Retroceso en índice democrático
¬ Luis Ángel García viernes 18, Mar 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Nuestro país mantiene un retroceso sostenido en su índice de desarrollo democrático. Treinta, de treinta y dos entidades federativas van a la baja en su promedio democrático, a nivel nacional disminuyó un 24 por ciento respecto de 2021.
El INE, en coordinación con la Fundación Konrad Adenauer, la Confederación Empresarial USEM y la consultora Polilat presentaron el estudio que se hace desde hace 11 años, mediante 22 indicadores principales y 25 secundarios, agrupados en cuatro apartados: Democracia de los ciudadanos, de las instituciones, social y humana y desarrollo económico.
Este año, el peor registro lo tuvo Guerrero, el cual se ubica en el último lugar de desarrollo democrático, posición que ocupa desde 2017. La CDMX, Aguascalientes y Colima pasaron de nivel alto de desarrollo a nivel medio, donde comparten la tabla con Querétaro, Sinaloa, Nuevo León y Coahuila. En el rango medio están también Baja California Sur, Durango, Nayarit, San Luis Potosí, Tlaxcala, Jalisco, Sonora, Veracruz, EDOMEX, Quintana Roo, Zacatecas, Chihuahua, Campeche, Tamaulipas y Morelos.
Los peores lugares, los de menos desarrollo democrático son Guanajuato, Oaxaca, Michoacán, Baja California, Tabasco, Chiapas, Puebla y Guerrero. Solo Yucatán e Hidalgo mantuvieron un alto índice de desarrollo, estados gobernados, curiosamente, por el PAN y el PRI.
Cabe señalar que la democracia no sólo se mide por la participación en las elecciones, sino por contar con un sistema político de convivencia social, de compromisos y obligaciones que día a día se debe defender y fortalecer, porque su permanencia no está garantizada y la polarización es un reto a vencer.
El propio consejero presidente del INE señaló que la democracia no goza su mejor momento, no sólo por la pandemia -que por dos años ha agudizado un proceso de deterioro de la vida democrática-, sino por diversos factores que preocupan en el mundo entero; se analiza de manera global la erosión, los retrocesos y deterioros de esa democracia.
Es importante hacer hincapié en que ese índice de desarrollo no sólo mide el comportamiento en las elecciones, que el año pasado se vieron ensangrentadas por una excesiva violencia política provocada por el crimen organizado; también estudian las dificultades económicas por las que atraviesa el país, sobre todo la recesión técnica en los dos últimos años. De tal suerte, que nuestro sistema democrático empieza a hacer agua. Contrario a la narrativa de la 4T, estamos peor que nunca, donde la calidad de vida y las relaciones sociales no pasan por su mejor momento, lo que habla del deterioro grave de la gobernanza.
El proyecto político del actual régimen es incompatible con un sano desarrollo democrático, ya que su populismo y sus programas asistenciales con fines electorales no permiten un verdadero desarrollo. El divisionismo social que fomenta el propio régimen ha provocado también la imposibilidad de que haya un crecimiento de la cultura democrática. Sus metas de mediano plazo -la conservación del poder político-, le impiden tener una visión de Estado que fortalezca un sistema democrático moderno y eficaz.
Si no hay un real cambio en las estrategias de gobierno y en el establecimiento de políticas públicas eficientes que permitan el desarrollo económico y social, estaremos condenados a alejarnos del desarrollo democrático.