El espionaje en México
¬ Luis Ángel García lunes 28, Mar 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Los norteamericanos están preocupados por el espionaje de los rusos en nuestro país, pero se olvidan que ellos han practicado el bello arte de la Mata Hari desde tiempos inmemoriales. Nuestra cercanía fronteriza nos hace presa de los Estados Unidos para salvaguardar su seguridad nacional o interna. Por eso es absurdo que se sorprendan de los espías ex soviéticos.
En días pasados, un alto funcionario de la Casa Blanca reveló que México cuenta con el mayor número de espías rusos en el mundo. Pero el gobierno de la 4T ni se inmutó, vio con desdén la afirmación de los gringos y no hizo ningún comentario ni se dio por aludido. Tal vez porque en estos momentos, por el conflicto bélico en Ucrania, a los morenistas les dio por suscribirse al club de amigos de Rusia y omitieron hacer declaraciones condenatorias, aunque preocupó a nuestros vecinos que ven peligrar su seguridad, y no es porque les preocupen las actividades de los “orejas” soviéticos en México, sino por su tránsito inmediato al territorio gringo.
Ya debemos estar acostumbrados al espionaje extranjero; el extraordinario pintor paisajista inglés Daniel Thomas Egerton, asesinado en Tacubaya en 1842 en un aparente robo, estuvo involucrado en el espionaje para el gobierno norteamericano y por ello habría sido eliminado por la propia policía. En el lugar donde murió se encontraron bocetos del Castillo de Chapultepec donde se hacía una descripción estratégica de su ubicación.
Durante la Primera Guerra Mundial también se hicieron trabajos de inteligencia sobre nuestro país por parte de los alemanes. La malograda actriz checa Miroslava también fue señalada como espía. Luego de la creación de la CIA, el gobierno de México creó la Dirección Federal de Seguridad, dependiente de la Secretaría de Gobernación, para servicios de contrainteligencia y seguridad nacional.
Por eso, las autoridades mexicanas están resignadas al espionaje, sobre todo de los estadounidenses, dada la posición estratégica de nuestra nación.
Pero en el caso de los rusos, es obvio que esa posición le permite un rápido desplazamiento hacia la Unión Americana. No hacen tanta labor de espionaje aquí, como del otro lado del Río Bravo. Aunque, a cualquier gobierno debiera preocuparle que ciertos diplomáticos realicen actividades poco claras para traficar con información.
A la 4T pareciera no incomodarle que los muchachos de Putin se entrometan en los asuntos internos, aunque hay temas como la trata de personas, el tráfico de armas y no poca droga que afectan nuestra seguridad nacional. No solo debe considerarse el espionaje como estrategia geopolítica, sino también en las implicaciones del crimen organizado internacional.
Tenemos más incidentes con los americanos, pero las actuales circunstancias del conflicto con Ucrania y las declaraciones del embajador ruso sobre la posición de México ante la guerra, afectan los intereses norteamericanos, a tal grado que el representante de los Estados Unidos dijo, con tono amenazante, que no aceptarán una mayor intromisión de los rusos en nuestro país.
Poco comercio tenemos con Moscú, mientras que Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial y tenemos una mayor dependencia con la Casa Blanca, aunque esta administración se empeñe en aparentar una autonomía que no tenemos.
Y ya que hablamos de espionaje, cuántos elementos tendrá el embajador norteamericano dedicados a los servicios de inteligencia, ¿habrán hecho caso al gobierno mexicano en identificar a los agentes de la DEA acreditados y reportarán puntualmente sus actividades? Lo dudo. Sobre todo, por el problema de seguridad nacional que representa el narcotráfico en aquel país y que todavía tienen clavada la espina del asesinato del agente Camarena y la liberación de Rafael Caro Quintero.