La gallina ciega
¬ Claudia Rodríguez jueves 25, Feb 2010Acta Pública
Claudia Rodríguez
Aun cuando la violencia criminal se ha ensañado con los pobladores del estado de Oaxaca desde hace largo tiempo, esta vez que me enteré sobre las 13 personas muertas -entre civiles y policías preventivos- como resultado macabro luego del ataque por un comando en la comunidad de Vicente Camalote, en el municipio de Acatlán de Pérez Figueroa en el estado de Oaxaca, pensé en aquel juego infantil La gallina ciega.
Este retozo de niños, consiste en tapar los ojos -con cualquier trozo de tela- a un jugador previamente designado, y entonces, el resto de los jugadores tienen que evitar ser alcanzados por el designado como gallina ciega, quien a la vez requiere de sortear obstáculos y puede hasta ser guiado por las voces de sus presas como ¡a la derecha!, ¡a la izquierda!, ¡frío, frío! o ¡caliente, caliente!
Esa es la idea más certera que parece sortear la llamada “guerra contra el narco” de la administración calderonista. Pero no nos equivoquemos. La gallina ciega no puede de ninguna forma designarse a quienes persiguen a los criminales, sino todo lo contrario. Son los delincuentes quienes con claros indicios están cercando a la autoridad.
En alguna ocasión no muy lejana, en esta colaboración se asentó que sólo cuando el crimen organizado matara un día sí y otro también a inocentes y elementos de seguridad en las zonas metropolitanas del centro del país, sería entonces cuando le pondrían verdadero interés al asunto de la violencia criminal que afecta a la sociedad. Mas el punto es que tal vez sea demasiado tarde.
Si las balaceras no se han hecho cotidianas en el centro del país, no tarda mucho en que así suceda, pese a que es algo que muchos quisiéramos, no sucediera.
Es imposible negar los tentáculos y la organización que la delincuencia organizada tiene en el corazón político, económico, social y hasta cultural de nuestro país, pese a que autoridades federales y locales se nieguen a reconocerlo públicamente.
Sería ingenuo pensar que en el eje aéreo más importante de México, el narco no tuviera una base importante de operación pese a que también se sirven de aeropistas nada clandestinas en zonas residenciales exclusivas a las afueras del Valle de México.
¿Cómo se explican en la zona centro del país la gran cantidad de narcomenudistas que operan como si vendieran dulces o cualquier otro producto inofensivo?, ¿a poco creen que a la sociedad se le olvida el desmantelamiento continuo de laboratorios clandestinos o de las muertes violentas que sí han ocurrido en las calles de las zonas urbanas de los estados del centro de México?
La gallina ciega está activa y sigue persiguiendo a su presa. ¡Caliente, caliente!
Acta Divina… Desde el 2008, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) reconoció que las bandas del crimen organizado dedicadas al tráfico de drogas y armas transitan por la ciudad de México, ya que es el “paso natural” de comunicación con el resto del país.