Las cuentas alegres y los otros datos
¬ Luis Ángel García miércoles 8, Jun 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Los resultados de los recientes comicios en seis estados de la República demostraron la crisis del sistema pluripartidista mexicano. Todos los institutos políticos salieron a dar sus cifras bajo la óptica del vaso medio lleno o medio vacío; para unos fue una victoria contundente el ganar cuatro de seis elecciones, aunque existe la posibilidad de perder, al menos una, en la mesa, es decir, en los tribunales; mientras tanto, los otros magnificaron el ganar dos gubernaturas y pelear otras en las instancias judiciales. Más aún, festinaron adelantadamente la desaparición del longevo y antes poderosísimo partido tricolor.
Todas esas lecturas están equivocadas y los otros datos, así lo comprueban. El gran triunfador de la jornada del 5 de junio fue el abstencionismo. Cierto, el país se pinta de guinda, más de veinte entidades serán gobernadas por Morena, así como poco más de la mitad de los mexicanos. Sin embargo, triunfaron como minoría. El ausentismo en las elecciones en los seis estados fue de entre el 40 y el 52 por ciento. Es decir, en promedio, la mitad del padrón electoral decidió no votar por ninguno de los candidatos; la abstención también es una forma de participar y rechazar las propuestas y proyectos políticos de los candidatos, incluidos los de la 4T. El Presidente podrá ser muy popular —aunque ya no tanto, salvo en esa dudosa encuesta mundial—, pero no así sus alfiles que son un remedo de su jefe y la obsesión de copiar los programas asistenciales.
Tal vez ahora los votantes resentidos o desilusionados del 2018 les aplicaron la máxima de “tomen lo que les den, pero no voten por ellos”. De tal suerte que sus candidatos obtuvieron un 20, 25 por ciento de la votación efectiva. Solo en entidades donde entreguistas gobernadores cedieron la plaza desde antes como Oaxaca, Hidalgo y Quintana Roo hubo triunfos más holgados, pero en las otras entidades no fue un día de campo para los morenistas. Ni carro completo ni obnubilación de los electores. Eso sí, sospechas fundadas de la intromisión del crimen organizado y la aplicación de las viejas prácticas de la compra de votos y la intervención descarada de mapaches y autoridades gubernamentales.
Finalmente, Morena es un PRI revivido, lleva en sus genes esa idea de perpetuarse en el poder, pero no pudo aniquilar a la oposición. Luis Carlos Ugalde hizo unas reflexiones al respecto. Avanza la 4T, pero lejos queda la perspectiva de que, en el 2024, Morena tiene asegurado el triunfo. La oposición rescata posiciones importantes. Queda fuera de toda duda la impecable participación del INE como árbitro electoral, difícilmente podrá cuestionarse su trabajo o desacreditarlo. Destaca el analista y ex presidente del organismo autónomo electoral que, en el 2024, Morena se perfila como ganador, pero hay otros factores que pueden cambiar ese destino: la participación de las clases medias urbanas; “si estas votan masivamente, será una elección muy competida”.
En estas elecciones no hubo nada para nadie, todos perdieron, el único que ganó, como lo ha hecho históricamente, es el abstencionismo. La 4T no puede ufanarse de ser un partido mayoritario cuando solo obtiene la cuarta parte o menos de la votación efectiva. Al ver los números que obtuvieron los partidos de oposición, se abre la posibilidad de que una real alianza de todos puede lograr un papel muy competitivo en las elecciones presidenciales y en la renovación de las gubernaturas en el Edomex y Coahuila. Para ello se necesita buscar candidatos idóneos y dejar a un lado el papel protagónico de los dirigentes de los partidos, sus intereses personales o de grupo y las perversas ambiciones de poder. Se ve difícil, pero esperemos que el interés superior de la nación les deje ver que solo unidos pueden evitar que el país, ahora sí, se vaya al despeñadero.