¿Quién tiene la “veldá”?
Ramón Zurita Sahagún martes 22, Mar 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Niurka Marcos popularizó la frase “mi veldá”, la que se puede aplicar hoy a lo escrito por Julio Scherer Ibarra y seguirá siendo la de él, mientras que los implicados en sus señalamientos no respondan con la de ellos.
Lo publicado en la revista Proceso, bajo una denuncia y acusación manifiesta de Julio Scherer Ibarra en contra de Olga Sánchez Cordero y Alejandro Gertz Manero, no conmueve a los altos círculos políticos que en otros países y en otros tiempos, en México, hubiese sido una bomba.
Y es que parece ser que en México nada perturba el acontecer nacional y lo mismo suceden masacres con frecuencia inusitada, que escándalos de abusos, señalamientos de corrupción, acusaciones de unos funcionarios hacia otros, tráfico de influencias y nadie se inmuta, ni las autoridades judiciales, muchos menos las correspondientes a las del Ejecutivo, todo se va al limbo y la vida sigue, sin alteración alguna.
El México de hoy es muy distinto al de antaño o al acontecer de otras naciones, en las que lo mínimo que se hubiese hecho al conocer las denuncias y acusaciones de un personaje tan cercano al afecto presidencial en contra de otras dos figuras también cercanas al afecto presidencial, sería el de iniciarse una investigación y pedir a los que ostentan cargos públicos a que solicitará licencia a sus encargos.
Pero no, eso no sucede en el México contemporáneo. Se esperaba de menos la designación de un fiscal especial para dilucidar el tema entre el Fiscal General de la República, la presidenta del Senado de la República y el ex Consejero Jurídico de la Presidencia de la República, tres personajes afines al primer círculo gobernante.
Pero nada sucede y en un mar tan revuelto como el de la política nacional los personajes de primera línea se dañan entre ellos mismos, arrastrando en sus discusiones, acusaciones y pleitos al Presidente de la República.
Nadie entiende cómo navega Morena en las procelosas aguas del océano en que se mueve, con tantas diferencias entre ellos.
Los ataques de uno y otro lado cimbran a la clase política y no hay un manotazo que los aquiete.
Ricardo Monreal, coordinador de la bancada senatorial de Morena, es objeto de todo tipo de ataques e improperios por parte del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García y en la CDMX arrecia la ofensiva en su contra desde el gobierno capitalino.
Mario Delgado es ninguneado por los militantes del partido que preside y él sigue su ruta imponiendo candidatos con alto riesgo de perder. Alejandro Rojas, coordinador de asesores de Ricardo Monreal, ataca un día sí y el otro también al candidato de Morena al gobierno de Tamaulipas.
José Ramón Enríquez se prepara para sabotear la candidatura de Marina Vitela en Durango.
El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, trae en las manos los expedientes de los principales funcionarios del gabinete y amaga con hacerlos detonar. Rocío Nahle, secretaria de Energía, prosigue en su conflicto con Octavio Romero, director de Pemex.
Como estos existen otros desencuentros entre figuras de la llamada Cuarta Transformación que alistan sus cuchillos para dar la puñalada.
¿Y la oposición qué papel juega? Ninguno, está demasiado desorganizada que prefiere observar y no sacar raja de esos desencuentros. Ellos piensan que la 4T se desmoronará y entonces se presentarán como los salvadores de la patria.
Pretenden que las aguas se calmen, aunque la falta de líderes los amilana y no se atreven a dar un paso con firmeza que los muestre como una posible alternativa a futuro.
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Parece estar de moda que de todos lados surjan aspirantes presidenciales, sin importar los alcances que tengan para lograr su propósito. Uno de ellos, el diputado Antonio Pérez quiere montarse en la popularidad de su hijo el corredor de autos, Sergio “Checo Pérez, y alza la mano para ser considerado. Lo curioso de esto es que hace unos meses, el diputado Pérez quería ser candidato a la alcaldía de Guadalajara, después subió su mira y se presentó como aspirante al gobierno de Jalisco y ahora salta como prospecto a la Presidencia de la República. Posiblemente en unas semanas más quiera ser secretario general de la ONU o de otro sitio que se le ocurra.