AMLO tira acuerdos que Kerry y Ken Salazar daban como firmes en la reforma eléctrica
Roberto Vizcaíno lunes 4, Abr 2022Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El grupo estadounidense de seguimiento de la reforma eléctrica anunciado por John Kerry, y que supuestamente había sido aceptado por AMLO para introducir cambios y evitar afectaciones al T-MEC e inversionistas de EU, fue negado horas después por Andrés Manuel López Obrador.
“Mucho menos (se acepta, dijo) hacer cambios… no, la reforma se queda como está”, subrayó el tabasqueño.
La aclaración de AMLO representa no sólo un retorno al primer punto de sus encuentros con cerca de una decena de altos funcionarios de la Casa Blanca que han llegado desde Washington enviados por el presidente Joe Biden durante los últimos meses a dialogar en directo con él, sino que desecha las declaraciones recientes de los dirigentes de Morena, Ignacio Mier, en San Lázaro, y de Ricardo Monreal, en el Senado, quienes adelantaron que sus bancadas estaban dispuestas a hacer modificaciones a la iniciativa presidencial para obtener el apoyo de la oposición, sin la cual la reforma no será aprobada.
Es decir, AMLO regresa la relación binacional México-EU al punto de un posible rompimiento con Joe Biden y a poner en riesgo la viabilidad del T-MEC.
Las consecuencias inmediatas serían ir a paneles internacionales con repercusiones multimillonarias para México; derivar en un más que anunciado parón en las inversiones de EU en México y a un muy previsible cierre de las exportaciones mexicanas hacia aquel país.
En el extremo, la pararía el Senado
Ante la negativa de AMLO a aceptar modificaciones a su reforma, los únicos que la podrían echar abajo serían los grupos opositores (PAN, PRI, PRD y MC) en San Lázaro y, en el caso extremo, los del Senado, cuyo número y porcentajes impiden obtener a AMLO la mayoría calificada para que se aprueba su reforma. Y, de entre estos, específicamente los del PRI en ambas cámaras.
¿Será que AMLO tiene amarrados los votos del tricolor en San Lázaro y en el Senado?
El mandatario aceptó que durante el encuentro de más de 4 horas del jueves en Palacio Nacional, Kerry y Salazar sí propusieron crear el grupo de seguimiento.
“… ellos plantearon eso y yo me quedé callado. No se aceptó”, respondió sonriente.
Zorruno, ladino, comentó que los estadounidenses pensaron que él lo iba a consentir.
“Tenemos una buena relación con el gobierno de EU, pero eso no podía aceptarse. Es como si yo voy a EU y le propongo al presidente Biden que reduzca el precio de las gasolinas por decreto en EU. Con razón, me diría: ‘¿y tú qué te metes?, deja de estar de zalamero’”, agregó de buen humor.
En su mañanera del viernes comentó, además, que su reforma no va contra la transición energética ni contra el combate al cambio climático que impulsa Biden, ni tampoco contra el libre comercio de energéticos, porque establece que los privados -entre ellos los de EU-, tendrán el 46 por ciento del mercado, mientras la CFE y Pemex operarán el otro 54 por ciento.
En cuanto a poner en riego contratos, indicó que no, que los únicos que no se aceptarán son aquellos que signifiquen corrupción como los de autoabasto que han sido calificados como ilegales por la Suprema Corte.
Igual, insistió en que su reforma no es ni estatista ni expropiatoria porque lo que busca es rescatar, por seguridad nacional, a Pemex y a la CFE para mantener precios justos de los energéticos.
¿Autoengañados… o engatusados?
Haiga sido como haiga sido -diría el clásico purépecha-, John Kerry y Ken Salazar, dos de los más experimentados y duros políticos de Washington (quienes fueron acompañados por 9 grandes empresarios norteamericanos del área de energía), quedaron como ingenuos, luego de las aclaraciones de AMLO.
Todos ellos dijeron al salir de su encuentro del jueves con López Obrador que el presidente mexicano se había comprometido a realizar cambios a su reforma para no afectar las inversiones estadounidenses, así como a instalar una mesa de trabajo, es decir crear el grupo de seguimiento.
“El Presidente fue muy claro que quiere que estas empresas (las de EU) estén en posibilidad de invertir, quiere moverse hacia adelante; está ansioso por eliminar cualquier obstáculo que hubieran enfrentado, y por alentar la inversión”, dijo claramente el jueves Kerry.
¿En serio, esa fue su percepción?… ¿o tienen en sus manos la traducción exacta de eso? Si como se supone cuentan con eso, AMLO y México van a pagar caro el engaño, la manipulación que está haciendo de lo hablado y convenido en ese encuentro.
Kerry, Salazar y los empresarios dijeron que ellos dejaron bien claro que la reforma de AMLO es absolutamente violatoria del T-MEC.
Y que de mantenerse la redacción actual habría “una clara respuesta” de Washington en el ámbito comercial.
O sea: aranceles, cierre al flujo de inversiones, y freno compra de productos mexicanos.
Para Kerry -con 78 años de vida y ex candidato demócrata a la Casa Blanca en 2004-, el encuentro del jueves con AMLO fue el tercero en medio año.
“Acordamos un conjunto de principios que tenemos la esperanza de que serán incorporados en la reforma de energía”, dijo convencido.
Insistimos: ¿En verdad, AMLO cree que se chamaqueó a Kerry y a Salazar, y a los empresarios que los acompañaron y a todos los funcionarios que han venido ha hablar con él durante los meses recientes?
Neta, cree el presidente Andrés Manuel López Obrador que al cambiarlo todo, luego de su encuentro del jueves no habrá consecuencias, que Biden y todo su gobierno y el Congreso norteamericano y los capitales y empresarios de allá y acá van a decir que él tiene la razón.
Esto pinta para que algo grande y muy, muy, pero muy caro se quiebre.
¿Y Marcelo Ebrard?
Personaje, elemento central en los encuentros de alto nivel anteriores al del jueves, en esta ocasión AMLO hizo a un lado al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Ebrard dejó en claro a través de fotos y videos subidas a redes sociales que él andaba en Dubái y Qatar en el reparto de juegos del próximo mundial de futbol.
Con lo cual cualquier problema que surgiese del tercer encuentro de Kerry con AMLO no sería atribuible a él.
En lugar de Ebrard, el mandatario mexicano se hizo acompañar por Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda; Adán Augusto López, de Gobernación; Tatiana Clouthier, de Economía; Octavio Romero, director de Pemex y de Manuel Bartlett, de CFE.
¡Vaya desastre, oiga usted!
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