Montescos y Capuletos
¬ Francisco Reynoso jueves 24, Mar 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
Mañana inicia el Campeonato Nacional Charro del Mezcal y la Plata. Será en Zacatecas con el subsidio del gobierno de Morena de David Monreal, quien, desde que asumió el poder en septiembre de 2021, no ha dejado de lloriquear por falta de dinero para pagar salarios a maestros y a pensionados y para adelantar participaciones a los 58 municipios que están en bancarrota.
Este campeonato charro tendrá un atractivo especial. Se enfrentarán, de poder a poder, los equipos de la familia del Charro de Huentitán, Vicente Fernández y del Charro de México, Antonio Aguilar.
Será una confrontación, de facto, entre Alejandro Fernández y Pepe Aguilar, quienes jamás han tenido una buena relación de camaradería.
En el mundo del show business Alejandro y Pepe buscan la supremacía. Ambos se sienten el mejor. Y nunca han aceptado compartir el escenario. Esa rivalidad ahora se traslada al lienzo Antonio Aguilar de Zacatecas, escenario principal del campeonato.
Quizá resulte demasiado exagerado, pero para quienes tienen relación con ambas familias coinciden en que sería algo así como una batalla entre los Capuleto y los Montesco.
Los Tres Potrillos, el equipo de los Fernández, es el favorito. Tiene más experiencia, muchos triunfos acumulados y charros de fama internacional.
El Soyate se llama el equipo de los Aguilar. Recientemente lo armó Pepe Aguilar. Los expertos dicen que es muy competitivo por sus individualidades. Empero no deja de ser un equipo nuevo.
Monreal apechuga y no para
Por segunda ocasión consecutiva, el presidente López hace un público desaire a Ricardo Monreal.
A su informe en Palacio Nacional no lo convocó. Y en la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles fue el gran ausente.
Monreal dice que no le gusta asistir a este tipo de eventos, pero que sigue al lado de López Obrador. Y seguirá junto a él hasta el final.
En la fiesta por la apertura del AIFA la gran estrella fue, además de la vendedora de tlayudas, Claudia Sheinbaum. Tan es así que cuando entró la comitiva, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México iba a un lado del presidente López y Beatriz Gutiérrez Müller, un paso atrás.
La nomenclatura de Morena, liderada por estas dos mujeres y por otra más: Yeidckol Polevnsky, no perdonan a Monreal por las derrotas en la Ciudad de México. Y más ahora, que fue el único en Morena que defendió a Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, cuando la jauría de la Sheinbaum se echó encima. Monreal se atrevió a pedir que no se utilicen las instituciones de justicia para persecuciones políticas.
Monreal dice que no hay distanciamiento entre López y él. Pero los hechos son contundentes. Y no dejan lugar a dudas.
Pese al enfrentamiento en sus relación con el Peje, Ricardo Monreal no afloja su operación política rumbo al 2024. Quiere estar en la boleta de la contienda presidencial. O por lo menos tener fuerza suficiente para negociar otra posición a cambió de dimitir.
Y mientras Ricardo Monreal busca mantener sus relaciones con el presidente López, su hija Catalina, “La Chamuca”, no para en la búsqueda de acuerdos, alianzas y adhesiones al proyecto RM-24.
Ni quién se acuerde de José Ramón
Con tantos escándalos políticos en el marco de la guerra Rusia-Ucrania y sus efectos económicos en México, ya pocos se acuerdan de José Ramón López Beltrán y el posible conflicto de interés en los contratos que Pemex y el gobierno de López Obrador dieron a la empresa Baker Hughes.
No hay duda que el presidente López es experto en el manejo de crisis políticas y escándalos familiares. En mucho le ayudó la invasión y la masacre que ordenó Putin en Ucrania.
En lo interno, con los escándalos entre el fiscal Alejandro Gertz y su familia política, los pleitos entre Julio Scherer, Gertz Manero, Olga Sánchez y el abogado Juan Collado, han acaparado la atención de las últimas semanas.
Y ahora, la polémica por las tlayudas del AIFA y las “tortas” de Estados Unidos, los ecologistas fifís y el grupo de amistad México-Rusia que impulsa el PT de Alberto Anaya, de José Ramón López Beltrán, ya ni quién se acuerde.