La insensibilidad de un gobernador “cool”
¬ Luis Ángel García lunes 25, Abr 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Arropado por la comunicación digital, las “benditas redes sociales” y la protección de una influencer, un junior y anodino empresario continuó la tradición norteña de sufragar por folclóricos personajes para gobernadores de Nuevo León, tal vez cansados los ciudadanos de corruptos e ineficientes políticos tradicionales. Primero fue “El Bronco”, candidato independiente que desperdició su capital político en una absurda aventura por conquistar la Presidencia de la República; abandonó su estado y ante su fracaso electoral -prometió cortarles las manos a los rateros y corruptos-, regresó a gobernar sin rumbo ni programa. Hoy su sucesor lo tiene en la cárcel.
No conformes con los dislates de “El Bronco”, los electores siguieron con los experimentos. Un joven adinerado, casado con una popular creadora de contenido -con millones de seguidores-, se lanzó por la candidatura naranja, aunque arrancó en último lugar de las preferencias y con muchos errores de discurso, como decir que de niño había sufrido mucho porque su papá lo levantaba a las cinco de la mañana, los fines de semana para ir a jugar golf, o regañar a su esposa porque enseñaba en la computadora parte de la pierna y solo él podía verla así. Pero parece que al votante neoleonés le atrae la frivolidad, harto de los escándalos de los gobernadores surgidos del PRI y del PAN.
En los pasados comicios se dejaron seducir por un inexperto político que presentaba un fresco y aparentemente exitoso estilo para gobernar. Detrás de él estaba su esposa, la reina de las redes sociales, que lo catapultaba gracias a mensajes cortos y novedosos a través de plataformas como el Facebook, el WhatsApp, el Instagram, los TikTok y otras aplicaciones. Lo de menos es la información en el mensaje, la imagen es el mensaje mismo; se presentaba un nuevo modelo de candidato, aparentemente más cercano a la gente, que vivía como cualquier mortal, con dinero, pero finalmente mortal; desparpajado, coloquial, sencillo y prometedor. Llegó a Palacio de Gobierno y la comunicación política no le alcanzó para gobernar; el candidato resultó un mal mandatario, quiso suplir el programa de gobierno, las políticas públicas, por videos cortos para interactuar con sus gobernados. No es lo mismo la propaganda política para convencer al elector que realizar actos de gobierno; los medios digitales no pueden suplir las funciones de la administración pública.
Empezaron los problemas. Un evento aparentemente humanitario, adoptar por un fin de semana a un niño con discapacidad para llevarlo a vivir a la Casa de Gobierno, sin realizar el trámite legal, y exhibir su imagen en las redes sociales. Los hombres de poder, acostumbrados a no respetar la ley, no sólo no fue sancionada la pareja gobernante, como hubiera ocurrido con cualquier ciudadano, sino que solo esbozaron una leve disculpa. Ya sin su estrategia de comunicación digital, vino la terrible realidad y afloraron los problemas que afectan a los habitantes de Nuevo León, especialmente en la zona conurbada de Monterrey: la falta de agua y la inexistencia de una política pública que corrija esa carencia. El gobernador y su gabinete, ausentes.
Más grave aún, la crisis de inseguridad, especialmente la desaparición de mujeres en el estado, fenómeno que se ha incrementado desde que tomó posesión Samuel García; actualmente hay 26 mujeres desaparecidas. El problema de inseguridad se agravó con la desaparición y rescate del cuerpo de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa al interior de una cisterna de un hotel. La búsqueda de Debanhi permitió localizar los cadáveres de cinco mujeres más.
Las torpes investigaciones policiales, reconocidas por el secretario de Seguridad Pública, quien calificó los errores de investigación como falla humana masiva, sólo exacerbaron el coraje de las feministas, quienes reclamaron al mandatario estatal su apatía y negligencia, además de no dar la cara.
Las redes sociales no le alcanzarán al gobernador para enmendar sus yerros políticos y exhibirán aún más su pésima administración.