A pesar de los buenos resultados, AMLO mantiene amenaza contra el INE
Miguel Ángel Rivera martes 7, Jun 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
A pesar de las mutuas acusaciones entre las coaliciones Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM) y Va por México (PAN-PRI-PRD) acerca de irregularidades y francos delitos durante la jornada electoral del domingo anterior, lo cierto es que el Instituto Nacional Electoral (INE) dejó constancia de su capacidad de organizar comicios confiables y dar seguridad de que se respeta el voto de los ciudadanos.
Sin embargo, a pesar de esos testimonios, el presidente Andrés Manuel López Obrador, guiado por viejos enconos, anunció que continuará el impulso a su anunciada reforma electoral, la cual tiene como objetivo central desaparecer al actual INE, al que considera enemigo y obstáculo de su pregonada Cuarta Transformación.
Cuando apenas se empezaban a consolidar las tendencias en las votaciones dadas a conocer por el programa de resultados preliminares (PREP) del repudiado INE, en su conferencia mañanera, el jefe del Ejecutivo Federal anticipó que buscará relanzar el debate sobre la reforma electoral.
En esa ocasión mencionó como uno de los pretextos para allanar el cambio, la necesidad de garantizar el sufragio libre de los mexicanos residentes en el extranjero, aspecto en el cual el INE ha logrado importantes avances y si no se reciben más votos de los migrantes es porque no le interesa, pues gozan de todas las facilidades para expresar su voluntad.
En respuesta a una pregunta a modo, el primer mandatario anunció que buscará relanzar el debate acerca de la reforma electoral constitucional, “y uno de los temas centrales es dar todas las facilidades, todas, todas, todas, hasta el que desde allá con esto puedan votar; o sea, quitar todos los obstáculos, porque son nuestros paisanos, son mexicanos, tienen todo el derecho, todo el derecho a participar, como los que vivimos aquí, igual, tienen todos los derechos, pero hay que hacerlos valer y facilitar el ejercicio de esos derechos porque ya llevan años con lo del voto en el extranjero y no hay resultados por distintas razones. Entonces, ya hay información suficiente como para que cualquier mexicano esté donde esté pueda votar”.
Ya metido en terrenos electorales, el político tabasqueño sacó a relucir uno de sus distractores favoritos: la nominación de candidato presidencial del partido oficial, Morena y el “destape” de uno de los que él mismo bautizó como “corcholatas”.
Confirmó su preferencia por el método de encuestas para postular al que se supone será su sucesor en Palacio Nacional, en abono de ese procedimiento dijo que se debe aplicar “porque la época del tapado ya se terminó” y, todavía, remató: “es parte del cambio, transparentar todo”.
Serán dos encuestas en Morena para elegir candidato presidencial
Cuando se pidió un comentario acerca de las declaraciones del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, en torno al inminente inicio —que fijó para el próximo día 12— del proceso interno de selección del candidato presidencial, el líder y guía de Morena dijo que no le parecía prematuro e insistió en que el método de selección debe ser la encuesta, pero que deben estar de acuerdo todos los involucrados, desde la selección de las encuestadoras.
A pesar de las muchas señales que ha dado acerca de sus preferencias por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el mandatario se atrevió a señalar que “si buscan una señal, yo no se las voy a dar”.
“Mejor una encuesta a que sea algo abierto. Si se abre, se mete la mafia. Nosotros hemos padecido eso. Si no somos de ayer, antes los candidatos supuestamente opositores los ponían desde el poder. Vamos a poner a este porque es moderado, centrista, éste sí va a echar para atrás todo lo que dejó Andrés Manuel. Entonces éste nos conviene, y vamos a ayudarlo, las televisoras, la radio, son especialistas en introducir productos chatarras al mercado. Con todo respeto, que son las prácticas de la publicidad y luego se buscan a publicistas”, manifestó también el Presidente, quien indirectamente dio respuesta al coordinador de los senadores de su partido, Ricardo Monreal, quien se ha auto-inscrito como precandidato presidencial y ha pedido en forma reiterada un proceso igualitario, mediante el voto directo de militantes.
Lo relativamente novedoso es que, en esta ocasión, el primer mandatario detalló que se tendrían que realizar, por lo menos, dos encuestas. En la primera podrían inscribirse todos los que lo deseen y la segunda en la que participen sólo quienes queden en los primeros sitios de preferencia.
“Entonces, se hace la encuesta y se ve quién es quién y tienen que resolver nada más que haya dos etapas, porque seguramente la primera encuesta va a ser de 10, de 15.
“Entonces, un procedimiento sería: A ver, la primera, vénganse todos, que los técnicos resuelvan cómo hacer la selección y que queden tres o que queden cinco para, ya la definitiva, los que estén mejor posicionados por la gente, y al que gane ese es al que voy a apoyar. Claro, no voy a ir a hacer campaña”, precisó.
También indicó que todos los aspirantes pueden participar, siempre y cuando mantengan 16 horas de trabajo para el gobierno las 24 horas del día. Usar dos o tres para sus aspiraciones y dormir cinco horas diarias. “Los estimo a todos, son mis compañeros, No hay ningún problema y ellos estoy seguro que reconocen que esto es lo mejor, porque lo otro es jugar chueco”.
En consonancia, con su expresado repudio por el INE, López Obrador descartó la posibilidad de que ese organismo organice la o las encuestas para seleccionar al candidato oficial. Señaló que la consulta la realizará directamente Morena, pues aseguró que “hay gente honesta, ciudadanos que pueden conducir el proceso de la contratación de las encuestas, y que sean los que cuiden todo el proceso, gente de inobjetable honestidad, que los hay”.
Al indicar que se pueden inscribir todos los que deseen en la consulta para decidir candidato, pero puso condiciones:
“La única cosa es que no se distraigan en sus funciones; o sea, tienen que trabajar 16 horas en el gobierno y de las ocho que les quedan, de las 24 del día, pues agarrar para hacer sus campañas unas dos o tres, y que duerman cinco horas diarias, pero que las 16 dedicadas al gobierno se mantengan.
“Y yo les tengo mucha confianza a todos, y los estimo, son mis compañeros, no hay ningún problema, y ellos estoy seguro que reconocen que esto es lo mejor, porque lo otro es jugar chueco”.
La migración, principal problema para México y los Estados Unidos
El presidente López Obrador confirmó que no participará en la Cumbre de las Américas, que ayer se inició en la ciudad de Los Ángeles, California.
La versión oficial es la inconformidad del gobierno mexicano porque se excluyó a tres naciones, Cuba, Nicaragua y Venezuela, los cuales no fueron considerados por la administración que encabeza Joe Biden, por considerar que no tienen regímenes democráticos.
Sea lo que sea, el no asistir al encuentro de Los Ángeles evitó que el mandatario mexicano tuviera que afrontar el problema de la migración, que es uno de los principales temas potencialmente conflictivos en la relación con los Estados Unidos.
Este tema está incluido en la agenda de la reunión cumbre, pero sin duda hubiera sido un asunto obligado en el trato bilateral México-EU, sobre todo porque hace unas horas arrancó en Tapachula, Chiapas, otra concurrida caravana de migrantes integrada por miles de personas procedentes no sólo de Centroamérica, sino también del sur del Continente y del Caribe.
De acuerdo con reportes de los medios de comunicación, esta caravana es la mayor que se ha formado este año y el propósito es aercarse a la frontera con los Estados Unidos para presionar sobre la Cumbre.
Es de recordar que que la migración es tema permanente en las relaciones México-Estados Unidos, pero se agudizó luego de unas declaraciones del ex presidente de los Estados Unidos, el multimillonario Donald Trump, en el sentido de que había “doblado” a López Obrador, para obligarlo a enviar tropas a tratar de contener a los migrantes y aceptar que permanezcan en terrtorio mexicano mientras las autoridades de la vecina nación deciden si los aceptan o rechazan.
Con menos prepotencia, el gobierno del actual presidente estadunidense, Joe Biden, ha buscado la colaboración para resolver este problema, pero hasta ahora no ha cambiado las reglas impuestas por Trump.