El buen gobierno de México
Armando Ríos Ruiz lunes 20, Jun 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Sin duda, el político que más material ha aportado para la crítica en su contra, es el tabasqueño. Desde que el último virrey, Juan O’Donojú O’Ryan, murió de pleuresía o envenenado en 1821, como muchos historiadores han dicho y luego de poner la ciudad de México a disposición de Iturbide.
Cada día, nuestro Presidente aparece en sus mañaneras con una nueva ocurrencia. Responde preguntas de los reporteros que asisten, con lo primero que viene a su cabeza. Aseveró apenas hace unos días, que en México sólo hay seis estados con problemas de criminalidad. Pero más tarda en decir una vacilada como esta, que los verdaderamente enterados en desmentirlo con datos precisos.
Le dicen que utiliza datos engañosos al afirmar que combate al crimen desde el inicio de su mandato (con abrazos) y que, diferente a sus aseveraciones, cada día suben más las estadísticas de muertes por todos los rincones del país.
Según sus datos, ahora resulta que son los criminales los que han logrado apaciguar ciertas regiones. Los cárteles más fuertes son los que se han encargado de combatir el crimen. Ejemplo: sólo ha bastado su presencia en Durango y Sinaloa, para disipar el delito ¿No son ellos los que los cometen?
El crimen está asentado a lo largo y ancho del territorio mexicano y la miopía del mandatario sólo ve seis estados. Ni siquiera mencionó Guerrero, entidad asediada, acosada por las diferentes bandas que deambulan a sus anchas por todos sus lugares y que actúan a la luz pública, sin que autoridad alguna los pare. Ya hasta se adueñaron, entre otros negocios, de la misma venta de alimentos, como el pollo. Lo mismo ocurre en Valle de Bravo, por ejemplo.
Después de sus declaraciones, que sabrá Dios quién las crea (si hay alguien, debe tratarse de un retrasado mental), un reporte del Servicio Legislativo de Información (CRS por sus siglas en inglés), reprochó la falta de acción del mandatario mexicano contra el crimen organizado y los cárteles de la droga.
El documento México, Crimen Organizado y Organizaciones de Tráfico de Drogas, manifiesta que “el mandatario mexicano ha evitado operaciones policiales a gran escala y de manera consistente contra los cárteles de la droga, que desde 2018 ampliaron significativamente su papel en la producción y tráfico de opioides sintéticos, como el fentanilo, hacia Estados Unidos”.
“El documento, con base en distintas fuentes de información, advierte de nueve grupos criminales importantes que operan actualmente en el país, que se han fragmentado y diversificado, cuya violencia “sigue siendo difícil de reprimir, a pesar de años de esfuerzo conjunto entre autoridades mexicanas y estadounidenses para contenerla”.
Hay que aclarar que estos grupos no se encuentran en seis estados solamente, sino en prácticamente todo el territorio nacional. Podemos asegurar que no hay lugar en donde no estén metidos. Inclusive, han aumentado su intromisión en la administración pública. ¿Cómo se logra esto? Pues con la complacencia de la misma autoridad.
El Ejecutivo insiste e insiste en su dizque combate a la corrupción, cuando es evidente que comienza en su propia casa y un poco más allá, entre sus propios familiares. También permitir que los criminales operen con el consentimiento de la autoridad, es un hecho de suma corrupción, por lo que su propio dicho se esfuma o queda reducido a una mentira más, como las que todos los días inventa.
Diariamente esgrime su buena amistad con el gobierno de Estados Unidos. Pero si sabemos cómo se las gastan en materia de investigación de gobiernos de otros países conocemos desde antes, que México no es excepción y que lo que aquí ocurre, allá se sabe al pie de la letra. Esa, dizque, buena amistad no es más que una invención y en cualquier momento, esta bomba puede reventar.
Después de este dicho, aparecieron por todos lados informes que desmienten tajantemente sus señalamientos de buen gobierno. El espacio de que disponemos es demasiado pequeño para abarcar tanto.