Inocencia e inteligencia
¬ Javier Cadena Cárdenas miércoles 18, May 2011Termómetro
Javier Cadena Cárdenas
Comentan los que saben que en sus años mozos, Elena Poniatowska, en las entrevistas que realizaba a los personajes del momento, lanzaba preguntas que para los no entendidos hasta podrían parecer inocentes o fuera de lugar, pero que si su entrevistado era alguien que las captaba bien, respondía de manera inteligente, es decir: ante preguntas aparentemente inocentes, respuestas realmente inteligentes, y al final de la entrevista, obviamente, lucían las dos partes, y, lo mejor, ganaba el lector de ellas.
Hoy en día, la mayoría de los entrevistadores, sobre todo si trabajan para los medios electrónicos, plantean mal las preguntas, no trabajan a su entrevistado, y, lo peor, ellos quieren ser las estrellas del show, y entonces preguntan y no dejan contestar, y si están recibiendo una respuesta, interrumpen y tratan a toda costa de responder ellos mismos lo que ellos mismos quieren escuchar.
Pero por fortuna todavía existen excepciones, mismas que si nos apegamos a la regla del adagio, pues precisamente confirman la regla, y una de estas excepciones recientemente acaba de compilar 27 entrevistas a igual número de políticos y las ha publicado en forma de libro mismo que lleva el título “Confesiones osadas”, y en cuya portada se lee: “Los políticos hablan, por fin, de todo aquello que les resulta incómodo”.
Yazmín Alessandrini platicó, conversó, entrevistó a 6 mujeres y a 21 hombres, y, para el reconocimiento que se merece como entrevistadora, trató de evitar repetir el guión, es decir: trabajó de manera perfecta las preguntas, y lo hizo con base a saber de antemano frente a quién estaba sentada, y a partir de ahí, lanzó sus dardos a manera de preguntas, mismas que nunca fueron inquisidoras ni malintencionadas, sino simplemente certeras.
Así, por ejemplo, y por la relevancia del encargo que tiene en hoy en día y por los acontecimientos que día a día suceden a lo largo y ancho del país, es bueno conocer ciertas respuestas que al actual titular del Poder Ejecutivo, Felipe Calderón, le hizo Jazmín Alessandrini cuando era candidato del PAN a la Presidencia de la República.
Ante la pregunta de si era vanidoso, el habitante de Los Pinos, dijo: “Más que vanidad es soberbia. Creo que a todo ser humano le da de repente por creerse mucho; uno debe estar atento a bajarse de las nubes, particularmente cuando se encuentra en posiciones de poder o de interés de la opinión pública. Es muy importante bajarse del ladrillo”.
En otra pregunta, la periodista le recuerda que en alguna ocasión anterior él le había dicho que el ridículo le daba miedo, y la respuesta, fue: “Pues no sé; quizá le tengo cada vez menos miedo. Me acepto más, como que a veces soy más exigente conmigo mismo”.
Otro personaje entrevistado fue el político que la mayoría de la gente, de su partido y de otros, ve como el futuro habitante de la casa presidencial: Enrique Peña Nieto, a quien de entrada le preguntó qué cualidad tenía, y la respuesta fue: “Hogareño, me gusta la familia, me agrada ser sincero con el trabajo, honesto y entregado”, y obviamente le siguió la contraparte, los defectos, a lo que el gobernador del Estado de México, dijo: “Malhumorado, algunas veces”.
Y con gran intuición femenina, le asestó una sola palabra a manera de pregunta: “¿Galán?”, y el político al que muchas mujeres consideran guapo, simplemente, asentó: “No”.
Después le preguntó sus miedos, y esta fue la respuesta: “La perversión, la deshonestidad, la traición”, y dijo que su debilidad es “la belleza”, su fortaleza es el “carácter” y que le molesta rasurarse.
Y quien por muchos es considerado como el seguro candidato del PRI a la Presidencia del país, ya hasta le dictó su epitafio a Yazmín Alessandrini: “Murió en el servicio, sirviendo a los demás”.
También la periodista hizo una entrevista relativamente fácil por el personaje, mejor dicho, por la mujer con quien platicó, ya que ella se ha caracterizado por su decir dicharachero: Xóchitl Gálvez, quien se reconoce “muy cachonda”, que practica tanto el “trasnochador” como el “mañanero”, que su diversión es “jugar futbol”, que usa calzones “comunes y corrientes”, que es “desmadrosa, pero trabajadora y creo que efectiva”, y que le gustaría que su epitafio fuera: “Por fin descansa en paz, ¡ya no va a estar chin…!”.
Otras entrevistas que aparecen en este libro son con Beatriz Paredes, Emilio Chuayffet, Josefina Vázquez Mota, Marcelo Ebrard, Onésimo Cepeda, y un etcétera que dura hasta llegar a la conversación número 27.
Una fabulosa critica a los seudo entrevistadores, gracias