Revocación confusa
Armando Ríos Ruiz lunes 21, Mar 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La Revocación de Mandato es hoy una maraña de opiniones encontradas en todos los estratos sociales. Lo único que la ciudadanía tiene por verdad, es que resulte como resulte, el ganador será el Presidente. Lo anterior, por todos los antecedentes que lo convierten en poseedor de la característica que se ha atribuido a los jaliscienses, con el dicho; “Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata”
En los dos procesos anteriores, cuando compitió en las elecciones presidenciales, hizo berrinches descomunales que afectaron la vida de los capitalinos. Inclusive se ha dicho que para convencerlo de que quitara sus plantones, recibió cantidades multimillonarias de pesos. En Paseo de la Reforma dejó deudas por todos lados y provocó cierre de comercios y pérdida de trabajos.
Hoy, en el máximo peldaño político, ha trabajado denodadamente para llevar a efecto la llamada Revocación de Mandato, igual que lo hizo en Venezuela, Hugo Chávez, quien por cierto perdió, pero se erigió en ganador hasta que la muerte le quitó el poder. El Presidente mexicano fiel émulo del venezolano, seguramente hará lo mismo. Nadie duda de que si pierde, ganará de todos modos.
Si cuando aspiraba a la Presidencia alegó hasta el cansancio su triunfo, siendo el que manda en el país y en todas las instancias que tienen que ver con su gobierno, lo más remoto que se ve es que reconozca una derrota. Eso no podría ser. Sus huestes le darían la razón por ser el amo absoluto, en primer lugar. En segundo, porque significaría continuar incrustada en el ánimo del patrón, con trabajo y salario seguros y además con el poder que dan los cargos públicos.
El grueso de la gente opina que su mayor deseo es permanecer para siempre en la Presidencia. Entronizarse hasta que las fuerzas lo abandonen de plano. Hacer y deshacer con las leyes y con las instituciones. Sin ningún contrapeso y sin ningún límite. Hasta hoy le ha resultado, pese a que la Constitución le impide ciertos movimientos. Si logra su objetivo, será él mismo la ley absoluta.
Muchos nos preguntamos cómo es que él es el promotor de la Revocación de Mandato a ultranza y no el pueblo, que no ha mostrado el menor interés en consumarla. Esta es una situación que la gente también observa, en la que ve una posible trampa que llevará al Presidente a eternizarse y a cumplir sus planes de dictadura, o por lo menos, de permanecer detrás del poder.
También se ve una intención de desaparecer el INE o de nombrar al sustituto de Lorenzo Córdova, quien hasta hoy ha aguantado las embestidas y se ha opuesto a los caprichos del mandatario con argumentos firmes.
Éste afirmó, apenas, que “Morena y quienes quieren y promueven la consulta de revocación de mandato del Presidente Andrés Manuel López Obrador, parecen estar “obsesionados por boicotear” el trabajo del instituto a través de “narrativas falaces y difundiendo mentiras”. “ Mentir es engañar, es una manera más de hacer trampa, la gente está cansada de los tramposos. No descarrilen este proceso, porque ahuyentarán a la ciudadanía de las urnas”.
Mientras tanto, la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), determinó que el decreto aprobado por el Senado de la República y publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) con el fin de que servidores públicos puedan promover la consulta de Revocación de Mandato es vigente, pero no aplicable para este ni los demás procesos electorales en marcha.
¿Acaso es argumento suficiente para atajar las intenciones del tabasqueño? ¿Cuándo una simple ley lo ha detenido? Cuando quiere cambiar la misma Ley Suprema, simplemente ordena al Congreso y listo. Así se trate de dañar al país. Al fin que sus representantes populares sólo sirven para satisfacerlo.
Hoy pues, la gente que no quiere que el mandamás continúe en el poder, no sabe a ciencia cierta si es bueno votar en contra o no ir a las urnas. Las opiniones están divididas. Unos afirman que es necesario acudir para demostrar que la mayoría ya se cansó del Presidente y otros aseguran que no hay que ir, para no hacerle el caldo gordo. Ante esta disyuntiva se ha presentado una gran confusión.