Urge protección a periodistas
¬ Augusto Corro viernes 18, Mar 2022Punto por punto
Augusto Corro
Es importante analizar, en la realidad de los hechos, los orígenes de los asesinatos de los periodistas.
En lo que va del año, ocho comunicadores han sido privados de la vida.
Una de las causas es la inseguridad que impera en el país, debido a las acciones de la delincuencia organizada.
Se encuentran regiones en las que el poder del “narco” se impone sobre las autoridades locales.
La guerra entre los delincuentes por las plazas produce secuestros y asesinatos. Se trata de enfrentamientos cruentos constantes.
En esos escenarios de violencia se desarrollan las actividades de los periodistas que cumplen con la función de informar.
Y es precisamente la libertad de expresión la más afectada por las agresiones en contra de los comunicadores. Los periodistas decididos a cumplir su misión de comunicar corren toda clase de riesgos, como el de perder la vida, entre otros.
Las medidas preventivas
Los funcionarios siempre hablan de medidas preventivas para proteger a los periodistas, que ya está vista su nula funcionalidad.
Las autoridades locales no tienen la capacidad necesaria ni la preparación suficiente para cuidar la vida de las personas amenazadas. Los propios policías viven en ambientes llenos de violencia, quizás con la idea de que alguien los ayude a nuevas estrategias para salvar la vida.
Este año han sido asesinados al menos 77 policías en el país.
Si la fuerza elemental para combatir a los criminales está en dificultades, difícilmente ofrecerá protección.
En más de un caso se comprobó la alianza entre representantes de la ley, funcionarios públicos y el crimen organizado. Las autoridades de los tres niveles: municipal, estatal y federal tienen que trabajar en nuevas estrategias para proteger a los periodistas.
No se debe seguir con el mismo esquema protector que en nada soluciona el grave problema.
La impunidad
En México, sólo uno de cada diez asesinatos de periodistas termina con los victimarios entre rejas.
Según Artículo 19, nuestro país se convirtió en uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Ciento cuarenta y nueve asesinatos se registraron desde el año 2000.
Los periodistas se convirtieron en el punto más débil de la violencia e inseguridad que priva en el país. Las agresiones contra los comunicadores no permiten el desempeño total de la labor informativa. No es castigado más del 90% de los crímenes contra los periodistas. Analistas consideran que la impunidad estimula la acción delictiva.
En términos generales, se tiene la impresión que las autoridades se encuentran atadas de maños para aplicar castigos ejemplares.
Policías, representantes del Ministerio Público, jueces, etc., deben promover nuevas leyes que protejan a los periodistas y castiguen a los asesinos. Basta ya de periodistas asesinados.
La inseguridad
Para las autoridades, la inseguridad en el país ha disminuido. Sin embargo, las cifras alegres del descenso de la criminalidad que muestran, no corresponden a la realidad que se vive.
La ola de violencia va directamente en contra de periodistas y activistas. Se informó sobre el avance de las investigaciones de las muertes de comunicadores registradas en el presente año.
Se ufanó de las detenciones de algunos de los presuntos asesinos materiales de los periodistas. No es suficiente. Lo importante es seguir las investigaciones hasta llegar al fondo. Arrancar de raíz el mal.
De otra manera, seguirán las extorsiones, amenazas y asesinatos de periodistas.
En fechas recientes los comunicadores decidieron exigir protección y justicia para los compañeros asesinados.
Acudieron a diferentes lugares a manifestar sus inconformidades por lo que sucede en el gremio.
Los periodistas dejaron sus salas de redacción para presentarse en diferentes foros a exigir justicia. Ojalá lo consigan. Todos tenemos derecho a vivir en un ambiente de seguridad y paz.
¿Usted qué opina amable lector?