Elección de gobernadores
Armando Ríos Ruiz miércoles 8, Jun 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Las elecciones de gobernadores en seis estados de la República, resultaron exactamente como los analistas políticos pronosticaron desde hace mucho tiempo. El vaticinio siempre fue en el sentido de que Morena obtendría cuatro y la oposición, conformada por el PRI, el PAN y el PRD se quedaría con dos, como precisamente ocurrió.
El presidente de Morena, Mario Delgado, había lanzado en todo momento el pronóstico de que su partido arrasaría. Que ganaría los seis estados, pero no por su trabajo, que jamás se vio. Sino por el arrastre del Presidente que, siempre en campaña, se dedicó a visitar los fines de semana diferentes puntos del país, incluidos los estados en los que se renovarían los gobiernos.
Se había dicho que con seguridad, el partido en el poder se quedaría con Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas y Quintana Roo y aunque el líder del PAN, Marko Cortés daba por hecho que la alianza Va por México alcanzaría la victoria en tres estados, los politólogos siempre tuvieron la razón.
En Quintana Roo resultó claramente ganadora la morenista Mara Lezama. La primera mujer que gobernará esa región del sureste. Se atribuye que su triunfo obedece a la casi total carencia de oficio político del gobernador, Carlos Joaquín González, quien ha visto desbordarse la delincuencia en el antiguo “territorio” con los brazos cruzados, como en espera de que el crimen opere a sus anchas.
Su incapacidad para contener la embestida de la delincuencia, nutrida con frecuentes balaceras, con decenas de muertos y secundada por los frecuentes abusos de autoridad, lo llevaron durante el tiempo que ha gobernado, a “entregar la plaza”. La reciente contienda reflejó el inmenso repudio al PRI, que casi desapareció al obtener escasamente 3 por ciento de los votos.
Caso diferente es el de Tamaulipas, en donde Américo Villarreal, hijo de otro Américo y también gobernador de la entidad, ganó la elección con escaso margen de su más cercano contrincante, o con casi 50 por ciento de los votos, contra 44.2 para César “Truko” Verástegui, de la Alianza Va por Tamaulipas. Por esta razón se esperan impugnaciones, como dicta el estilo.
Tamaulipas es uno de los estados más violentos, en donde el crimen ha sentado sus reales y en donde muchos ex gobernantes han resultados con señalamientos serios de contubernio con las bandas que operan en la zona. Hace poco se dio a conocer que un hijo de Villarreal recibió depósitos de hasta 20 millones de dólares, del empresario Sergio Carmona Angulo, acusado de apoyar a Morena con recursos derivados del huachicol.
Obviamente, el entonces candidato se deslindó de esa acusación. Dijo que era totalmente falso. Que trataron de implicarlo en repetidas ocasiones con documentos apócrifos que no tienen ningún sustento y acusó al actual gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, “de generar un ambiente tóxico que ha envuelto la presente campaña electoral”. El empresario ya está muerto.
Respecto a Oaxaca, gobernada por el priista Alejandro Murat, se conocía desde mucho antes, su decisión de entregar el estado a Morena, en busca de algún acomodo en el futuro cercano o después de entregar el poder. Aquí se buscó a un candidato perdedor, como Alejandro Avilés, frente a Salomón Jara, quien definitivamente arrasó en las urnas.
En Hidalgo se escribió la historia paralela. El gobernador, Omar Fayad, sucumbió ante ofertas de algún cargo dentro del actual gabinete o de alguna embajada. El chiste es que ambos quedaron señalados como los traidores de esta jornada electoral o como los priistas que ven el final de los días de su partido y se aprestan a asestarle las puñaladas necesarias para acelerar su desaparición.
En ambos casos, los candidatos morenistas obtuvieron triunfos inobjetables. La oposición tendrá que reflexionar, con vistas a la sucesión, que no por lo que acaba de ocurrir está perdida. Debe pensar con inteligencia y hacer los ajustes, para seleccionar, sin dudas y sin envidias, al mejor.