En ascuas
Freddy Sánchez jueves 17, Mar 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Entre más se acerca la fecha para la Revocación del Mandato presidencial, aumenta todo.
Las tensiones, manipulaciones, intrigas, elucubraciones, discordias, confrontaciones, en fin una “danza” de hacer y querer hacer para asegurar un resultado u otro.
Por lo que concierne al gobierno federal, todo apunta a que la gran apuesta es incitar a los simpatizantes de Morena y “agradecidos” beneficiarios de los programas sociales de la 4T para que “no muerdan la mano que les da de comer”.
De ahí, los aparentes afanes institucionales para que se difunda por todos los medios posibles la realización de la consulta con la idea de que la participación colectiva en este ejercicio democrático no se vea desanimada bajo el supuesto de que es una maniobra política electoral para favorecer intereses del partido gobernante, lo que pone en duda la concurrencia de millones de votantes morenistas prestos a ratificar el mandato de Andrés Manuel.
Así que con esa finalidad es menester sacar a relucir el apoyo popular de las encuestas (creíbles o no), que por momentos elevan y a veces decrecen mínimamente la aprobación social del Presidente.
Y es que resultaría inconcebible que si López Obrador goza de un respaldo superior al sesenta por ciento entre los opinadores sobre su gestión, en vez de una presencia tumultuaria ni siquiera se lograra el mínimo legal de participantes en la consulta para que su resultado sea vinculatorio.
O sea que se traduzca en realidad lo que los habitantes de este país opten por decidir en las urnas. En torno a lo que, por cierto, propios y extraños parecen dar por sentado que la revocación del mandato no prosperará suponiendo cualquiera de dos escenarios: una abrumadora presencia de los que apoyan al presidente o insuficiente votación de los que se inclinan por revocarlo del cargo.
En ese sentido, poco creíbles son las expectativas que conducen a pensar en que la consulta se inclinará mayoritariamente por revocar el mandato de Andrés Manuel, consiguiendo que vayan y los digan en número legal suficiente los que así lo quieran.
Aunque, obviamente, por aquello de “las recanijas dudas”, el aparato morenista, según se ha podido apreciar (promoviendo la participación social en la consulta), decidió no permanecer “con los brazos cruzados”, dejando a la voluntad de los interesados acudir a expresar su beneplácito con la continuación del mandato de Andrés Manuel.
Porque ni modo de creer ingenuamente que Morena incita a la gente a que no falte a la consulta con la intención de quitarle el poder presidencial al hombre “fuerte y personaje estelar” de la Cuarta Transformación.
Se dan casos absurdos y locuras en la política con giros inesperados en algunos asuntos, pero con relación al ejercicio democrático del que no ocupamos, (por decirlo al estilo del gobierno actual), es noventa por ciento improbable y diez por ciento entre sumamente remoto y por lo tanto increíble que en el gobierno se empeñe desmesuradamente en alentar y promover una gran participación en la consulta con el soterrado propósito de destituir al presidente.
Algo más que imposible.
Y por lo que concierne a los encargados de la tienda de enfrente (los partidos de la oposición), igualmente notorio es que la mayoría no abriga mayor esperanza de que la revocación sea el resultado de la consulta, a pesar de que algunos invitan a los críticos de AMLO a ir a las urnas a “destituirlo”.
En ese contexto, podría pensarse que lo que realmente agita el ambiente político no es que se tenga duda de la permanencia en el cargo del presidente, sino de cuántos millones de sus votantes presidenciales, lo irán a ratificar.
Y eso, que ni qué, a muchos debe tenerlos en ascuas.