada Cuarta Transformación eso es pecado menor. Ya antes, el pasado 21 de marzo, el jefe del Ejecutivo entregó otra sus obras estelares, el denominado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, sin que estuviera totalmente terminado, como tampoco las obras complementarias, como las vías de acceso y salida.
Como sea, el presidente López Obrador inaugurará la refinería, una de sus principales promesas de campaña y con la que se ha comprometido a lograr la autosuficiencia energética del país, un hecho que no será sencillo de cumplir, según consideran muchos especialistas.
Aunque la promesa inicial era que el 2 de julio estaría funcionando, el pasado 13 de junio el presidente confirmó que únicamente se inaugurará una “etapa”; es decir, un proceso de prueba de la refinería, el cual se espera que dure entre seis y ocho meses. Al concluir el mismo, se espera que Dos Bocas tenga capacidad para procesar 340 mil barriles diarios.
“Va a iniciar un proceso de prueba en la refinería de Dos Bocas, como inició un periodo de pruebas cuando hicieron la última refinería que fue en Salina Cruz hace un poco más de 40 años”, dijo AMLO el 13 de mayo.
“La iniciaron y llevó como seis meses, ocho meses para que ya empezara a producir de manera óptima, pero nosotros vamos a iniciar un proceso el día 1 de julio, que va a llevar posiblemente seis meses, para que ya tengamos capacidad para procesar 340 mil barriles diarios”, añadió.
Lo barato cuesta caro
En el décimo aniversario de su creación, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), llamó a cerrar filas en contra de las empresas de seguridad privada que hacen de los descuentos en sus precios su estrategia de venta de sus servicios. Su presidente, el capitán Salvador López Contreras, destacó que al final a quienes perjudican son a sus propios trabajadores y a quienes ponen su seguridad en sus manos.
López Contreras informó que la inseguridad general que vive el país, así como los cuerpos de policías que aún no han logrado consolidarse a la altura de las necesidades, la inconformidad social, la pandemia, el fenómeno migratorio, los delitos cibernéticos y muchas otras variables, están generando una gran demanda de los servicios de seguridad privada.
El dirigente de AMESP exhortó a los integrantes de esta industria a comprometerse con nuestro país a que “aprovechemos cada oportunidad para impulsar la excelencia, ya que esta debe ser un hábito, debe ser una cultura que debemos permear y trabajar cada día en nosotros y en nuestras organizaciones”.