Los feminicidios y la muerte de la palma
¬ Luis Ángel García miércoles 27, Abr 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Dos eventos captaron la atención de la opinión pública nacional, las protestas feministas en todo el país por el incremento de la violencia contra las mujeres, violencia que llega al asesinato, y la muerte —por negligencia—, de la centenaria palmera de la glorieta de Reforma en la CDMX.
Indudablemente, los feminicidios son un delito de lesa sociedad, crimen al que no han podido hacer frente los gobiernos y que se incrementa cada día. La impunidad es un agravante a este yerro de la administración pública. La muerte dolosa de mujeres no debiera ser una preocupación del sistema de seguridad y justicia, sino ocupar a las policías en un programa de prevención del delito, ya que no sólo es el crimen organizado el autor de esta felonía, sino la violencia familiar, la que comete el círculo cercano de la víctima.
Recientemente, el hallazgo del cuerpo de una jovencita en la cisterna de un motel en Escobedo exhibió a todo el ineficiente aparato de seguridad pública y procuración de justicia, reconocido por un mando policial como una “falla humana masiva”. El gobernador mismo de Nuevo León no supo enfrentar el fenómeno de las desapariciones forzadas, la trata de personas en su entidad y los crecientes feminicidios. La tragedia pudo más que la nulidad de las autoridades.
El enojo social de las feministas, más allá de los movimientos políticos, va in crescendo, ante la ineficacia de las torpes políticas públicas para contener la violencia, las desapariciones y los feminicidios. Ante el reclamo de los grupos que se manifiestan y demandan seguridad y cero impunidad, se yergue un gobierno antifeminista que se niega a escuchar las demandas de las mujeres; prefieren justificar el sistema patriarcal que genera la violencia.
Preocupados más por sus proyectos políticos, los gobernantes no atienden las necesidades de las mujeres y por ello se convierten en cómplices silenciosos de esos ilícitos. Más aún, como sucede con las desapariciones y asesinatos de defensoras de derechos humanos, es la misma autoridad la autora intelectual o material de las agresiones contra esas luchadoras sociales.
El miedo a enfrentar una realidad social ha provocado la psicosis de las autoridades que deben resolver los problemas de los gobernados, a tal grado que ante la protesta social amurallan las instalaciones, como castillos medievales a los que solo les faltan los fosos con cocodrilos, lo mismo el Palacio Nacional que el búnker de la Fiscalía de la CDMX.
Las desapariciones forzadas, la trata de personas y el feminicidio son una afrenta a la sociedad, una asignatura pendiente de la 4T, y en eso no pueden echarles la culpa a los gobiernos pasados.
Otro yerro del gobierno es su estrategia comunicativa para justificar su fracaso. Las denuncias de ecologistas en contra de la construcción del Tren Maya y la destrucción de selvas y ecosistemas acuáticos han evidenciado al gobierno y el capricho de sacar adelante su obra insignia, tan destructiva como onerosa y poco funcional. Para llevarla a cabo han destruido muchas hectáreas de selva y cortado miles de árboles tropicales, sin importarles el impacto ambiental. Mientras tanto, en la CDMX, la centenaria palmera de Reforma fenecía por el efecto de una plaga que la afectó desde 2019 y las autoridades capitalinas no hicieron nada para salvarla.