La soledad de los mentirosos
Armando Ríos Ruiz viernes 18, Feb 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Afirma el doctor Juan Moisés de la Serna, que los mentirosos patológicos falsean la realidad como vía de escape, para obtener atención e incluso admiración y entran en un círculo vicioso que les acaba dejando solos en el laberinto de sus mentiras.
Define, con toda seguridad sin querer, la personalidad de quien hoy gobierna, que embona en ese aserto, descubierto hace mucho por infinidad de mexicanos que siguen las afirmaciones que hace cada vez que declara ante medios o en sus conferencias y que han permitido ubicarlo en el cuadrante de la denuncia pública, al contabilizarle poco más de 80 mentiras diarias.
El Presidente ha sido, en este contexto, descuidado e irreflexivo. Miente de manera abierta sin medir las consecuencias de sus mentiras. A tal grado ha llegado su enfermedad, que las profiere, diríamos que a veces como si se tratara de la verdad absoluta. Convencido de que seducirá a quien lo escuche, cuando el sólo hecho de decirlas revela en el mismo instante que hay algún desajuste.
La reciente investigación de Loret de Mola y de su equipo puso al descubierto la falsedad de su repetida mentira del combate a la corrupción, al descubrir que su hijo mayor vive en la opulencia sin que se sepa de dónde ha adquirido, sin trabajar, el numerario suficiente para comprar la mansión que habita en Houston con su familia. Los ácidos comentarios en las redes sociales obligaron a ambos a inventar un trabajo para el aludido, proporcionado por un empresario que sirve a la 4T sin cobrar por sus servicios. Sabrá Dios quién lo haya creído. Aunque no faltan.
Lo dijeron ambos como pensando que sonaría tan contundente, que hasta ahí llegarían las cosas, porque impondrían un cierre definitivo a bocas y plumas de los periodistas que hoy se defienden por sí solos. Es increíble que no hayan imaginado que la molesta prensa indagaría más y que descubriría que quienes admitieron haber dado empleo al licenciado José Ramón López Beltrán, reciben grandes cantidades de dinero por servir al amo y señor del país.
Los hijos de Daniel Chávez Moran, Érika e Iván, lo invitaron a trabajar como asesor. Así se supo después de muchos días de hacerse público el trabajo periodístico que delató su vida opulenta. Hubo silencio, versiones atropelladas de que la responsable del modus vivendi era la esposa. Después el invento de un empresario que prestaba sus servicios sin cobrar, en el proyecto del Tren Maya.
Sin embargo, otras investigaciones periodísticas revelaron que las empresas de Chávez Morán, se han consolidado gracias a más de 100 concesiones, licencias, permisos y autorizaciones, durante los tres años que gobierna la 4T. Ya decíamos que no hay empresario que no cobre por sus servicios. ¿Cómo no consentir en la petición presidencial o del hijo, cualquier pedimento de ambos, como decir que efectivamente trabaja con ellos?
La investigación arroja los siguientes datos: “El emporio de Daniel Jesús Chávez Morán, dueño de Grupo Vidanta, se ha ampliado a través de permisos que ha obtenido de las Secretarías de Turismo (Sectur); Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de acuerdo con documentos públicos de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT)”.
Añade: “De acuerdo con la lista de permisos que ha obtenido la empresa, las autorizaciones van desde permisos para la construcción de nuevos complejos turísticos en zonas naturales protegidas, la recolección de sargazo, así como para la prestación de servicios de alimentos, spa, gimnasio y de esparcimiento. También para la extracción de mantos acuíferos para el riego de campos de golf, como en el estado de Sonora, donde la obtención del agua es limitada para los habitantes y para los trabajadores del campo”.
Lo dado a conocer es bastante. La obstinación presidencial de castigar a la prensa es tal, que delira por encontrarle un gran castigo por no reaccionar de acuerdo con sus caprichos. Tal vez ya resolvió dejarla a merced de los matones.