“Oro blanco”
Alberto Vieyra G. jueves 21, Abr 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La derrota política de AMLO con su reforma eléctrica se convirtió en un cortocircuito que literalmente pone fin al autoproclamado régimen de la Cuarta Transformación, después de que opositores a Morena anuncian que la reforma electoral y la reforma constitucional para que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, están muertas desde ahora, igual que la cochinona iniciativa de reforma eléctrica.
¿Qué nos dice lo anterior? Pues que AMLO no podrá apoderarse del INE y de todo el aparato electoral de México para perpetuarse en el poder y menos se tolerará que prosiga en su demencial militarización del país.
Ante el estrepitoso revés político-electoral que ha recibido AMLO, éste optó por enviar al Congreso de la Unión una burda iniciativa para reformar la Ley Minera con la cual pretende nacionalizar el llamado “oro blanco”, es decir el litio y con lo cual pondría a México en serios aprietos legales, pues los casi 30 mil contratos de empresas mineras norteamericanas, canadienses, españolas y demás recurrirían a una cascada de amparos muchos de los cuales podrían terminar en cortes internacionales para recuperar sus millonarias inversiones realizadas en el sector minero de México.
Aunque la iniciativa en cuestión parece estar redactada con los pies, este átomo de la comunicación le reconoce a AMLO que la idea de nacionalizar el litio es estupenda, sólo que hay un pequeño pero, para nacionalizar cualquier bien nacional se requiere primero reformar el artículo 27 constitucional que consagra que se declare de utilidad pública cualquier bien de la nación y para que el Estado mexicano pueda reservar su exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento, como ocurrió en 1938 con la nacionalización de la industria petrolera de México.
AMLO ha dicho reiteradamente que se cancelarán más de 30 mil contratos de empresas mineras con lo cual, según él se pondrá fin al histórico saqueo de las riquezas nacionales a cargo de empresas trasnacionales.
Lo anterior nos dice que AMLO tiene prisa, mucha prisa por pasar a la historia como un Lázaro Cárdenas o un López Mateos que rescataron para México, no para todos los mexicanos el petróleo, la industria eléctrica y otros bienes de la nación que estaban en poder de compañías inglesas y norteamericanas. Reformas regresivas como las que AMLO pretende, serán más que imposibles en momentos en que México tiene signados alrededor de 57 tratados internacionales en materia económica que han permitido que México deje de ser una economía cerrada y proteccionista como en el pasado. El Presidente de la República busca que México se convierta en una nación bananera y aislada del mundo, eso será imposible. El mundo está hoy interconectado en las economías de libre mercado, por lo que el rescate de la industria minera para hacer íntegramente manejada por el Estado mexicano no estará libre de gritos y sombrerazos, pero sobre todo de millonarias demandas en contra de la nación azteca en momentos en que el país reclama por lo menos que haya abasto suficiente de medicamentos en los hospitales de México.
Reitero, la idea de nacionalizar el litio y de que el Estado mexicano parta el queso en la industria minera es buena; pero el procedimiento que está llevando a cabo AMLO sin reformar el artículo 27 constitucional es para llevar a México al desastre. Y la reforma electoral para que AMLO tenga el control del INE, y su partido pueda perpetuarse en el poder, pues ya la sabe porque el cortocircuito que provocó con su reforma eléctrica incendió el segundo tramo de su sexenio.