Morena, decolorado
Freddy Sánchez jueves 21, Abr 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué dejó la experiencia de la derrota de Morena en el Congreso con el rechazo de la oposición a la reforma eléctrica de Andrés Manuel López Obrador.
Varias lecciones por aprender, sin duda. En el caso de la oposición queda en claro que su sólida voluntad de lograr la consolidación del bloque opositor, (un hecho consumado con prácticamente nulas deserciones), se hizo acreedora al reconocimiento de millones de votantes que en las elecciones intermedias decidieron ponerle un freno a la vorágine legislativa de Morena dándole a los adversarios políticos del régimen en turno la posibilidad de frenar cualquier reforma constitucional.
En ese sentido, hay que decir que a juzgar por las reacciones en torno a lo que sucedió el 17 en San Lázaro, los opositores de Andrés Manuel obtuvieron un doble beneficio.
Por una parte, está el innegable hecho de haberse constituido como un frente que demostró tener “agallas” para resistir intimidaciones y que puso de manifiesto que no se “doblegará” fácilmente ante los futuros propósitos de Morena de seguir aprobando reformas constitucionales que no cuenten con el apoyo de sus contrapartes partidistas. Y en por otro lado, cabe mencionar que lo acontecido en la Cámara de Diputados fue una “oxigenación” a los propósitos opositores de retomar el poder presidencial con el apoyo del electorado que aplaudió su gestión legislativa para rechazar la reforma eléctrica del Presidente y de quienes se vayan sumando en el curso de los siguientes meses por su descontento con el régimen.
En resumidas cuentas, puede advertirse que el frente opositor ha encontrado el camino para robustecer su poder en la medida que pueda mantener su unidad para hacerle frente a las acciones públicas que no resulten gratas a quienes de por sí reprueban distintas acciones de la 4T y los que pudieran dejar de ser convencidos morenistas, si en el camino sexenal resultan perjudicados con algunas nuevas medidas del actual gobierno federal.
Una cuestión que según parece le ha venido restando simpatías al partido en el gobierno. Y es que, si en las elecciones intermedias Morena perdió la mitad de la Ciudad de México, además de un buen número de ciudades importantes en el país, y después hubo una asistencia a la consulta de revocación, (que algunos catalogaron de exaltación para el presidente), con la mitad de los que le dieron el poder presidencial a Andrés Manuel y ahora llegó la derrota legislativa con la reforma eléctrica, evidentemente, algo no se está haciendo bien para los fines electorales del “morenismo”.
Los programas sociales de la 4T, cuyos beneficios llegan a 27 millones de personas, naturalmente que influyen en las manifestaciones de aprobación hacia lo que hace la presente administración, aunque por momentos da la impresión de que no todos y cada uno de los beneficiaros de dichos apoyos institucionales se muestran dispuestos a ir a donde sea para expresar su solidaridad con el presidente.
De ahí que la principal lección para Morena en cuanto al fracaso de la aprobación legislativa para la reforma eléctrica, invita a revisar qué exactamente podría estar quitándole adeptos a su partido y como inevitable consecuencia de ello volver a hacerle el “caldo gordo” a sus opositores con respecto a sus aspiraciones de regresar al poder.
Aquello pues, de que ochenta por ciento de los mexicanos estaban a favor de la reforma del Presidente y por lo mismo, dándole pleno apoyo a su gobierno habría que reconsiderar qué tan realista es dicho cálculo para no dejarse llevar por lo que algunas veces pareciera la fantasía de “los otros datos”.
Eso no significa que el partido del Presidente sufra una “caída libre”, a causa de sucesos recientes que le han sido desfavorables, puesto que su poder sigue siendo de gran tamaño. Con mermas que pueden disminuir o aumentar en lo que resta del sexenio, pero no por eso se puede dar por cierto que el “morenismo” está en plena debacle teniéndose a la vista un desastre partidista irremediable con un Morena decolorado.