La guerra por el agua
Alberto Vieyra G. viernes 10, Jun 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En 1995, el ex vicepresidente del Banco Mundial, Ismail Serageldin, alertó que las guerras en el siglo XXI serían por el agua.
Ismail Serageldin se ha convertido en algo así como un profeta, pues en cuando menos 2 mil regiones en el planeta Tierra, la humanidad enfrenta severos conflictos sociales por la escasez de agua e incluso, en cuando menos 3 continentes la población está bebiendo agua contaminada y el 40% de la población mundial sufre escasez del vital líquido, que provocará que cuando menos unos 700 millones de personas en el 2030 emigren en busca de agua, según predicciones de las Naciones Unidas y del Banco Mundial.
Los expertos no dudan en afirmar que después de la era de petróleo que está a punto de terminarse, la era del agua se convertirá en el recurso no renovable más preciado. No faltan aquellos que juran y perjuran que de seguir la escasez de agua en el planeta Tierra, que está agonizando víctima del calentamiento global a causa de la depredación y la inconciencia humana, los seres humanos tendrán que mirar a los océanos para convertir el agua salada en agua potable, como ya ocurre en Arabia Saudita el único país árabe que vive a base de agua tratada del mar.
En esa región del planeta, la escasez del agua es de tal magnitud que hasta los ríos Tigris y Éufrates, que históricamente habían sido los más caudalosos del mundo, hoy diversos gobiernos árabes como Irán, Irak y otros están captando sus aguas para producir electricidad y como reservas para las poblaciones que ya están inmersas en las guerras sociales por el agua.
En México, no cantamos malas rancheras en materia de escasez de agua. Actualmente, el 85% de la nación azteca vive una escandalosa sequía y los estragos por la falta de agua se sienten en gran parte del país, particularmente en el norte de México que van desde Ensenada, Baja California; Sonora, Durango, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Ciudad de México, Estado de México y tal y tal, donde ya se raciona el vital líquido, y los gobiernos de estas entidades tienen encima una papa caliente que ya no podrán manejar con promesas electorales, tacos de lengua o retóricas populistas, a base de mentiras.
En Coahuila, por ejemplo, la empresa Vitivinícola Casa Madero, en Parras, que también tiene concesión para vender agua embotellada, ya fue tomada desde hace algunas semanas por la población que carece de agua no sólo para sus necesidades diarias, sino cuando menos para beber.
El conflicto social que vive Nuevo León tampoco tiene precedentes históricos. En Monterrey y cuando menos una decena de poblaciones importantes como San Pedro de los Garza viven el racionamiento de agua y Nuevo León podría convertirse en el primer estado de la República que tenga acceso al agua del mar en el Golfo de México. Hasta el agua embotellada se acaba en Nuevo León.
Por cierto, el agua marítima también está seriamente contaminada, pues los océanos han sido convertidos por la industria del plástico y la inconsciencia humana en gigantescos basureros de los que varias especies marinas se alimentan y no pocas veces se ha localizado en la panza de los peces que llegan a nuestra mesa burbujas de plástico. Eso es lo que estamos comiendo ya, basura del mar.
Por desgracia, la inconsciencia humana no alcanza a discernir que el agua se acaba y que las guerras sociales se multiplicarán en México y el mundo. El Sistema Cutzamala agoniza y en la Ciudad de México y Estado de México se bebe agua envenenada, pero de ese capítulo le hablaré en la próxima entrega.