Que no sea una victoria pírrica
¬ Luis Ángel García miércoles 20, Abr 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Finalmente, la oposición despertó del letargo que mantuvo por tres años y que parecía darle la razón al Presidente cuando sentenció que la oposición en México estaba moralmente derrotada. La apatía, la diferencia de intereses entre los partidos, las ambiciones políticas desdibujaron la partidocracia mexicana después del arrollador triunfo de la 4T en 2018.
Sin embargo, la falta de resultados de la actual administración, la inexperiencia de los incompetentes servidores públicos -90 por ciento lealtad, 10 por ciento conocimiento-, que se han ganado a pulso el mote de floreros, la crisis económica que padecemos desde hace tres años, el mal manejo de la pandemia y el medio millón de mexicanos muertos, la violencia y la inseguridad con sus 115 mil asesinatos y cien mil desapariciones forzadas han mellado la confianza ciudadana y se ha incrementado el desencanto de quienes sufragaron por AMLO, el humor social ha cambiado y ya no cuentan con el respaldo de cuatro millones de nuevos pobres, de una humillada y estigmatizada clase media, de padres de familia que no tienen medicamentos para sus hijos con cáncer, ni escuelas de tiempo completo, ni guardería para madres trabajadoras. Son muchos los estratos sociales que hoy dan la espalda a la 4T; ni con el uso clientelar de los programas asistenciales pudieron retener el número de votantes suficientes para una engañosa consulta de revocación. Pero, el alto abstencionismo de los ciudadanos no fue por una estrategia del frente opositor, es el nuevo hartazgo social.
Lo que es meritorio de los institutos políticos antagónicos a la 4T, en especial de los legisladores de la Cámara de Diputados, fue el rechazo a la iniciativa presidencial para su reforma eléctrica. Demostraron que cuando anteponen los intereses partidistas o de falsos liderazgos, se puede hacer frente no solo a la 4T, sino al presidente mismo. La verdad es que la opinión pública no esperaba esa reacción de los opositores, se suponía que sería fácil comprar la conciencia de poco más de 50 representantes populares que, a cambio de millonaria cantidad o el ofrecimiento de cargos públicos, cambiarían el sentido de su votación. Craso error, los 233 legisladores se mantuvieron firmes y echaron abajo la iniciativa presidencial, no prosperó la intentona de regresar el monopolio de la electricidad a la CFE ni el mantenimiento de los combustibles fósiles como forma de generación de energía.
Esperemos que esta demostración de congruencia política no se convierta en una victoria pírrica. Se abrió la gran oportunidad para que la oposición y el poder legislativo se conviertan en verdaderos contrapesos del Ejecutivo. La oposición no está “moralmente derrotada”, está más vigente que nunca. Vienen nuevos retos, como frenar la desaparición del INE, ese árbitro electoral autónomo e independiente, que ha demostrado su profesionalismo e imparcialidad, pero que incomoda, estorba al presidente. También pueden echar atrás la integración de la Guardia Nacional al la Sedena, porque las fuerzas armadas no deben hacer funciones de seguridad pública, sin un carácter civil.
El frente opositor debe demostrar que no son flor de un día, que no fue un chiripazo su integridad moral en el Congreso. Tiene nuevas tareas que lo comprometen con la ciudadanía y el interés superior de la nación.
Dejen atrás los protagonismos desgastantes, la venta mercenaria de los votos -afortunadamente solo fue el diputado campechano el que se vendió-, las ambiciones políticas personales, mantengan la visión de Estado que demostraron el pasado domingo y presenten un verdadero proyecto de nación.