La inseguridad y la iniciativa privada
¬ Luis Ángel García viernes 25, Mar 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
La inseguridad, según el reporte regional del Banco de México, afecta al 30.5 por ciento de las empresas en el país. La tercera parte de los negocios —pequeños, grandes o medianos— fueron víctimas de uno o más delitos como el robo de mercancía en tránsito, el robo hormiga, el hurto, el asalto de bienes o dinero, robo de vehículos, la extorsión, el fraude y la corrupción —esa que parece no acabar, aunque la narrativa oficial esgrima su pañuelo blanco—, situación que impide la llegada del 6.1 por ciento de nuevas inversiones.
Si algo ha distinguido a la 4T es su desprecio hacia los emprendedores, sobre todo los foráneos. Los acusa de capitalistas rapaces, explotadores, evasores de impuestos, subcontratadores, y si son extranjeros, los tilda de nuevos conquistadores que sólo buscan expoliar al pueblo. Esa actitud populista hizo fracasar la multimillonaria inversión en una planta cervecera en Mexicali que crearía miles de empleos. Su obsesión por los combustibles fósiles y pretender salvar a empresas quebradas como Pemex y la CFE, lo ha hecho hacer que peligre el T-MEC y México sea sancionado por obstaculizar las inversiones norteamericanas, canadienses y españolas en energías limpias como las eólicas. Ante la falta de garantías o de certeza jurídica por parte del gobierno mexicano, miles de millones de dólares están detenidos porque los inversores no quieren arriesgar sus capitales. Ya vieron cómo se fue al bote de la basura el nuevo aeropuerto de Texcoco y su función como hub, centro de interconexión mundial. Obra de infraestructura de altísimo nivel que no costaría al pueblo de México, a diferencia de los 116 mil millones que dicen costó la central avionera de Santa Lucía y que son del erario. Además de los miles de millones que, esos sí, debemos pagar en las indemnizaciones a las empresas que construían el segundo aeropuerto más grande del mundo.
Por eso tampoco le interesa al gobierno resolver el grave problema de inseguridad que vive el país y si los empresarios quieren seguridad, ¡que les cueste! Con ello, colocan a los generadores de empleo en mexicanos de segunda, ya que la función primigenia del Estado es salvaguardar la integridad física y patrimonial de todos los ciudadanos. Pero eso poco importa, que los empresarios se rasquen con sus propias uñas. La inseguridad es un fenómeno que aqueja a todos, lo mismo al transeúnte que al obrero, la ama de casa, el estudiante o el empresario de cualquier nivel. Cierto, los grandes consorcios invierten en seguridad privada, pero ese costo, ese gasto impacta en el precio al consumidor.
De tal suerte que la estigmatización que se hace del inversionista, del pequeño comerciante, del empresario mediano no aporta nada a la unión nacional, a la consecución de los objetivos comunes y sólo obstaculiza las inversiones que pueden detonar el crecimiento económico del país, sobre todo ahora que atravesamos por la peor crisis económica en muchos años.
Mientras no se garantice la seguridad pública y se dé certeza a los inversores, no saldremos del bache en que nos encontramos y emigrarán más capitales. El país no merece ese futuro incierto.