Otra patraña
Alberto Vieyra G. jueves 31, Mar 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Bien bravucón el Presidente de la República porque el INE le declaró inaplicable el “decretazo” para que él y sus huestes morenistas puedan hacer campaña en favor de la absurda Revocación de Mandato, mientras que el Trife adelanta con declararlo inconstitucional; ahora AMLO amenaza con otra patraña, una reforma electoral para llevar a cabo una limpia de consejeros en el Instituto Nacional Electoral (INE) y magistrados en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para que sean electos por el pueblo.
Estamos ante otra bravuconada, pues para que se lleve a cabo esa reforma requiere de 335 votos en la Cámara de Diputados y 85 en el Senado de la República, en ambos casos mayoría calificada y no los tiene, pero ni yendo a bailar a Chalma.
AMLO ha hecho todo un escándalo con un desprecio total a las leyes, instituciones y al Estado de Derecho con la inútil Revocación de Mandato. Sobre el tema leo una espléndida columna del periodista Carlos Marín en Milenio que bajo el título “Otra matazón y el subse en la grilla”, dice:
“Inclusive publicado ya el proyecto de sentencia condenatoria del magistrado electoral Felipe de la Mata Pizaña sobre la vulgar propaganda oficial que funcionarios, legisladores, correligionarios y menesterosos de Morena vienen haciendo sobre la revo-rati-ficación, y a sabiendas de que (como ha ocurrido en el mismo tema) el inapelable Tribunal confirmará el criterio del Instituto Nacional Electoral, en el sentido de que están violando la Constitución, todos bravucones y en montón, de manera descarada y prepotente, los cuatroteístas continúan transgrediendo la legalidad, confiados en que ninguno pisará la cárcel.
A los infractores se sumó el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, el ex chavo ibero que trepó en la administración pública por sus antecedentes como diputado federal y local quien, a pesar de ser abogado y supuesto conocedor de leyes elementales, solicitó licencia para promover en Coahuila una enfermiza versión de lo que llaman “participación ciudadana” en las jornadas del 10 de abril.
En desdoro de su profesión y de su cargo, puesto que debiera saber y acatar que ni policías ni militares deben actuar en política, este funcionario estaba en plena grilla mientras en Las Tinajas, en Zinapécuaro, Michoacán, eran asesinadas 20 personas en uno de los palenques clandestinos que operan en el país ante la indiferencia de las instituciones obligadas a preservar el orden.
De manera inusitada, este nuevo y tumultuario crimen fue llamado “masacre” por el presidente López Obrador (palabra que atribuía sólo a matazones de “la época neoliberal” y que en su gobierno ya no sucedían, pero que ésta fue entre grupos criminales).
Mejía Berdeja seguirá quebrantando la ley hasta dos días antes del innecesario y caprichoso “ejercicio de democracia participativa”.
Si lo anterior escandaliza, lo que hizo el dirigente Mario Delgado no se queda atrás:
“¡No te dejes intimidar por quienes hoy intentan obstaculizar la democracia participativa! La ciudadanía está en su derecho de participar, promover y difundir su postura en torno a la #RevocaciónDeMandato. Ya sea poniendo una calcomanía o pintando una barda, ¡ejerce tu derecho!”, peroró en sus redes sociales.
Y en un video trampeó más: “Puedes poner una calcomanía en tu coche, una lona en tu casa, en tu trabajo; hacer difusión en redes sociales, pintar una barda o hasta poner un espectacular…”.
Los efectos de esta vandalización impune de la legalidad están a la vista, inclusive con anuncios espectaculares de turbio financiamiento en las narices del INE.
Citando a ya saben quién, morenistas y morenianos “andan nerviosos”. Lo que les desespera es el reto de conseguir que al menos 30 millones de ciudadanos, misma cantidad de quienes votaron por López Obrador en 2018, le refrenden su apoyo con la ratificación. Si tal cifra no empata con la que obtengan en las casillas, culparán al INE insistiendo en la patraña de que no publicitó tanto la consulta como pudo, dirán entonces, hacerlo “el pueblo…”.