Amor por dictadores
Freddy Sánchez jueves 5, May 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La relación entre las naciones en el concierto mundial suele estar regulada por un pragmatismo a veces muy cercano a lo inmoral.
Eso podría explicar la razón por la que el gobierno de los Estados Unidos practica una doble moral con Venezuela. Por un lado, pactando acuerdos para negociar con su petróleo y, por el otro, decidiendo no invitar al presidente Maduro a la Cumbre de las Américas que se realizará en territorio norteamericano en el mes de junio.
Lo mismo que el Tío Sam estaría haciendo con otros dos presidentes. El de Nicaragua que es de sobra conocido por sus abusos de poder para perpetuarse en la presidencia habiendo llegado al grado no sólo de reelegirse a placer, sino mandando encarcelar a sus contrincantes presidenciales. Y siendo el otro caso el del presidente de Cuba, que fiel a las enseñanzas de sus antecesores los hermanos Castro es intolerante con manifestantes callejeros que se deciden a inconformarse por el estado de cosas y su osadía ha dado lugar a que los remitan a las mazmorras carcelarias cubanas.
Así las cosas, es de entender que Biden desapruebe que a la Cumbre de las Américas asistan quienes no gozan de una reputación democrática digna de encomio, sino todo lo contrario con lo que ello significa por la práctica de continuos abusos a los derechos humanos en aquellos países.
Cómo podrían los norteamericanos ser hospitalarios con los representantes de lo que su política exterior comúnmente repudia. El caso es que México en este aspecto por lo visto se ha tenido que mover entre dos aguas.
La de tratar de mantener una estrecha relación con el gobierno de los estados Unidos con el que tenemos distintos intereses económicos y al mismo tiempo no distanciarse de aquellos países que no cuentan con la simpatía plena del vecino del norte.
Las gira a Centroamérica y el Caribe que emprende a partir de este día el presidente Andrés Manuel López Obrador, es una fiel muestra de que el gobierno de México despliega una política de brazos abiertos no sólo con los gobiernos fronterizos de nuestro país, sino con el cubano, cuyo suelo patrio será visitado en correspondencia a la visita hecha por su presidente en fecha reciente a territorio nacional.
Y además de eso es de mencionar que Andrés Manuel al referirse a la Cumbre de las Américas a la que fue invitado por el gobierno de Estados Unidos, y a la que asistirá según se sabe, hizo la solicitud de que se invite también a los presidentes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Una solicitud que si bien no ha sido definitivamente rechazada por Biden y su gobierno, ya hubo reacciones en desacuerdo declarando que los mandatarios mencionados no serán invitados, como lo pide AMLO.
Es poco probable que de confirmarse la negativa, el Presidente mexicano pudiera decidir su no asistencia a la reunión en suelo del vecino del norte, pero queda claro que México por conducto del máximo representante de nuestro país ha decidido conservar un trato fraterno con Venezuela, Nicaragua y Cuba. La invariable justificación para ello ha sido la declaración en el sentido de que nosotros hemos y seguiremos respetando los principios de la autodeterminación de los pueblos, lo que no nos faculta para interferir en el manejo de los asuntos internos de cualquier país vecino. En ese aspecto, México ha preferido la neutralidad y al mismo tiempo abogar por la abogar por la integración armoniosa entre las naciones bajo la premisa de que el respeto al derecho ajeno es la paz.
Y alentando por otro lado la idea de que la mejor política exterior es la interior, que en la presidencia de Andrés Manuel se ha pronunciado por los besos y los abrazos.
Aunque algunos piensen que eso significa llegar a una especie de pragmatismo con doble moral.
Y como consecuencia de ello poder llegar a incurrir en “odio” por unos y amor por dictadores.