Sucesión entrampada
Ramón Zurita Sahagún jueves 5, May 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde hace varios meses se adelantó la sucesión presidencial y no únicamente por el “destape” realizado por el Presidente de la República de algunos de sus colaboradores cercanos.
De aquella amplia lista, la mayor parte de ellos se han descartado o lo han sido por quienes se dedican al análisis de las probabilidades de unos y otros.
De los inicialmente señalados solamente quedan dos (Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard) en la disputa de la candidatura presidencial del partido en el poder y se añadió uno más (Adán Augusto López) y otro más que no es considerado (Ricardo Monreal) en las altas esferas políticas, pero que muchos no descartan.
La disputa interna es sumamente fuerte, aunque no aflore hasta arriba, pero Claudia y Marcelo buscan posicionarse a como sea. Adán Augusto hace su lucha y Ricardo, persiste en su intentona.
Dentro de las filas del Movimiento Regeneración Nacional todos saben qué hace el adversario interno y recurren a todo tipo de marrullerías para mostrar las deficiencias de su competidor.
Los de Morena consideran que no hay deterioro de la marca y que con el impulso del Ejecutivo federal todo lo demás será miel sobre hojuelas.
No consideran o desdeñan los dos grandes golpes que recibió la marca de Morena, con la poca afluencia a las urnas en la Revocación de Mandato y el revés que sufrió el grupo parlamentario con el rechazo a la reforma eléctrica.
Los morenos cifran su vaticinio en que les basta con los 15 millones de personas que votarán en la Revocación de Mandato a favor de que el presidente López Obrador continuara en el cargo para el que fue electo. La cifra es buena, aunque represente el 50 por ciento del total de los sufragios que hicieron Presidente a Andrés Manuel López Obrador.
Y es que las cifras alegres que usa Morena se basan en los resultados electorales del primero de julio de 2018 y se sustentan en que la oposición no presenta un frente, aunque sí han funcionado a medias algunas de sus alianzas.
El problema es que si la oposición no lleva un candidato común poco podría obtener en el proceso electoral presidencial. Y lo peor de todo es que no se encuentra entre sus filas un personaje que pueda conciliar esa gran alianza y ponerse al nivel de los morenos.
Nombres de los aspirantes son muchos, aunque la mayoría de ellos carece del talento o carisma necesario para contender por la presidencia de la república y tendrían que iniciar ya con su periplo por todo el país para que los conozcan.
Tampoco tienen a su servicio la gran maquinaria electoral que hizo ganar la Presidencia de la República a priistas y panistas. Todo es más limitado en la actualidad. No hay grandes recursos económicos ni cuenta con las grandes cadenas de radio y televisión a su servicio. Las cosas cambiaron rápidamente y ahora se tiene que recurrir al ingenio y no a la sobreexplotación de la imagen, ni saturar los espacios de las ondas hertzianas con sus frases elaboradas.
Las nuevas campañas requieren de propuestas simples y que puedan cumplirse y no llena de palabras vanas y ofertas de panaceas. Escasos noventa días de campaña para posicionarse ante el electorado tendrán los candidatos y la mano la lleva el candidato de Morena que cuenta con todos los reflectores a su disposición.
Los de la oposición que se rasquen con sus uñas y si en los casi cuatro años que han transcurridos desde el triunfo de López Obrador no han conseguido tener una tercia de prospectos, poco podrán lograr en el tiempo que falta para el proceso electoral de 24.
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Por si alguna duda había sobre la marcha de la contienda electoral en Tamaulipas, las encuestas revelan la gran ventaja que lleva el candidato de la alianza Morena, Verde, PT, Américo Villarreal y la mengua sufrida por el abanderado de la otra alianza (PAN, PRI, PRD), César Verástegui “El Truco”, relacionado con el empresario Sergio Carmona, vinculado a averiguación sobre delincuencia organizada.