Transporte de calidad
Freddy Sánchez martes 14, Jun 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La transportación colectiva de pasajeros en la Ciudad de México no sólo es distinta sino de diferente calidad. Y en unos casos mejora y en otros sigue igual o ha empeorado.
En este contexto, hay que reconocer que el gobierno a cargo de Claudia Sheinbaum emprendió distintas acciones que lograron modificar el rostro del traslado de pasajeros en la capital del país. La nueva imagen de los trolebuses duales (operados no sólo con luz eléctrica por medio del cableado tradicional) tiene un sustento a la vista de todos con unidades más funcionales, amplias y cómodas.
Algo similar podría decirse de los cambios adoptados en el Tren Ligero, fuera de servicio largo tiempo en un tramo de la Calzada de Tlalpan, lo que significó mejorar sus condiciones operativas. Además de tener ahora un teleférico que atiende zonas eminentemente populares. El Metro, obviamente, se debe incluir en las acciones oficiales, ya que desde el accidente por todos conocido, es lógico que las autoridades de la ciudad se vieron en la necesidad de cuidar los trabajos de mantenimiento.
Es de mencionar, que los muchos años de servicio del Sistema de Trasporte Colectivo han acarreado un inevitable deterioro que posiblemente es mayor a los proyectos de reparación y modernización amparados en el gasto institucional destinado para esos fines.
Y justamente es este punto es en el que se antoja más que indispensable hacer notar que el gobierno de la ciudad requiere seguir financiado mejoras constantes en el Metro, además de proceder a la edificación de nuevas líneas de servicio, puesto que este medio de transporte ha sido y parece seguir siendo la mejor opción de pasajeros.
Es lógico que el Metrobús por contar con carriles exclusivos de circulación tenga una dinámica de servicio similar al Metro (o muy semejante), pero en cuanto a volumen de trasportación de usuarios el STCM mantiene su liderazgo sobre cualquier otras modalidad de servicio de los pasajeros que requieren trasportarse desde sus domicilios hasta los centros de trabajo.
El lado oscuro del transporte en la Ciudad de México, en materia de calidad, eficiencia, comodidad, seguridad y confort para sus ocupantes, obviamente, al igual que ha venido sucediendo en varios sexenios de fallidos intentos oficiales por cambiar esta situación, es el servicio que proporcionan los micros y aun las combis que circulan en ciertas zonas de la capital.
Autoridades han llegado y salido de los cargos administrativos a cargo del control de estos medios de transportación colectiva y si bien en distintos momentos se sustituyeron unidades, se crearon nuevas rutas mejor organizadas, en general se trata de lo peor que ha tenido a su disposición la población para llegar a sus empleos y regresar a sus casas cada día de la semana laboral.
Y es que aparte del avanzado deterioro de las unidades de servicio, los vicios de comportamiento de los operadores de “combis” y microbuses (acostumbrados a llevar acompañantes, convertir las calles en pistas de carreras o estacionamientos a su antojo, contaminando el ambiente con música ruidosa y otra clase de desmanes propios de quienes suelen emplearse en estas actividades, por un sueldo, comisiones o propias) son la suma de una serie de inaceptables deficiencias que es urgente corregir.
Aunque, en ese caso no se puede ser iluso suponiendo que una mejoría real en el servicio que prestan estos operadores del transporte colectivo de pasajeros, ( atendiendo a cerca del cincuenta por ciento de los usuarios en la Ciudad de México), se podrá dar si garantizar la rentabilidad del negocio.
Baste mencionar en ese sentido que la cantidad de dinero que el gobierno gasta en transportar a cada pasajero en servicios institucionales (Metro, Trolebuses, RTP, Cablebús, entre otros) es mayor al que se autoriza que cobren los operadores de los “micros” y microbuses al público, siendo por ello prácticamente absurdo que se les exija dar un servicio de excelencia.
Así que la desaprobación de nuevas tarifas al servicio privado de trasporte, obliga a buscar otros métodos que propicien un transporte de calidad.