Ordenan a soldados ser cobardes
Armando Ríos Ruiz lunes 16, May 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
El dicho del Presidente respecto a que su estrategia de abrazos ya da resultados y la criminalidad está a la baja, respaldado por el decepcionante —tanto para la población como para los soldados—, secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, hoy una gran vergüenza para muchos militares, no lo cree ni el diablo. Seguro que inclusive, muchos simpatizantes deben morir de risa.
Sólo alguien enfermo de la cabeza o alguien que desee un favor de él, sería capaz de creerle. No son necesarias encuestas. A simple vista se ve el empeoramiento de la seguridad en todo el país, en donde campean los criminales a la vista de la gente y en pleno día, con sus poderosas armas y en camionetas ruidosas que intimidan a los más valientes y desde luego, a los pacíficos moradores de las diferentes poblaciones de la provincia.
Pero si se necesitan las estadísticas, ahí están para desmentirlo. De todos modos, sabemos por los medios que tanto odia, que en la mayoría de los estados del país aparecen diariamente carretadas de muertos a manos del llamado crimen organizado, que cada día llaman menos la atención, porque de alguna forma, esos hechos ya son cotidianos y por ello hasta normales.
El Presidente ha declarado recientemente que no le importa que critiquen su estrategia. Esto es algo que ya conocemos. Desde que arribó a la Primera Magistratura se ha encargado de revelar con hechos, que no le importa la vida de los mexicanos, a quienes deja morir de diferentes formas y a quienes visiblemente ha abandonado de la protección que como Presidente, está obligado a dar.
En todos los rubros ha fallado y en todos ha antepuesto la mentira como bandera de su gobierno, al que pretende darle brillo con palabras o desdeñando abiertamente los actos del estadista que debería haber llegado comprometido con la población, que tampoco le importa. Ni siquiera sus seguidores, que no saben por qué lo siguen. Muchos de ellos jóvenes sin ninguna visión de futuro.
Pero sus propias palabras en defensa de los criminales, lo han desnudado convincentemente, de su compromiso con la gente nada deseable. Piensa que todos en México somos retrasados mentales como los chairos. Existen muchos mexicanos que diariamente contabilizan sus yerros y realizan elucubraciones que los llevan a descubrir la verdad, en un ejercicio que por cierto, no es nada difícil.
Han acumulado mucha información, desde que él mismo aceptó haber dado órdenes de dejar en libertad a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo. Desde que visitó y saludó cariñosamente a la madre del último, para lo cual tuvo que viajar a la sierra de Sinaloa. Desde que repitió esta acción, que lo llevó a viajar nuevamente a la sierra del mismo estado con igual fin. Por estas razones, las palabras de proteger lo mismo a soldados que a delincuentes, cobran una fuerza peligrosa para México.
En una entrega anterior mencioné que esa declaración tenía muchas interpretaciones. Una más consiste en hacer ver que por ningún motivo perseguirá a criminal alguno, pues como ser humano que es, merece el respeto de la autoridad, como lo merece cualquier ser humano.
Es un hecho que se trata de seres humanos. Pero entre estos, los hay quienes quebrantan las leyes y el orden público y otros que deben someterlos y llevarlos a las cárceles para que paguen por sus delitos.
Proclive a desaparecer lo que sirve al pueblo, sólo falta que ordene la desaparición del artículo 21 de la Constitución, que habla de la persecución y castigo de los delincuentes por parte de una autoridad que se creó precisamente para el caso. También la inoperancia de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1996. ¿Para qué carajos sirven en manos de quien se obstina en proteger a los delincuentes?
Ha dado en enaltecer la “excelente” memoria de los criminales, a quienes felicita por intimidar, secuestrar y matar en tiempos de elecciones y en llenar de vergüenza a los miembros del Ejército, con órdenes de soportar las vejaciones sin mover un dedo. ¿Quién es realmente traidor a México o a la patria?