Seguramente Claudia no es la tapada
Armando Ríos Ruiz lunes 2, May 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Por más que se diga que se acabaron los tapados, los posibles candidatos de Morena a la Presidencia de la República han comenzado a dar la cara, alentados por el presidente López, que, como el creador, juega con su creación y debe divertirse cuando ve a una partida de ingenuos colaboradores que siguen supuestas reglas políticas, en aras de ser señalados de manera definitiva por el dedo de su dios, en cuya mente ya está prefigurada la imagen del sucesor.
Es obvio que los que hasta hoy han conseguido el permiso para decir a la ciudadanía que quieren, están aún lejos de tener la certeza de ser los elegidos. Por lo tanto, el tapadismo sigue vigente. Hay quienes piensan que inclusive podría ser un militar, fuerza a la que el gran elector ha dado una importancia jamás imaginada y que sus filas deben albergar forzosamente, a alguien que ha pensado en ese futuro ansiado.
Muchos ciudadanos ya han desechado a la señora Claudia Sheinbaum, cuya simpatía simplemente no existe. Las sonrisas que a veces le surgen como a fuerzas se muestran fingidas. Como que no es capaz de sentir y cuya inteligencia yace subordinada a la de su creador sin poder ocultarlo. Pretende, como otros funcionarios, ser lo más parecido a quien ha sostenido su carrera política.
Obviamente, la gente no quiere segundas partes, por más que adoren al jefe de la chairiza. Se ven mal cuando copian los dichos, los ademanes, la sonrisa y todas las descomposturas que ofrece la persona a quien quieren imitar. Se ven carentes de personalidad propia. De inteligencia. Por eso muchos sospechan que eso de científica, es sólo un apodo.
Hasta hoy, los visibles son esta señora, que no tiene nada que ofrecer. Don Adán Augusto, secretario de Gobernación y paisano del que manda, que salió a hacer el ridículo en algunos estados del norte. Es decir, que fue a presentarse como el aspirante que podría ser el sucesor, pero que se desdibujó inmediatamente y adquirió dimensiones tan pequeñas, que el cargo de gobernador le quedaba como un océano a quien no sabe nadar.
El último hasta el momento es Marcelo, con una cauda gigantesca de desatinos en su pasado reciente, que sus enemigos deben guardar en sus archivos para exhibirlo a la hora de la hora. Verbigracia, Miguel Ángel Mancera y otros que saben mucho de sus malas mañas.
Volviendo a la señora Sheinbaum, es pésima abogada de sí misma y esto la convierte en despreciable del voto duro de Morena. Aunque no debe descartarse que quienes lo representan estarían dispuestos a responder a su amo porque no son capaces de razonar. Porque sólo asienten ante la voz de mando.
Imagínense la mentalidad de la señora, que parece estar convencida de que el candidato de Morena será elegido por el pueblo, como lo acaba de decir. ¿Qué concepto tiene de pueblo? ¿En serio piensa que el pueblo se va a ocupar de elegir, no al Presidente, sino al candidato? De ser así, el próximo candidato de su partido sería sin dudarlo, el próximo Presidente. Valga el retruécano.
No hay un juicio que haya vertido, que tenga que ver con la realidad o por lo menos inteligente. No se le da. Si ha ocupado posiciones importantes, no es por su capacidad, sino por haber sido siempre leal al señor. Pero además, ha dejado una estela de llantos, desatinos e incapacidades, como los siniestros destellos de la muerte en el colegio Rebsamen y en la línea 12 del Metro. Esos son sus triunfos que por cierto han quedado impunes gracias a la protección de que goza.
Dice que por lo pronto está atenta a ser jefa de gobierno de la Ciudad de México, en donde la criminalidad, entre otros males, se ha disparado a niveles gigantescos, aunque pretenda borrar los hechos con declaraciones en contrario. En los hechos abandona su función para hacer proselitismo que no le prospera.
Es cierto que muchos le han brindado su respaldo. Pero se trata de parte de esos 15 millones de ciudadanos fanáticos de Morena, que no abandonarán el barco por más agua que haga.