Traiciones en dos tiempos
Ramón Zurita Sahagún lunes 18, Abr 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Caer hacia arriba es una forma simple de ver acciones que provocando una caída revierten en otras que impulsan por encima de dónde se encontraban esos personajes al momento del incidente.
En la política mexicana se dan este tipo de accidentes que proyectan a los implicados en una subida espectacular con la que resarcen ese tropiezo.
Casos de esos hay muchos y dos ejemplos claros de ellos son los Felipe Calderón Hinojosa y Santiago Creel Miranda, ambos panistas. El primero, pierde el gobierno de Michoacán, quedando rezagado hasta el tercer lugar, abajo del triunfador Víctor Manuel Tinoco Rubí y Cristóbal Arias Solís, solamente para reaparecer al poco tiempo como presidente nacional del PAN e iniciar la ruta a la Presidencia de la República. Con Creel Miranda, sucedió algo similar, aunque no alcanzó la meta de la candidatura presidencial, de la que fue desplazado por el mismo Calderón Hinojosa.
Santiago fue candidato al gobierno del Distrito Federal y en una reñida contienda fue superado por Andrés Manuel López Obrador. Unas semanas más tarde, Creel Miranda reapareció como secretario de Gobernación del primer gobierno panista y desde ahí aspiró a la candidatura presidencial, siendo desplazado en la contienda interna por el mencionado Felipe Calderón Hinojosa.
Uno de esos frecuentes casos es el de Carlos Miguel Aysa González, hoy mantenido en pausa como futuro Embajador de México ante el gobierno de República Dominicana. Aysa González nunca fue un político renombrado dentro de esta actividad en el estado de Campeche y siempre estuvo relacionado con los asuntos judiciales y de justicia.
Fue habilitado por el entonces gobernador de Campeche, José Antonio González Curi, como Procurador de Justicia, cargo en el que duró poco más de un año y una administración más tarde, por Jorge Carlos Hurtado como titular de Seguridad Pública.
Como político poco le quedó, ya que fue relegado por varios años, hasta que en 2015 lo hicieron candidato al ayuntamiento de su localidad de nacimiento, Palizada, el municipio más pequeño del estado. Un pueblo alejado de las comunicaciones por vía terrestre y fluvial, perdiendo en los mismos comicios en los que Alejandro Moreno Cárdenas, ganó el gobierno estatal.
No alcanzó el escaso número de votos que se requiere para ganar ese municipio y fue recompensado por el ya ganador de la gubernatura, al designarlo como secretario de Gobierno del estado. Elegido de esa forma, por tratarse de un personaje de muy bajo perfil y con escasas aspiraciones para entrar en la guerra de sucesión futura.
Su estilo grisáceo de hacer política y alejado de los reflectores lo convirtió en la mejor opción para que Moreno Cárdenas lo considerara como su sucesor en su propósito de competir por la dirigencia nacional priista.
Aysa González, opaco y mediocre, se aisló de los reflectores y se dedicó a tejer su futuro, por lo que soterradamente, ya en su función de interino, buscó los acercamientos con la poderosa maquinaria de Morena, para blindar su salida. Por una parte, selló su compromiso priista, negociando una diputación plurinominal para su hijo, Carlos Aysa Damas y por la otra lo hizo con el grupo de Morena que encabeza la hoy gobernadora Layda Sansores.
De esa manera, el “listo” Aysa González garantizó su futuro, ya que a su salida fue propuesto como representante diplomático del gobierno mexicano en Dominicana y su hijo en función de legislador priista selló su compromiso, primero, adelantado su voto a la polémica reforma eléctrica, traicionado a la decisión de su partido de hacerlo en contra.
Y es que la ratificación de su padre como embajador se atoró en el Senado de la República y con la decisión del hijo, se abrió otra vez dicha posibilidad.
Hoy convertido a la ideología de Morena, Aysa Damas devuelve el favor a su padre de conseguirle la diputación federal, “sacrificándose” y asegurando su futuro para que padre logre el anhelo de ser representante diplomático.
Padre e hijo representan las traiciones en dos tiempos.
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Llegó el momento de que Ignacio Mier, coordinador de la bancada de diputados y diputadas de Morena, muestre tamaños para encabezar esta nutrida representación y se olvide por un momento de sus aspiraciones para gobernar Puebla dentro de tres años. Mier sostiene un fuerte enfrentamiento con el gobernador Luis Miguel Barbosa, quien le cierra el camino a sus posibilidades futuras.