La 4T y la ilegalidad
¬ Luis Ángel García miércoles 6, Abr 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Previo a la consulta para la “revocación” de mandato —que en rigor es una ratificación anunciada—, el gobierno de la 4T realizó una ilegal campaña de promoción del voto que incluyó al titular de Gobernación, al jefe de Guardia Nacional y la utilización de recursos públicos, como un avión militar, a pesar de los exhortos de las autoridades electorales para que se abstuvieran de hacer proselitismo, sobre todo por parte de los servidores públicos.
Pero lo suyo, lo suyo es violar la ley, desde la Constitución hasta las leyes reglamentarias. Lo bueno es que no son como los otros; efectivamente, son peores. Su cinismo, los lleva a negar los atropellos al marco jurídico. Con gran descaro, el responsable de la política interior se ufana de anunciar en un evento partidista que van a desaparecer al INE, garante de una democracia con elecciones ciudadanas y último obstáculo para el arribo de un gobierno totalitario. El hombre que debiera velar por la gobernabilidad, la pluralidad, la preservación del Estado de Derecho y la convivencia pacífica, con respeto a todas las corrientes políticas, ataca al árbitro electoral porque aplica la ley y no se somete a los caprichos de un presidencialismo obcecado.
Se procura así, mantener el apotegma de que están conmigo o contra mí. Mientras el gabinetazo hacía proselitismo descarado, incluidos funcionarios del área de la seguridad pública que “pidieron vacaciones” para promover la consulta, el inquilino de Palacio Nacional condenaba las expresiones ciudadanas de quienes alientan el hacerle un vacío a la jornada del 10 de abril y llaman a no acudir a las urnas. El mandatario los tachó de individualistas, clasistas, racistas, discriminatorios, groseros, despectivos, solo por pensar diferente. Sin darse cuenta que él ha provocado el divisionismo, la polarización de la sociedad.
En el fondo, están preocupados porque el costoso ejercicio demoscópico del próximo domingo será un fracaso. Saben que no alcanzarán los treinta millones de sufragios que obtuvieron en 2018 cuando arribaron al poder. La desilusión o desencanto de su base electoral es evidente ante la falta de resultados. No basta la compra de conciencias con pensiones para viejitos, becas para “ninis” o ayuda a madres solteras. Ese es su voto duro, pero no son treinta millones. Tampoco asistirán a la consulta los cinco millones de nuevos pobres, la depauperada y “aspiracionalista” clase media, los estudiantes del CIDE, los becarios del Conacyt, los científicos perseguidos, los verdaderos universitarios que no tienen becas o sus centros de estudios vieron recordados los presupuestos, los desempleados, los burócratas -arrinconados en la austeridad franciscana-, los emprendedores que tuvieron que cerrar sus negocios, los inversionistas cancelados no sólo del aeropuerto de Texcoco, sino del negocio de las energías limpias. Tantos sectores sociales han sido agraviados por esta administración que difícilmente saldrán el próximo domingo. Están, también, los deudos del medio millón de mexicanos muertos por una fallida estrategia para atacar la pandemia, la cual fue vista con soberbia y por ello se actuó de manera tardía.
La inseguridad, la corrupción prevaleciente, la recesión económica, la inflación nunca vista, los miles de desplazados por la violencia y 115 mil asesinatos a manos del crimen organizado son temas que provocan desencanto, afectan el humor social y no mueven a caer en el juego de la 4T.
Mientras los grandes problemas nacionales se agigantan, el gabinetazo y hasta los responsables de la seguridad pública -con aspiraciones político electorales-, promueven la consulta y arremeten contra el INE, aunque violen la ley. Condenan a los que promueven el abstencionismo, pero utilizan la plaza pública no sólo para garantizar una ratificación anunciada, sino para promover la reelección de su guía moral.