Migración y Cumbre de las Américas
¬ Luis Ángel García viernes 10, Jun 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Como un distractor más para no atender los graves problemas nacional, el inquilino de Palacio Nacional ocupó las últimas semanas en deshojar la margarita y tener, según sus voceros, en “vilo” a “gringos” sobre su asistencia a la Cumbre de las Américas. Condicionó su asistencia a que se invitaran a los sátrapas de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Con arrogancia se erigió en el nuevo líder latinoamericano y demandó la inclusión de los dictadorzuelos con el pretexto de una nueva política incluyente.
Por alguna extraña razón, la Casa Blanca ha sido, al menos públicamente, muy complaciente con la postura exterior mexicana. Y aunque desde un principio se descartó la presencia de esos países, el gobierno demócrata corrió la cortesía al mandatario mexicano e insistió en que asistiera por la relevancia de su presencia. Nuestro dignatario, muy echado para adelante, declinó la invitación y mandó al canciller. Lástima, perdió la oportunidad de aprovechar el foro y aportar ideas y soluciones a la grave crisis migratoria que vive la región. Tampoco podrá negociar el financiamiento de programas productivos que desalienten el éxodo de centroamericanos que huyen de la miseria y la violencia en sus países de origen. La delegación mexicana no tendrá la misma posición para llegar a acuerdos que mitiguen o alivien las caravanas de trashumantes.
El Presidente propuso el apoyo a programas asistenciales en Centroamérica para frenar a la gente que por pobreza aspira al sueño americano; reclamó a los norteamericanos que no podían liberar cuatro mil millones de dólares para financiar proyectos productivos en la región, pero enviaban 40 mil millones de dólares a Ucrania. Tal vez por su ausencia, la vicepresidente, Kamala Harris, hizo el anuncio de una inversión privada de sólo tres mil doscientos millones de dólares, menos de lo propuesto por el mandatario mexicano.
Mientras iniciaban los trabajos de la cumbre, arrancaba una nueva caravana de migrantes desde Chiapas, rumbo al norte del país; se calcula en diez mil indocumentados, mayoritariamente venezolanos, los integrantes de esta marcha que buscan el ingreso a los Estados Unidos.
Por supuesto que no se ha notado la ausencia del jefe de Estado mexicano. La mayoría de los líderes latinoamericanos aprovecharon la reunión para acercarse, más allá de la agenda, con el gobierno americano en búsqueda de soluciones a temas bilaterales. Brasil, Argentina, Perú, Chile, son algunos de esas naciones que construyen acuerdos en beneficio de sus poblaciones.
Mientras tanto, México enfrenta ahora, entre otras exigencias, nuevas demandas por incumplimiento de las reglas del T-MEC, y carga con los gastos de alimentación, albergue, servicios de salud y seguridad de los diez mil integrantes de la caravana, además de atender su regularización migratoria.
La aparente complacencia del gobierno americano puede ser una trampa para el mexicano. La ausencia del Presidente ha dado pie, no sólo a los reclamos comerciales y las amenazas de paneles internacionales, también se pronunciaron en temas como la inseguridad, el narcotráfico y los atentados en contra de la libertad de expresión. Los desplantes de la administración mexicana pueden salir caros. Biden no soportará por mucho tiempo esas actitudes valentonas en contra del bloqueo a Cuba, la defensa a ultranza de los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, la reticencia a no decretar sanciones contra Rusia por la invasión a Ucrania. Hay preocupación por el rechazo o cancelación de las inversiones norteamericanas en energías limpias, la cerrazón a aceptar la intervención de los elementos de la DEA y otras agencias en México para controlar el narcotráfico y el comercio ilegal de armas. Tampoco están contentos con la lucha que hace México en contra del crimen organizado. Son muchos los agravios a la administración de Biden, esperemos que los costos no sean tan altos, sobre todo para los mexicanos.